El capítulo de la diócesis publica el informe acerca de la deriva económica y moral en la que se ve arrastrada la diócesis de Gurk-Klagenfurt, dirigida por el obispo Schwarz: escándalos financieros e incluso sexuales con la presencia, comprobada, de una amante del prelado muy activa en la administración. Una situación conocida desde 2008 y de la que estaba informado hasta el cardenal Schönborn.
El Vaticano, por razones misteriosas, –hay quien ve en esto la mano del cardenal Schönborn por motivos que analizaremos más adelante– prohibió la publicación de un informe sobre la corrupción y los desastres financieros de la diócesis de Gurk-Klagenfurt. Pero el capítulo de la catedral, dirigido por mons. Guggemberger, decidió desoír el veto y publicar el informe, que describe los 17 años de pésima gestión del obispo Alois Schwarz, promovido desde hace unos meses a la diócesis de St. Pölten.
Según afirman personas que conocen bien la realidad de la Iglesia austríaca, mons. Schwarz es persona cercana al cardenal de Viena Christoph Schönborn. Mons. Guggenberger declara ahora que tanto Schönborn como la Conferencia Episcopal austríaca eran conocedores de la situación de Gurk desde 2008. Guggenberger llegó a decir públicamente que el obispo Schwarz permitió que cierta mujer “dañara la reputación del oficio episcopal y de la Iglesia de Carintia». “Podía, por tanto, ser chantajeado por sus sacerdotes en relación a la obligación de vivir en el celibato”.
Basándose en lo afirmado el 18 de diciembre por el sitio de noticias católico austríaco Kath.net, mons. Engelbert Guggenberger, administrador en funciones de la diócesis de Gurk-Klagenfurt, publicó el informe que se centra en el estado financiero y moral de la diócesis después de la marcha del obispo Schwarz. Sacando a la luz este informe quiere dejar claro que actúa como miembro del capítulo de la catedral de Gurk, y no como administrador diocesano. Guggenberger, de esta manera, intenta evitar una reciente orden de la Pontificia Congregación para los Obispos, presidida por el cardenal Marc Ouellet, que pedía a la diócesis que no publicara el informe, sino que, mejor, lo enviara a Roma. Dicen que el cardenal Christoph Schönborn ha ejercido presiones para que el documento no saliese a la luz, cosa que en cambio, ha ocurrido.
El informe describe el “Sistema del obispo Schwarz” según el cual a una mujer, persona de confianza del obispo, se le asignó una posición de liderazgo de la que esta abusó causando graves daños morales y financieros a la diócesis. El obispo Schwarz ha recibido ahora, de la diócesis, una solicitud de reembolso de las precedentes deudas. Y el cardenal Schönborn, junto con otros, conocía toda esta situación desde 2008, como revela Guggenberger.
Schwarz, en su defensa, cita ampliamente el informe que –según Roma– debería haberse mantenido en secreto. De esta manera facilita al capítulo de la catedral el pretexto para ignorar la petición del Vaticano. Dice Guggenberger: “El obispo de St. Pölten [Alois Schwarz] cita ampliamente el informe original y afirma, contrariamente a los hechos, que dicho informe le absuelve de la acusación de mala gestión de la propiedad diocesana y que su conducta ha sido conforme a la ley de la Iglesia”. Por este motivo fue necesario publicar el informe para que hubiese una “presentación complementaria”; a la gente le costaría comprender que “esta presentación unilateral e incorrecta [de Schwarz] quedase sin desmentir”. Además, fue su “conciencia” la que le guió para que el capítulo de la catedral hiciera público el documento: “La verdad te hará libre”, dice Guggenberger.
Guggenberger asegura que existen “sólidas acusaciones públicas sobre su liderazgo [de Schwarz] y su estilo de vida personal”. Forman parte de la lista: el “modo de llevar y de comunicar”; su entorno personal, causa de habladurías y rumores; “la contratación de un ex agente de los servicios secretos”; así como “un ambiente de trabajo negativo” que ha sido fuente de problemas en la diócesis de Corintia. La diócesis de Gurk-Klagenfurt es la diócesis más rica de Austria y, como demuestra el informe final de la comisión, sufrió graves daños financieros en los últimos dos años, con una pérdida de 1,9 millones de euros solo en 2017.
“Las acusaciones presentadas eran excesivamente graves y demasiado conocidas” dijo Guggenberger; y, debido a la reciente decisión del Vaticano, que ordenó a la diócesis que no publicara los resultados de la comisión, muchas personas “no sólo los católicos de Carintia, sino de todo el país” se indignaron. “Hemos recibido a diario numerosas llamadas, SMS, correos electrónicos y cartas”. » La mayor parte eran de personas que manifestaban su apoyo a los intentos diocesanos de aclarar las cosas”, ha dicho, “pero muchos han llegado incluso a amenazar con abandonar a la Iglesia en caso de que los resultados del informe final no fueran publicados en breve”. Muchos llegaron incluso a contactar con el cardenal Schönborn y con el Vaticano “pidiendo transparencia”.
Guggenberger aclara que los resultados del informe diocesano son el fruto del esfuerzo de un grupo de trabajo diocesano y de expertos independientes. Declara, además, que fueron enviadas solicitudes de indemnización al obispo Schwarz por daños financieros a la diócesis.
El informe final afirma que la diócesis ha sufrido graves pérdidas económicas en los últimos años, especialmente bajo la gestión de la señora Andrea Enzinger, con la que se comenta que el obispo Schwarz haya mantenido una relación impropiamente estrecha. La nombró administradora del St. Georgen Educational Center, del que forman parte un hotel y un centro de conferencias. Según el informe, bajo su gestión las finanzas se desplomaron, se emprendieron proyectos de construcción excesivamente costosos, los gastos de personal se incrementaron y los empleados abandonaron el trabajo o fueron expulsados de sus puestos.
Según el informe –basado también en muchas entrevistas personales con empleados diocesanos– la clave de este “sistema del obispo Schwarz» es la relación que el obispo había entablado con la señora Enzinger: “con el conocimiento y la aprobación del obispo Dr. Alois Schwarz, Andrea Enzinger abusó de la diócesis de Gurk convirtiéndola en un escenario para sus intereses personales, dañando, con sus acciones, la reputación del oficio episcopal y de la Iglesia de Carintia”. Enzinger fue despedida en cuanto el obispo Schwarz dejó la diócesis.
El informe afirma incluso que el obispo Schwarz violó la ley de la Iglesia deshaciendo una comisión financiera –como establece y exige la ley de la Iglesia– que había sido creada para supervisar determinadas decisiones financieras por parte del obispo. “La diócesis de Gurk no poseía un organismo de control”, afirma el texto.
Mons. Guggenberger, en su nota de prensa de la que hablamos arriba, añade que la “relación del obispo con el ex jefe del Centro Educativo St. Georgen es motivo, hasta el día de hoy, de un sinfín de habladurías, cotilleos y especulaciones”. Una fuente que reside en Klagenfurt dice que el coche de Schwarz, por ejemplo, estaba a menudo aparcado por la noche en frente de la vivienda de la señora Enzinger, y que ambos acudían con frecuencia a comprar a la ciudad, abiertamente y que todos podían verles. De la misma forma se comentaba el hecho de que viajaran juntos a Viena, alojándose en un apartamento de propiedad de la diócesis de Gurk.
Continúa Guggenberger: «El obispo Schwarz estaba dirigido por los caprichos de su ‘confidente’, en una relación de dependencia, con grave perjuicio” para el oficio episcopal y la Iglesia. Muchos sacerdotes y trabajadores diocesanos –explica– estaban “seriamente preocupados” por la situación. El administrador diocesano aclara también que muchas personas intentaron hablar de esto con el obispo Schwarz durante años.
«Las autoridades responsables de la Iglesia», afirma, «es decir la nunciatura en Viena y, con esta, las autoridades romanas –incluido el cardenal Schönborn, así como los diferentes arzobispos metropolitanos de Salzsburgo [Alois Kothgasser primero y Franz Lackner después], fueron informados durante años de los efectos del ‘Sistema del obispo Schwarz’. La Conferencia episcopal austriaca [presidida por Schönborn] conocía las condiciones de la Iglesia de Carintia, como muy tarde, desde 2008”.
Guggenberger menciona especialmente al arzobispo Kothgasser de Salzburgo que, por encargo de la Conferencia Episcopal austriaca, discutió de la cuestión en Corinthia. No obstante, concluye Guggenberger, “desde 2008 las circunstancias descritas no han cambiado en absoluto, al contrario. Por su estilo de vida, el obispo ha sido obstaculizado cada vez más en el ejercicio de su oficio ya que podía ser chantajeado por los sacerdotes en el contexto de la obligación de vivir en celibato”. En un determinado momento Schwarz llegó a contratar a un ex agente del servicio secreto austríaco para investigar unas cartas anónimas escritas por alguno de sus empleados.
Después de la publicación del informe, Schwarz se ha negado siempre a hacer declaraciones. El cardenal Schönborn elogió una vez más a Schwarz cuando tomó posesión de su nueva diócesis de St. Pölten en julio de 2018. “Creo que es una excelente elección para St. Pölten”, concluyó el cardenal Schönborn.
Creemos que debemos hacer una observación final. Interesante y meritorio el comportamiento del capítulo de la catedral, que rechaza la orden de Roma de acallar un escándalo que daña claramente a la Iglesia. Interesante observar también –en estos tiempos en los que gran parte de los escándalos del clero son de carácter homosexual– que la persona involucrada en el caso del obispo Schwarz fuese una mujer. Quedan por esclarecer los motivos por los que el Vaticano quiere acallar un escándalo conocido por todos. ¿Amistades en las altas esferas?
Publicado por Marco Tosatti en la Nuova Bussola Quotidiana; traducido por Isabel Matarazzo para InfoVaticana.
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Otro cardenal que queda en entredicho por ocultar en vez de intentar arreglar y poner orden en escándalos. A este paso ¿quedará alguno indemne de ignominías? ¿Qué se puede esperar del próximo Cónclave?
Los ortodoxos son humillados, apartados y perseguidos, por la mera ortodoxia; los heterodoxos, con o sin escándalos financieros, con o sin escándalos sexuales homo o hétero, son promovidos hasta los más altos cargos por la mera heterodoxia, como Maradiaga, el brazo derecho de Francisco, salpicado de escándalos de uno y otro tipo y con un saminario en plena ebullición homosexual, cuyos denunciantes recibieron el epíteto maradiago de cotillas.
¿Y a este señor con amantes quien le vio que tenía vocación?
Claro, han convertido la vocación en un mero método burocrático de colocación, como repartir el dni en una ventanilla. Dios ha pasado al plano inmanente y elige al que ellos dicen previo reparto de carnet de socio. Todo muy santo.
Sólo Dios es Santo. Todos los demás lo que tenemos es la obligación de, con Su Ayuda, intentar serlo…Por eso nos dice : «Sed santos porque Yo soy Santo»
Es como la ONU y la UNESCO pero con Mitra.
Que caraduras !
Que renuncien el Obispo, la amante y el Cardenal Schonborn ( protector de ambos )
¿ Cómo van a renunciar si viven del cuento y del ven bonita/o cuéntame ? Roma lo consiente porque la corrupción abunda al máximo nivel. Quien tendría que renunciar primero es uno que yo me sé y que disfruta demoliendo.
«Y el poder del Infierno no la vencerá» (Mateo 16, 18)
Esto es para coger la escopeta y liarse a tiros…