El australiano George Pell es el primer cardenal declarado culpable de abusos a menores por un tribunal secular. Pero las sombras que rodean el caso permiten sospechar que no se ha hecho justicia.
“Era totalmente evidente para cualquiera en ese tribunal que las acusaciones carecían de base», asegura una fuente que ha seguido todo el caso desde la sala a Catholic News Agency (CNA). «No es que Pell no hiciera aquello de lo que está acusado; es que no hubiera podido hacerlo».
El cardenal, hasta hace poco miembro del exclusivo consejo de cardenales que asesora al Papa (C9, ahora C6) y responsable en suspenso del banco vaticano IOR, fue hallado culpable de cinco cargos de abusos a dos monaguillos menores cuando era arzobispo de Melbourne a finales de los noventa. La sentencia unánime se produce tras una deliberación fallida, según ha podido saber CNA, en la que el jurado se declaró 10 contra 2 a favor de la inocencia del prelado. “Han sentenciado a un hombre inocente», asegura a CNA una fuente cercana al tribunal. «Y lo que es peor, lo saben».
Es, en cualquier caso, discutir todo el asunto porque los tribunales australianos han emitido una orden de silencio para los medios que no hace más que sembrar la confusión y alimentar el recelo.
Vamos a los hechos. La acusación sostiene que los hechos delictivos protagonizados por el entonces arzobispo sobre los dos monaguillos y miembros del coro tenían lugar en la sacristía de la Catedral de Melbourne inmediatamente después de la misa dominical. Primera dificultad: la sacristía en cuestión tiene amplias habitaciones, cada una con arcadas y múltiples entradas y salidas. La defensa presentó el testimonio de múltiples testigos que declararon bajo juramento que el cardenal no estaba nunca solo en la sacristía con los monaguillos, y que en todas las ocasiones citadas por la acusación habría gente presente en la habotación. Los testigos alegaron que Pell estaba siempre rodeado de sacerdotes y otros clérigos, así como de visitantes que acudían a la misa dominical, y que los monaguillos tenían su propia habitación para revestirse, completamente separada de la sacristía.
Son muchos los observadores que hacen notar el fuerte anticlericalismo que ha dominado la opinión pública australiana en los últimos años y que se ha traducido en un fortísimo prejuicio contra el cardenal y al que se ha sumado la indignación pública por los escándalos de encubrimiento de abusos clericales este pasado verano. “Es absurdo», señala otra fuente consultada por CNA. «Cualquier católico en Victoria sabe que nuestros medios llevan más de dos décadas rezumando prejuicios anticatólicos, anticlericales y, especialmente, contra Pell».
De hecho, el fiscal no se privó de atizar este prejuicio anticlerical en el juicio a la menor ocasión, al punto de que cuando la defensa llamó a declarar a un perito en calidad de experto que, casualmente, era jesuita, el fiscal se refirió a él en todo momento, no por su título profesional o su nombre sino como «el hermano cristiano».
Pell no solo ha sido uno de los primeros obispos en tomar en su día serias medidas para atajar el problema de los abusos sexuales a menores por parte de clérigos, sino que renunció voluntariamente a su puesto en la Curia para responder personalmente de los cargos que le imputaban los tribunales australianos, aparentemente seguro de su total inocencia.
La sentencia completa de Pell se espera para el próximo enero, y podrá recurrirla al Tribunal Supremo del Estado de Victoria.
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Campaña de acoso y derribo, aprovechando la confusión y propagando falsedades burdas. Lo estamos viendo también en España, donde el medio portavoz plenipotenciario de la masonería, el diario EL PAÍS, está llevando una campaña empeñado en destapar casos de pederastia en la Iglesia española, sin éxito alguno hasta el momento, salvo verter algunas acusaciones gratuitas y sin prueba alguna, que podrían ser consideradas como auténticas difamaciones. A río revuelto, ganancia de pescadores, se suele decir, aunque las cosas tan revueltas nunca se sabe cómo acaban.
Sigue la caza de brujas.
Yo he estado en varias ocasiones con el card. Pell y me ha dado una excelente impresión, de ser un hombre bueno
Esto es lo que he dicho en otro momentos. Ni a la Iglesia, ni a nadie se le debe alcahuetear los males. Pero es evidente la persecucion a la que esta siendo sometida.
Es una estrategia global. Ahora intenta desplegarla en España EL PAÍS, portavoz omnipotente de la masonería. A pesar de su despliegue y esfuerzos, nada concreto ha conseguido sacar hasta ahora, salvo divulgar vaguedades y acusaciones muy graves sin fundamento, que podrían incurrir en auténtica difamación.
Está pagando un justo por pecadores, igual que N. S. Jesucristo
La pregunta es ¿ porqué Francisco ha echado al cardenal Pell a los lobos, mientras que ha protegido a Capella, invocando la inmunidad vaticana frente a la jurisdicción USA ? El distinto tratamiento es clamoroso.
Creo que se da la circunstanciada que, tanto en el caso Pell como en el del profesor de Gaztelueta, ambos del Opus Dei, las condenas se han basado, no en pruebas testificales, sino en la verosimilitud del relato del denunciante, pero verosimilitud es sólo verosimilitud, no verdad acreditada. Una sentencia «verosímil» la podemos padecer cualquiera, pues conlleva indemnizaciones muy cuantiosas a favor de la presunta víctima y en perjuicio del presunto culpable. Esperemos se corrija de inmediato esta jurisprudencia calificable de demencial, pues invierte la presunción de inocencia, para transformarla en presunción de culpabilidad ante un relato verosímil, atribuyendo al inocente la carga de demostrar la inocencia.
En el caso Pell, parece que ni siquiera se dá la verosimilitud, con lo que la condena aún sería más arbitraria.
¿y cómo puede ser verosímil un presunto abuso, presuntamente cometido en un lugar tan abierto y concurrido?
Comparto plenamente esta opinión relativa al caso de Gaztelueta. Tuve en algún momento alguna duda, pero al leer la sentencia me reafirmé en la inocencia del profesor. El chaval, que no dudo es una víctima, sufría desde mucho antes de los supuestos abusos de alucinaciones.
¿Y qué mentira en lo de Gaztelueta fue la que le convenció? ¿La del director cuando dijo que no encontrarán nada en el ordenador? ¡Que gente, por Dios!
– ¿Donde está ese pedófilo católico que hay que defender?
– Oye… Mira, que todavía no ha salido la sentencia…
– Me da igual… Si es católico es inocente, digan lo que digan…
– Pero… ¿Y las mentiras…
– Me da igual… Palante. Inocente.
¿No se dan cuenta que se convierten en defensores de pedófilos?
Reptiliano
Sí… Gastón… sí. Con llamarme reptiliano lo arregla usted todo… como si yo no tuviera razón, ¿verdad?
Qué pobreza de argumentos, qué poca vergüenza responder así…
En realidad, al menos en la Jurisprudencia española, no hay nada parecido a una «presunción de culpabilidad», aunque haya quienes estén deseando instaurarla de lege data para los delitos contra las mujeres. Lo que ha existido siempre en nuestros Tribunales -y seguirá existiendo pues de otro modo la mayoría de los delitos contra la libertad sexual no podrían perseguirse- es la posibilidad de que el solo testimonio de la víctima constituya prueba de cargo suficiente para enervar el principio de presunción de inocencia. Naturalmente, la jurisprudencia exige, además de la verosimilitud objetiva, la persistencia en la imputación, la coherencia interna del testimonio de la víctima, la ausencia de intereses espurios y la existencia de algún indicio exterior que confirme siquiera sea mínimamente la versión de los hechos de la víctima. Son asuntos de difícil enjuiciamiento, que suelen tener repercusión en la opinión pública y que con frecuencia terminan en sentencias muy discutidas
Australia, al igual que Canadá, han dejado de ser auténticas democracias liberales (cosa de la que presumian ) para convertirse en dictaduras de pensamiento único y de rigor implacable con el que no esté alineado con lo que el Leviatán exige.
Sólo mantienen las apariencias. Ya no son democracias sino que violan los derechos humanos a la libertad religiosa y además discriminan contra los creyentes.
El rey está desnudo…Y ningún medio de comunicación masivo lo dirá.
Impecable análisis Bernie.
¿Qué se puede esperar de esa monarquía cacatúa, donde los jueces se disfrazan con togas y pelucas payasescas? Jueces impartiendo injusticia.
Hombre… Y qué un católico hablé de disfraces… Lo que hay que oír…
Reptiliano
sestao .files.wordpress . com/2012/01/monjas-asilo-rebonza-ac3b1os-50.jpg?w=236&h=300
furrusena . blogspot.com/2014/09/tras-130-anos-las-hermanas-de-la.html
¿Reptiliano? No soy yo quien ha hablado de disfraces… ¿verdad?
Que Dios ayude a éste Sr. y le de fortaleza para librarse de las dentelladas de los lobos, en ése país también quieren que se viole el secreto de confesión, andan muy sobrados de ego
Cuando una condena está bien fundada no necesita de secretos ni misterios tan sospechosos. Esto no es un estado de derecho ni por casualidad.
¿Secreto? ¿Cuál secreto, Belzunegui? ¿Dónde está el secreto? Se le ha acusado, juzgado y condenado, como a todo hijo de vecino, con luz y taquígrafos, con todas las garantías…
Como al de Gaztelueta.
Y ahora, una vez condenado por pedófilo… llega el momento en que ustedes aquí, por supuesto, le defiendan. No esperaba menos de ustedes. ¿Cómo no van unos católicos a defender al pedófilo, juzgado y condenado, cuando es «uno de los suyos…»?
No se ha acreditado que sea un pederasta. No hay testigos, ni siquiera un relato verosímil. Lo que hay es saña, mucha saña. Aquí creo que todos estamos en contra de la pederastia, pero no de las condenas sin fundamento. Muchos utilizan la pederastia en clave anti Iglesia Católica, pero, en el fondo, hasta piden su legalización por inocua. Están ante una pederastia selectiva, muy selectiva. Se le les ve el plumero. Espero no tener que decir se os ve el plumero.
Ese es el fondo de la cuestión. Como se toman ustedes la pederastia como un ataque contra la Iglesia cargan contra la víctima. No es un ataque contra la Iglesia Católica. Es el cardenal quien ha sido acusado por varias víctimas, juzgado y condenado. Y usted le está defendiendo. ¿De dónde narices saca usted que hay algo misterioso o que no hay testigos, si ni siquiera ha podido usted leer el auto?
Nunca apoyando a las víctimas… que también son católicos…
Siempre apoyando a los pedófilos… NO FALLA.
– No, es que yo no creo que ese cardenal sea un pedófilo.
– ¿Y en qué se basa usted? ¿Ha podido leer la sentencia?
– No, no he leído la sentencia ni conozco los HECHOS probados… ni nada de nada… Pero como aquí dicen que «una fuente que ha seguido el caso…» dice que es inocente… pues yo no tengo por qué creer a las víctimas, ¿verdad? ¿O sí?
¿Soy el único por aquí a quien le da nauseas que el director del Gaztelueta diga que en el juicio le «malinterpretaron» los jueces? (sugiriendo que los jueces prevaricaron…).
Desidereo, imagínate que por una verdadera desgracia , por una falsa acusación, fueras tú el acusado, ! qué feo que nadie saliera en tu defensa!, Y todos dijeran de ti, lo que tú dices de los que «se cree», Ya no quieras quemarlos en la hoguera, sí hay gente inocente, no es posible que todos sean malvados, acepta éso,
A mí, que pienso -lo diré de paso- que es Usted, Desidereo, un agitador anticatólico de la peor especie, también me dan nauseas las reacciones del director de Gaztelueta.
He leído la sentencia y, como todas las que condenan con base principal en la declaración de la víctima, hace un ejercicio de integración de la version del acusador con la contradictoria del acusado y con las de los testigos indirectos, con las pericias (que en este asunto han sido fundamentales) y con los elementos externos con que se contaba (la presencia de la fotografía a que se refirió el alumno en el ordenador del despacho del preceptor ha sido indudablemente decisiva) y he llegado a la conclusión de que es una sentencia plenamente ajustada a Derecho e impecablemente fundamentada.
Y sí, lo del director es lamentable. Casi tanto como la mayoría de sus destructivas intervenciones en este foro.
Ok. In Dubio. Estamos de acuerdo entonces.
Entiendo que mi postura choca frontalmente con la general de este foro… pero entiendo también que yo jamás insulto, me burlo, o nada semejante.
Usted dice que mis intervenciones son destructivas. Yo en cambio opino que por muy duro que yo pueda ser a veces en mis afirmaciones, como cuando afirmo que aquí se está apoyando a un pedófilo, esa dureza se queda en nada comparada con la extrema dureza y crueldad de quienes aquí opinan para con las víctimas. Usted y yo discutimos por discutir, básicamente, entiendo… No nos va nada en ello. Las víctimas en cambio lo viven en primera persona. El chico de Gaztelueta tuvo varios intentos de suicidio. No se merecen que aquí, por una equivocada forma de entender la defensa de la Iglesia Católica, se le acuse de mentiroso, aprovechategui, etc… ¿verdad?
Usted puede opinar que yo vengo aquí únicamente a crear polémica, a vacilar, meterme con ustedes… etc… No dejará de ser su opinión.
Pero sea cual sea el motivo, en todas y cada una de las discusiones, yo tendré, o no, la razón, simplemente, al margen de cuáles sean o dejen de ser mis intenciones… que sólo las sé yo.
Creo que le honra a usted desmarcarse de las declaraciones del director de Gaztelueta. Hace usted bien. El asunto pinta fatal.
¿De verdad, In Dubio, que mis intervenciones son MAS lamentables que las del director de Gaztelueta apoyando al profesor pederasta? ¿Acusado, juzgado y denunciado por pederasta? ¿De verdad mis intervenciones son más destructivas que las del director MINTIENDO sobre el contenido de las páginas web que encontró el perito informático en la pericial encargada por el colegio? ¿Mintiendo sobre lo continuado del acceso a ese despacho?
Efectivamente, son acusaciones difíciles de probar. Por supuesto: la víctima es un menor, suele ser la palabra de uno contra la del otro y poco más, etc… Lo que no entiendo es por qué motivo, sistemáticamente, los católicos se ponen siempre del lado de un católico (el presunto pedófilo) y no del lado del otro católico (la presunta víctima). S-I-S-T-E-M-A-T-I-C-A-M-E-N-T-E… No lo entiendo… ¿Por qué motivo?
https://infovaticana.com/2018/11/29/gaztelueta-no-comparte-la-condena-al-profesor-y-critica-la-sentencia/
En este artículo, Mig y R aportan datos y argumentos que refutan los errados argumentos de la sentencia.
Vale la pena leerlos.
Reptiliano
Spes: Imagínese que fuera usted la víctima, y viera usted como en esta página otros católicos le tachan de mentiroso, aprovéchate fui, etc …
Si yo fuera el acusado el lugar para defenderme y probar mi inocencia es en el juicio. Lo demás no importa …
Spes:
Aquí parece que las «falsas acusaciones» con como quien se va a tomar un café… y dice:
-Oye… se me ocurre a mí hoy que después del café igual voy a denunciar al cardenal… ya que estamos…
No, Spes. No es así de fácil. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo…
Fíjese en lo de Gaztelueta. El chaval dice que el profesor le enseñó páginas web con fotos de mujeres desnudas… El informático encuentra esas páginas web, y todavía hay gente aquí que defiende al profesor:
– No, es que «igual fue otro profesor…», o «el 90% del profesorado del Opus ve pornografía en su ordenador», etc, etc…
invenciones de todo tipo, con lo fácil que es la realidad: Al profesor le han pillado con el carrito de los helados, insultando al chaval, con el historial de Internet manchado, pidiéndole que «se desabroche un botón de la camisa», etc, etc…
¿Por qué motivo esa defensa férrea?
Aqui todavía no se tiene acceso a la sentencia, y YA están, para variar, defendiendo al pedófilo, juzgado y condenado. ¿Por qué motivo? Pues PORQUE SÍ… para variar…
con tanta letra desi, confirmado, sos un pedófilo tapado…
Fernando: Tenga cuidado con lo que dice que por menos de eso han acabado muchos delante de un juez. Una cosa es un insulto, y otra muy distinta llamarle pedófilo a alguien …
Pues este Trol acusa de eso constantemente a la mayoría de los sacerdotes católicos.
«Consejos vendo…
Estimado Desidereo,
Soy jurista, de aquellos de dura lex, sed lex.
El proceso penal contra el profesor de Gaztelueta suscita muchas dudas sobre la imparcialidad del Tribunal.
Hoy ha salido la noticia de «Dalas Review, absuelto de las acusaciones de abuso sexual y ciberacoso».
Mira que dicen los magistrados:
«Estamos muy lejos también de poder tener por acreditada esa explicación. Hay también cosas que no cuadran», afirman los jueces de la Audiencia madrileña. «En esta situación de tener que elegir entre dos versiones que ninguna de ellas se presenta como segura, el sistema procesal penal obliga a encarar uno de esos dos caminos: el que proporciona la seguridad de que ningún inocente será condenado aunque sea a costa de asumir el riesgo de impunidad de infracciones muy graves», recoge el fallo.
En otras palabras, solo el testimonio de la presunta victima es una prueba muy insuficiente. Lo contrario se llama populismo punitivo.
Con afecto
Cesare:
A mí dudar de la imparcialidad del tribunal me parece tremendo. ¿Por qué habría de ser parcial? ¿Por qué motivo arriesgarse a una condena por prevaricación en un tema que ni les va ni les viene?
Por otra parte, es FALSO que en lo de Gaztelueta se trate únicamente del testimonio de la víctima. FALSO. Más que FALSO. ¿Se ha leído usted la sentencia? Por ejemplo: El perito informático encontró en el ordenador del acusado las páginas web de las que hablaba la víctima (no porno duro… lesbo, sado, o nada parecido, sino EXACTAMENTE lo que comentó el chaval). Por ejemplo, los compañeros confirmaron que se burlaba de él. Por ejemplo, el director confirma que le dijo al chaval que se abriera un botón de la camisa. También confirma un compañero las imágenes de hombre-mujer desnudos en clase, que niega el profesor. Etc… etc. Es FALSO que sea un testimonio contra el otro.
Lo de Dallas Review es un ejemplo de cómo, cuando hay falta de pruebas, no es suficiente el testimonio de la víctima. No es el caso con lo de Gaztelueta. No tenemos ni la más remota idea de qué pruebas hay contra John Pell (por cierto, éste es sólo UNO de los DOS juicios que le esperan, uno de un chico del coro de la catedral, y otro de un chico de un equipo de natación…). Si el jurado le declara culpable, por algo será… ¿no?
Yo no soy jurista, pero usted que lo es me gustaría que me dijese qué le parece que el director del Gaztelueta diga que los jueces le malinterpretaron en el juicio (¡Con luz y taquígrafos, y con abogado de la defensa presente!), o que MINTIERA (ha quedado probado en el juicio) respecto a la existencia de páginas web inapropiadas.
Lo falso es lo que dices tú. Y esto lo afirmo después de haber leído la sentencia y la polémica que tuvisteis tú, y los otros 2.
Por cierto, en aquella no intervine, por 2 motivos:
1º hiciste de fiscal anticatólico, pero no de Trol (algo poco habitual, pero que es de agradecer).
2º los otros 2 desmontaron los argumentos de la sentencia.
Marco Tosatti habla de proceso kafkiano y de secreto impuesto, que resulta muy extraño en un supuesto estado de derecho que quiere ser transparente. Transparencia y secreto se pegan.
http://www.lanuovabq.it/it/pell-condannato-e-mistero-sul-processo-kafkiano
Me faltan elementos de juicio para juzgar posibles irregularidades o prevaricaciones de los tribunales correspondientes. No sé si Pell y el de Gaztelueta son culpables o inocentes, y espero a tener más datos antes de emitir opinión alguna. Pero lo que es indiscutible es que algo querido por los grandes poderes internacionales, que es la pederastia, está medio aparcado en la agenda política, a la espera de que deje de ser rentable para atacar a la Iglesia. Es decir, «las relaciones sexuales con niños son buenas, mientras el que las mantenga no sea un cura». La hipocresía y manipulación son muy burdas. Conozco curas que han sido desvergonzadamente tratados por los medios, basándose en sospechas que nunca han llegado a probarse. Sus imágenes han sido difundidas sin recato alguno, y sólo porque fulanito decía «este es un abusador». Por tanto, castiquemos a los abusadores, pero con las máximas garantías de justicia e imparcialidad.
Con las máximas garantías de justicia e imparcialidad se ha acusado, juzgado y condenado tanto a John Pell y al profesor del Gaztelueta. Y quien diga lo contrario que explique en qué se basa. ¿Acaso no tenía abogado defensor? ¿Acaso no pudo hablar en el juicio? ¿Acaso no había pruebas de lo que decía la víctima? ¿Acaso la víctima se contradijo, como pasó en el caso Romanones?
El viernes a la mañana el cardenal George Pell fue hospitalizado en el Hospital Católico de San Vicente, en Darlinghurst (Sydney), para una operación de rodilla, según informa el periódico australiano Daily Telegraph.
Tres días antes él fue condenado por un falso tribunal de Melbourne a causa de abusos sexuales, los cuales no hay forma posible de que él haya podido cometerlos.
Durante años, los medios de comunicación oligarcas de Australia intentaron convertir a Pell en un monstruo, porque él era una piedra angular para reformar una decadente Iglesia liberal.
¿Falso tribunal? ¿No eran jueces quienes le juzgaron? ¿Por qué motivo habla usted de falso tribunal?
Quienes así hablan se convierten, al instante, en antisistema. No reconocen al tribunal… igual que hacían, por ejemplo, los etarras. ¿Se dan cuenta de dónde se ponen ustedes a sí mismos con sus afirmaciones? Antisistema total.
Reptiliano
La paciencia para aguantar a Desidereo es todo un reto a ser santo…
Todo apunta a la inocencia de Pell, al menos en este caso. Aceprensa así lo considera, si bien, a mi juicio, no le ayudó a Pell el no someterse a preguntas el día del juicio.
https://www.aceprensa.com/articles/como-fue-el-juicio-al-cardenal-pell-segun-algunos-testigos/