El cardenal canadiense Marc Ouellet ha respondido a la petición de Viganò de que cuente lo que sabe con una carta abierta en la que censura duramente al arzobispo al tiempo que confirma lo esencial de sus acusaciones.
Cuando uno lee en un respetado diario nacional «El Vaticano documenta la falsedad de las acusaciones del ex nuncio Viganò contra el Papa», espera exactamente eso: que documente, y que con los documentos en cuestión demuestre que lo que se dijo es falso. De hecho, uno echa inmediatamente en falta una ilustración con los ‘documentos’ en cuestión.
Solo que estamos ante un titular terrible que no tiene nada que ver con la realidad.
En su último comunicado, el ‘arzobispo rebelde’ Viganò, después de reafirmarse en todo lo que dijo en su célebre testimonio, hace una apelación directa al cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos, para que cuente lo que sabe.
La cosa va así: aunque Viganò hace bastantes comentarios en su testimonio, el núcleo de su acusación es que el Papa levantó una sanción privada que su predecesor había impuesto al ya defenestrado pero aún arzobispo emérito Theodor McCarrick, a cuenta de sus andanzas homosexuales con curas y seminaristas.
Aparte del esperable ‘asesinato de carácter’, la principal baza de quienes negaban las acusaciones de Viganò era negar que existiera tal sanción por parte de Benedicto que, al ser privada, no iba a ser fácil demostrar. Estaba en su contra, por ejemplo, que se sabe que McCarrick, lejos de desaparecer en un oscuro convento, dedicado a una vida de oración y penitencia, siguió bajo los focos cuanto quiso y participó en los actos que le dio la gana, incluida la misa de despedida de Benedicto XVI.
Y es cuando Viganò apela a Ouellet, y Ouellet responde con una carta pública a la que probablemente no sea ajena el hecho de que fuera recibido por Su Santidad inmediatamente antes.
Y lo que hace Ouellet en su carta es criticar durísimamente la ‘traición’ de Viganò… Al tiempo que viene a confirmar su relato en lo fundamental. Por ejemplo, como hemos dicho, era fácil negar que hubiera sanción de ningún tipo, porque el sujeto en cuestión no se comportaba exactamente como un sancionado. Y mientras no existan documentos fehacientes o hable el Papa o lo haga Benedicto, ahí podría quedar la cosa.
Pero, no: Ouellet confirma que McCarrick fue, de hecho, «exhortado firmemente a no viajar ni aparecer en público» y a llevar «un estilo de vida discreto de oración y penitencia» a cuenta de «rumores con respecto a su comportamiento en el pasado». Eso suena a sanción privada, ¿no? Y a que Francisco tenía que saberlo cuando empleó a McCarrick en delicadas misiones diplomáticas, especialmente en el controvertido asunto del acuerdo con el Gobierno chino.
Uno de los medios más sólidamente entusiastas de este pontificado, el americano National Catholic Reporter, llegó a reconocer en su día que Benedicto había “puesto a pastar” a McCarrick pero que con Francisco “está de vuelta y más activo que nunca”.
Por otra parte, no parece demasiado honesto en Ouellet que hable de «rumores», cuando dos obispos, dos, ya habían pagado considerables sumas en acuerdos extrajudiciales a víctimas de los abusos de McCarrick. Uno de esos dos obispos, como ya informamos, publicó una nota de prensa para aclarar que había informado a sus superiores del caso, como es natural.
Por lo demás, y con independencia de la sanción, Viganò asegura haber informado personalmente a Francisco de los escándalos de McCarrick. Ouellet no lo pone en duda, pero responde: “Tú dices que informaste al Papa Francisco el 23 de junio de 2013 sobre el caso McCarrick en la audiencia que te concedió a ti, como a tantos otros representantes pontificios de los que él encontró por primera vez ese día. Imagino la enorme cantidad de informaciones verbales y escritas que él debió recibir en aquella ocasión sobre muchas personas y situaciones. Dudo grandemente que McCarrick lo pueda haber interesado al punto que tú has hecho creer, ya que en ese momento era un Arzobispo Emérito de 82 años y ya llevaba siete sin encargo”.
Bien, Ouellet está diciendo que el Papa no estaba muy interesado en el hecho de que un cardenal arzobispo emérito de Washington, uno de los prelados más poderosos de Estados Unidos -si no el más-, que había sido pieza esencial en el nombramiento de varios obispos en ejercicio -como Farrell, Cupich y Tobin- fuera un depredador homosexual siempre que sus ‘parejas ocasionales’ fueran mayores de edad. ¿Es eso?
Imaginamos que el Papa tiene muchas cosas en la cabeza -como el Cambio Climático o la inmigración masiva- y es difícil llevar la cuenta de los cardenales que se lleva a seminaristas a su casita de la playa.
Después de sugerir que el castigo no era realmente un castigo -y fallar estrepitosamente, como vemos-, Ouellet pasa a explicar que la rehabilitación tampoco es tanta rehabilitación. “Nunca he oído al Papa Francisco hacer alusión a este autodenominado gran consejero de su pontificado para los nombramientos en América, aunque él no oculta la confianza que deposita en algunos prelados”, asegura el cardenal en su carta abierta.
Eso me recuerda ligeramente al comentario del propio Francisco bromeando cuando fue preguntado por el ‘lobby gay’ dentro de la Curia y diciendo que el nunca había visto un carné de miembro de dicho lobby. Es curioso en un pontífice que se ha destacado en sus ataques contra la Mafia; ¿o cree Su Santidad que los mafiosos sí tienen carné?
El caso es que muchos sí recuerdan que McCarrick tenía un lugar muy especial en la confianza de Francisco. Rocco Palmo, uno de los periodistas que mejor conocen el mundillo eclesial, nada sospechoso de veleidades ‘antifrancisquistas’, contaba ya en 2016 en su afamado blog ‘Whispers in the loggia’ que «Francisco considera a McCarrick uno de sus héroes». Cuenta también Palmo que a mediados de septiembre de ese mismo año, McCarrick «escribió una carta al Papa… solicitando el nombramiento de Joe Tobin como obispo de Newark», en un momento del proceso en el que ni siquiera se había mencionado el nombre del actual arzobispo». No sé, eso suena a influencia de «gran consejero», Eminencia.
La enorme influencia de McCarrick sobre Francisco en el nombramiento de obispos americanos también la confirmaba en 2014 otro gran vaticanista, Sandro Magister, cuando escribía: “Se cree que el nombramiento de Cupich se lo han recomendado al Papa con especial entusiasmo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y, sobre todo, por el cardenal Theodore McCarrick.”
En definitiva, la carta de Ouellet le hace un flaco favor a sí mismo y a Francisco. Confirma más que desmiente lo que denuncia Viganò y su gran acusación parece ser, leyendo entre líneas, que cómo se le ocurre montar todo este lío que deja mal a la Iglesia.
Por lo demás, hay un hecho incontestable: Viganò no tenía nada que ganar y sí mucho que perder haciendo público su testimonio. Se ha convertido en un paria, a su edad, está desaparecido, lo ha perdido todo. Ouellet, por su parte, es prefecto, y tiene algo que ganar y nada que perder con la carta que ha hecho pública.
A continuación, la carta de Ouellet:
Querido hermano Carlo Maria Viganò,
En tu último mensaje a los medios, donde denuncias al Papa Francisco y a la Curia romana, me exhortas a decir la verdad sobre los hechos que tú interpretas como una corrupción endémica que ha invadido la jerarquía de la Iglesia hasta su más alto nivel. Con el debido permiso pontificio, ofrezco aquí mi testimonio personal, como Prefecto de la Congregación para los Obispos, sobre los asuntos que conciernen al Arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick y su presunta vinculación con el Papa Francisco, que son objeto de tu clamorosa denuncia pública, así como de tu pretensión de que el Santo Padre dimita. Escribo este mi testimonio basándome en mis contactos personales y en los documentos de los archivos de dicha Congregación, que están siendo actualmente objeto de un estudio para esclarecer este triste caso.
Permíteme decirte en primer lugar, con total sinceridad, y en virtud de la buena relación de colaboración que existía entre nosotros cuando eras Nuncio en Washington, que tu posición actual me parece incomprensible y extremadamente reprobable, no solo por la confusión que siembra en el pueblo de Dios, sino porque tus acusaciones públicas dañan gravemente la reputación de los obispos, sucesores de los Apóstoles. Recuerdo haber gozado durante un tiempo de tu estima y de tu confianza, pero constato que ahora he perdido ante tus ojos la dignidad que me reconocías, por el simple hecho de haber permanecido fiel a las orientaciones del Santo Padre en el servicio a la Iglesia que me ha confiado. La comunión con el Sucesor de Pedro, ¿no es la quizás expresión de nuestra obediencia a Cristo, que lo ha elegido y lo sostiene con Su gracia? Mi interpretación de “Amoris Laetitia” que tú lamentas se inscribe en esta fidelidad a la tradición viva, de la que Francisco nos ha dado ejemplo con la reciente modificacióndel Catecismo de la Iglesia Católica sobre la cuestión de la pena de muerte.
Vayamos a los hechos. Tú dices haber informado al Papa Francisco el 23 de junio de 2013 sobre el caso McCarrick durante la audiencia que te concedió, a ti y a otros muchos representantes pontificios con quienes ese día se encontraba por primera vez. Imagino la enorme cantidad de información tanto verbal como escrita que tuvo que recoger en aquella ocasión acerca de tantas personas y situaciones. Dudo seriamente de que McCarrick le interesara hasta el punto que tú querrías hacer creer, puesto que era un Arzobispo emérito de 82 años y sin encargo alguno desde hacía siete años. Además, las instrucciones escritas que preparó para ti la Congregación para los Obispos cuando iniciaste tu servicio en 2011, no decían nada sobre McCarrick, sino que te informé oralmente sobre su situación de Obispo emérito que debía obedecer a ciertas condiciones y restricciones, a causa de rumores sobre su comportamiento en el pasado.
Desde el 30 de junio de 2010 que soy prefecto de esta Congregación, jamás he llevado a audiencia ante el papa Benedicto XVI o el papa Francisco el caso McCarrick, salvo en los días después de su decadencia del Colegio de Cardenales. El ex-cardenal, jubilado en mayo de 2006, fue exhortado a no viajar y a no hacer apariciones públicas a fin de no provocar más rumores como los que circulaban sobre él. Es falso presentar las medidas tomadas en relación a él como «sanciones» decretadas por el Papa Benedicto XVI y anuladas por el Papa Francisco. Tras una revisión de los archivos, constato que no hay documentos la respecto firmados por uno u otro papa, ni nota de audiencia de mi predecesor el Cardenal Giovanni Battista Re, que dieran el mandato de obligar al Arzobispo emérito McCarrick al silencio y a la vida privada con el rigor de penas canónicas. La razón es que no se disponía entonces, a diferencia de hoy, de pruebas suficientes de su presunta culpabilidad. De ahí la posición de la Congregación, inspirada por la prudencia, y las cartas de mi predecesor y las mías propias en las que se le exhortaba, a través de los Nuncios Apostólicos Pietro Sambi y tu persona, a un estilo de vida discreto de oración y penitencia por su propio bien y el de la Iglesia. Su caso hubiera merecido nuevas medidas disciplinares si la Nunciatura en Washington o cualquier otra fuente nos hubiese proporcionado elementos recientes y decisivos sobre su comportamiento. Espero que, por respeto a las víctimas y la necesidad de justicia, la investigación que está en curso en Estados Unidos y en la Curia romana nos proporcione un análisis crítico y global de los procedimientos y circunstancias de este doloroso caso para evitar que se reproduzca en el futuro.
¿Cómo es posible que este hombre de Iglesia, cuya incoherencia se conoce hoy, haya sido promovido varias veces hasta ocupar las muy altas funciones de Arzobispo de Washington y como Cardenal? Yo mismo estoy muy sorprendido de esto, y reconozco fallos en el proceso de selección que se ha llevado a cabo en su caso. Pero sin entrar aquí en detalles, se debe comprender que las decisiones tomadas por el Soberano Pontífice se apoyan en la información de la que se dispone en ese momento preciso, y que son objeto de un juicio prudencial que no es infalible. Me parece injusto llegar a la conclusión de que hubo corrupción en las personas encargadas del discernimiento previo, aunque, en el caso que nos ocupa, ciertos indicios que aparecen en los testimonios hubiesen debido ser examinados más a fondo. El prelado involucrado supo defenderse muy hábilmente de las dudas levantadas sobre él. Por otra parte, el hecho de que pueda haber en el Vaticano personas que practican y sostienen comportamientos contrarios a los valores del Evangelio en materia de sexualidad, no nos autoriza a generalizar y a declarar indignos y cómplices a este tal y a este otro tal, e incluso al mismo Santo Padre. ¿Acaso no deben los ministros de la verdad guardarse ante todo de la calumnia y de la difamación?
Querido representante pontificio emérito, te digo francamente que acusar al papa Francisco de haber encubierto con conocimiento de causa a este presunto depredador sexual y, por consiguiente, de ser cómplice de la corrupción que hace estragos en la Iglesia hasta el punto de llegar a hacerle indigno de proseguir su reforma como primer pastor de la Iglesia, me resulta desde todo punto de vista increíble e inverosímil. No alcanzo a comprender cómo has podido dejarte convencer de esta monstruosa acusación que no se sostiene. Francisco no ha tenido nada que ver con las promociones de McCarrick en Nueva York, Metuchen, Newark y Washington. Él lo destituyó de su dignidad de cardenal tan pronto como apareció una acusación creíble de abuso de menores. Jamás le he escuchado hacer alusión a ese supuesto gran consejero de su pontificado para los nombramientos en América, cuando el Papa no esconde la confianza que concede a algunos prelados. Intuyo que estos no son de tu preferencia ni de la de los amigos que sostienen tu interpretación de los hechos. ¡Pero encuentro aberrante que te aproveches del escándalo de los abusos sexuales en Estados Unidos para infligir a la autoridad moral de tu superior, el Sumo Pontífice, un golpe inaudito e inmerecido!
Tengo el privilegio de mantener largos encuentros con el papa Francisco cada semana para tratar los nombramientos de obispos y los problemas que afectan a su gobierno. Sé muy bien cómo trata a las personas y los problemas, con mucha caridad, misericordia, atención y seriedad, y tú mismo has tenido experiencia de ello. Leer cómo terminas tu último mensaje, aparentemente muy espiritual, mofándote y arrojando dudas sobre su fe, me ha resultado verdaderamente sarcástico, incluso blasfemo. Esto no puede venir del Espíritu de Dios.
Querido hermano, cuánto desearía ayudarte a volver a encontrar la comunión con aquel que es el garante visible de la comunión de la Iglesia católica; comprendo que algunas penas y decepciones hayan jalonado tu camino al servicio de la Santa Sede, pero tú no puedes terminar así tu vida sacerdotal en una rebelión abierta y escandalosa que inflige una herida muy dolorosa a la Esposa de Cristo, a quien tú pretendes servir mejor, agravando la división y el desconcierto en el pueblo de Dios. ¿Qué podría responder a tu llamamiento, salvo decirte: sal de tu clandestinidad, arrepiéntete de tu rebeldía y retorna a tener mejores sentimientos hacia el Santo Padre en lugar de fomentar la hostilidad contra él? ¿Cómo puedes celebrar la Eucaristía y pronunciar su nombre en el canon de la misa? ¿Cómo puedes rezar el santo Rosario, a San Miguel Arcángel y a la Madre de Dios, condenando a aquel a quien Ella protege y acompaña todos los días en su gravoso y valiente ministerio?
Si el Papa no fuera un hombre de oración, si estuviera apegado al dinero, si favoreciera a los ricos a costa de los pobres, si no demostrara una energía infatigable para acoger todas las miserias y dar el consuelo generoso de su palabra y de sus gestos, si no multiplicara todos los medios posibles para anunciar y comunicar la alegría del Evangelio a todos y a todas, en la Iglesia y más allá de sus fronteras visibles; si no tendiera la mano a las familias, a los ancianos abandonados, a los enfermos de alma y cuerpo y, sobre todo, a los jóvenes en busca de la felicidad; se podría tal vez, según tu parecer, preferir a otro que adoptase actitudes diplomáticas y políticas diversas, pero yo no puedo poner en tela de juicio su integridad personal, su consagración a la misión y, sobre todo, el carisma y la paz que le habitan, por la gracia de Dios y la fuerza del Resucitado.
En respuesta a tu ataque injusto e injustificado en los hechos, querido Viganò, concluyo por consiguiente que la acusación es un montaje político carente de fundamento real que pueda incriminar al Papa, y que hiere profundamente la comunión de la Iglesia. Quiera Dios que esta injusticia flagrante sea rápidamente reparada y que el Papa Francisco siga siendo reconocido por lo que es: un pastor insigne, un padre compasivo y firme, un carisma profético para la Iglesia y el mundo. ¡Que siga adelante con toda confianza y alegría, llevando a cabo la reforma misionera que ha emprendido, y contando con la oración del pueblo de Dios y con la solidaridad renovada de toda la Iglesia unida a Santa María, Reina del Santo Rosario!
Marc Cardenal Ouellet
Prefecto de la Congregación para los Obispos
Festividad de Nuestra Señora del Santo Rosario, 7 de octubre de 2018
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Y nos chupamos el dedo otra vez… Por favor. ¡Pues claro que lo sabían! ¡Esos escándalos los conoce todo el mundo! Uno denuncia… luego otro… luego otro más. Es evidente que ahí hay algo… pero para «evitar el escándalo» no se hace NADA.
Incluso hoy, McCarrick continúa tan a gusto formando parte de la Iglesia Católica, y disfrutando de un dorado retiro en un convento, chupando del dinero de la X. ¿O no?
Como pasó con Wesolowsky. Como pasó con Bernard Law. Como pasó con Daneels.
La Iglesia Católica es INCAPAZ de darle una patada en el culo al pedófilo y echarlo a la calle. Ese es el problema.
www . elmundo . es/baleares/2018/04/08/5ac9edb1e2704e1a4f8b4657 . html
www . diariodemallorca . es/mallorca/2018/01/15/segundo-juicio-mallorca-sacerdote-pederastia/1279300 . html
Ouellet demuestra con esta carta ser un lacayo de Francisco, que sólo piensa en proteger el chiringuito que han montado. Para él, cualquier ataque contra una estructura corrupta, diseñada para encubrir a depredadores sexuales, es un pecado. Equipara el servilismo cobarde con amor a Dios, y la denuncia pública del mal con la traición. Este hombre evidentemente no sabe NADA sobre el amor a la Iglesia.
Hasta que no dimita Francisco y limpen toda la porquería en la Iglesia no pienso poner una X en la declaración. Ni un céntimo para los encubridores de pervertidos.
Yo sí le creo a este obispo.
Tanto le crees, que es arzobispo.
Yo también
Para mi, este oulet ha sido bien aleccionado. En un punto de su carta llega a insinuarlo: que escribe esta carta von permiso y petición de parte. Un oulet que departe de continuo con Francisco y finalmente y después de días desde la carta de vigano «Con el debido permiso pontificio». Como que Francisco le hubiese dado permiso para escribir otra cosa o apoyar las declaraciones afirmaciones de vigano.
««No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. 35.Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; 36.y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. 37.«El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. 38.El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.»
Mateo, 10 – Bíblia Católica Online
Cuánto tardó en contestar, algo tan importante y se dilatan . Ahora los comentarios en castigo, son de no poner la famosa X, pues, que culpa va a tener la parte sana, de lo que hace la parte infectada, .Es como el aborto, el inocente paga las consecuencias
Jesucristo vive y reina por los siglos de los siglos
Y esta cloaca se empecina en el pecado y la corrupción, para seguir demostrando que, en la Iglesia, muchos han demostrado su fidelidad y su amor a Dios. Es de las pocas veces en la Historia de la Iglesia donde la santidad de vida y costumbres se ve con tanta transparencia en tantos. Cuanta más injurias y difamaciones, más luminosa y alegre parece la entrega de muchos. Doy gracias a Dios por esta Esperanza compartida con tantos y tantas buenos y buenas hijas de la Iglesia. Y con eso bendigo la libertad de expresión, por la que vale la pena dar la vida, ya que es la que permite que el agua clara sortee toda inmundicia. Sin esa libertad, está cloaca se creería estar perseguida y maltratada, en ese victimismo hipócrita de cualquier fariseo. Pido a Dios, estos días por la familia del niño abusado hasta la náusea en el País Vasco, a manos de un prelatura cruel y despiadada.
El concepto de «tradición viva» de Del Lubac que blande nuestro monseñor, como un martillo, para justificar al Papa no es sino el concepto de evolucionismo dogmático que se opone a la tradición. Por desgracia el término hizo fortuna con el Vaticano II que rehabilita de facto, aunque no de iure a De Lubac y ahora vemos otra vez el famoso palabro para justificar tanto la impugnación de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio en Amoris Laetitia como la impugnación de doctrina de la Iglesia sobre la pena de muerte, en lo que es el nuevo catecismo, eso sí con muchísimas flores y muchísimas sonrisas como no podíamos esperar que fuese de otro modo por parte de la diplomacia pontificia. Una autentica pena que manifiesta una Iglesia secuestrada por los masones o una Iglesia ocupada por ellos, en expresión de Ploncard.
Oulet, la defensa que hace de las incoherencias de Francisco hace que su testimonio quede desacreditado.
Lo que dijo Viganò concuerda con los hechos.
Por ejemplo, el obispo Paglia se pintá desnudo en el retablo de la catedral de Arnia (dónde estaba como obispo antes de su ascenso) en una red repleta de homosexuales y pecadores carnales, que supuestamente eleva al Cielo el Señor Resucitado, al que se ven detrás de un velo sus partes íntimas. La cara del «Señor» ha sido hecha tomando como modelo un peluquero homosexual de la zona.
Después de eso, todavía en timpo de Benedicto, ha sido ascendido. Más todavía en tiempo de Francisco cuando llega a ocupar la Pontificia Academia para la Vida.
McCarrick no es de ayer. Han tenido que saber sobre sus comportamientos mucho antes. Todo esto es un asqueroso escándalo. Y ahora cargan contra Viganò llamándolo diablo.
Mentira
Verdad.
Y aquí tiene dos imágenes del mural blasfemo:
https://www.lifesitenews.com/images/made/images/local/Paglia_and_mural_810_500_75_s_c1.jpg
https://2img.dorzeczy.pl/_thumb/2f/cd/19df37b4045e7dbf45fffbac08e3.jpeg
Y aquí más datos:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=28733
«Dudo grandemente que McCarrick lo pueda haber interesado al punto que tú has hecho creer, ya que en ese momento era un Arzobispo Emérito de 82 años y ya llevaba siete sin encargo”.
Aquí el Card. Ouellet está diciendo que Mons. Viganó miente. Porque éste dice que fue el Papa Francisco el que sacó el tema de McCarrick y le prerguntó a Viganó su opinión sobre él:
«Entonces, el Papa me preguntó con tono muy cordial: “¿Cómo es el cardenal McCarrick?”. Le respondí con total franqueza y, si lo desean, con mucha ingenuidad: “Santo Padre, no sé si usted conoce al cardenal McCarrick, pero si le pregunta a la Congregación para los Obispos, hay un dossier así de grande sobre él. Ha corrompido a generaciones de seminaristas y sacerdotes, y el Papa Benedicto le ha impuesto retirarse a una vida de oración y penitencia”.»
La respuesta a una pregunta que uno hace es más que algo que uno oye en medio de un día muy ocupado.
Puntos clave de la respuesta de Ouellet que afianzan el testimonio de Mons. Viganò:
1) El cardenal Ouellet reconoce que a McCarrick se le impusieron restricciones.
«excepto por lo que le mencioné verbalmente sobre su situación como Obispo emérito y ciertas condiciones y restricciones que debía seguir a causa de algunos rumores sobre su conducta pasada.»
2) El cardenal Ouellet reconoce que se requirió a McCarrick que no viajara ni hiciese apariciones públicas.
«Se pidió al excardenal, retirado en mayo de 2006, que no viajara ni hiciera apariciones públicas para evitar nuevos rumores sobre él.»
3) El cardenal Ouellet confirma que, tanto él mismo como su predecesor en la Congregación para los Obispos, exhortaron a McCarrick a llevar una vida de oración y penitencia.
«Así, la decisión de la Congregación se inspiró en la prudencia, y las cartas de mi predecesor y mis propias cartas lo instaron, primero a través del Nuncio Apostólico Pietro Sambi y luego a través de usted, a llevar una vida de oración y penitencia, por su propio bien y para el bien de la Iglesia.»
Tras la respuesta de Ouellet, que en mi opinión consigue reforzar las principales denuncias contenidas en el testimonio de Mons. Viganò (confirmado por un oficial del Vaticano como Mons. Jean-François Lantheaume, que fue primer consejero en la nunciatura apostólica en Washington DC), cabe recordar que Roma conocía los antecedentes inmorales de McCarrick desde el año 2000:
infovaticana.com/2018/09/08/una-carta-de-sandri-confirma-que-el-vaticano-conocia-las-acusaciones-contra-mccarrick-en-2000/
Tanto la respuesta de Ouellet como el anuncio del Vaticano de reexaminar la documentación sobre McCarrick parecen acciones coordinadas y meramente cosméticas, que no aportan respuestas a preguntas que comprometen directamente al Papa Francisco. ¿Por qué durante 5 años de gobierno de Francisco McCarrick mantuvo un ministerio activo acompañando a Francisco en viajes a Tierra Santa o Cuba, con visitas a países como China, concelebrando con cardenales como Wuerl o participando en reuniones de administración de la Fundación Papal y organizaciones benéficas católicas?
Mentira
¿Por qué McCarrick y Wuerl trabajaron entre bastidores con el Vaticano del Papa Francisco anticipando y preparando una victoria de Hillary Clinton en 2016 (que gracias a nuestra Señora no se produjo), allanando el camino para que el Vaticano empezara a trabajar con la Casa Blanca para avanzar la agenda liberal a nivel global?:
youtu.be/e29aHS4zYZY
churchmilitant.com/news/article/pope-francis-must-resign-criminal-probe-widens
Mentira
¿Por qué el Papa Francisco quiso, atendiendo peticiones de Coccopalmerio y del masón de la logia P2 Vito Pinto, rehabilitar al sacerdote Mauro Inzoli, condenado por abusos a menores y suspendido a divinis? Una rehabilitación a la que el entonces Prefecto de la CDF, cardenal Müller, se opuso y que, unida a desencuentros por situaciones de naturaleza similar, parece que llevó al despido de Müller y sus tres ayudantes de la CDF:
lifesitenews.com/blogs/vatican-source-pope-dismissed-cdl-mueller-and-others-for-following-church-r
Mentira, difamaciones e injuria
¿Por qué el Papa Francisco, interrumpiendo una Misa celebrada por el Prefecto de la CDF el cardenal Müller, ordeno a éste parar la investigación sobre el cardenal y miembro de San Galo Murphy-O’Connor por abuso sexual?:
lifesitenews.com/news/cardinal-mueller-confirms-sex-abuse-investigation-against-uk-cardinal-was-s
infovaticana.com/2018/10/05/muller-confirma-que-el-papa-le-ordeno-parar-la-investigacion-a-murphy-oconnor/
¿Por qué el Papa Francisco, interrumpiendo una Misa celebrada por el Prefecto de la CDF el cardenal Müller, ordeno a éste parar la investigación sobre el cardenal y miembro de San Galo Cormac Murphy-O’Connor por abuso sexual?:
lifesitenews.com/news/cardinal-mueller-confirms-sex-abuse-investigation-against-uk-cardinal-was-s
infovaticana.com/2018/10/05/muller-confirma-que-el-papa-le-ordeno-parar-la-investigacion-a-murphy-oconnor/
Mentira, injurias y difamaciones
Por «pedofilia» se entiende habitualmente el abuso sexual a menores de edad, y eso sólo se le comprobó a McCarrick este mismo año, cuando fue destituido. En el Código de Derecho Canónico de 1917 era delito toda actividad sexual, y más aún homosexual, de un sacerdote, eso cambió con el de 1983 (pecado sigue siendo, obviamente), cosa que a mi juicio fue un error, y que debería poder solucionarse en el futuro volviendo a la normativa anterior en este punto.
Qué suplicio estos Cardenales! A ninguno le importan las víctimas, la verdad o la fidelidad a Cristo. Les interesa su fama, sostener en el poder al Papa de turno. Y una cosa es la tradición viva, y otra sus aplicaciones concretas. Lo del Papa Bergoglio es claramente, como mínimo, discutible.
La idea principal de la estrategia que aplica la iglesia nuevo paradigma es la división del trabajo en insultos y violencia moral y sicológica contra Viganó. Son especialistas:
– Berg oglio lo hace de frac. Homilías hablando del diablo. Oración de San Miguel.
– Oullet hace el trabajo sucio: «carta abierta» en acción directa contra el ex-nuncio.
Difamaciones e injuriador, solodiarrea, y es el Papa Francisco, Papa Francisco.
La carta de mons. Viganó al papa Francisco refleja voluntad de dividir, de morder al pastor, de escandalizar al Pueblo de Dios. Percibo la soberbia del Acusador la que se insinúa en todo ello. Mi corazón y mi sentido de Iglesia están con el papa.
¿Se ha fiado Viganó de las personas sin haberse quedado con alguna prueba?
Esos documentos podrían ahora destruirlos. El pelotas baboso este de Ouellet habla de
«Tradición viva» para referirse realmente a la tradición cambiante (un contrasentido).
La carta tiene tela. No va dirigida a Viganó, sino a todos los fieles para adoctrinarlos, para hacerles sentir mal por dudar del Papa. Y a los medios para que difundan sus mentiras.
¿En todo este tiempo no se les ha ocurrido otra cosa? Muy preocupado debe estar Bergoglio para utilizar el rosario y la oración de San Miguel para tratar de despistar a los fieles.
Vamos, viene a confirmar que Viganó tiene razón, que además van a hacer con la doctrina lo que les da la gana -se ve que todos se han perdido la carta de San Pablo leída en la misa de hoy- pero que el Papa es ¡tan, tan bueno! No se entiende muy bien. Todo es patético. Enfin, me da un poco de pena todo este personal que ya no sabe qué hacer para defender lo indefendible. En cualquier caso, ya nos hemos olvidado de un sínodo que se ve que no le interesa absolutamente a nadie, y a los que menos, a los jóvenes. Total, no necesitan el permiso de ningún Papa para tirarse a un amiguito. Por otra parte, me gustaría saber lo que pasa con Tobin. Y con Farrell.
Pues nada de nada. Estan al poder, y lo demas les resbala. Heri al pastor y se dispersaron las ovejas. Ya esta. Y lo de los jovenes es de traca porque las Juventudes X llegan a los 30 y el concepto de joven no es una clasificacion inmutable; ahora ya es un arma dialectica en manos de desaprensivos. Sonria, mientras pueda.
Al cardenal Marc Ouellet y a quien le recomendó escribir esta carta se les podría decir: «No aclaren, que oscurecen».
Papa Francisco, Papa Francisco, que los espumarajos no te dejan ver el teclado
Me pregunto, si Canadá, con la documentación provista por el lacayo y canadiense Quellet, no tiene ya suficientes elementos, para iniciar una investigación Judicial.
Masja, tómatelo con tranquilidad, que cuando más te alteres más dura será tu caida.