El obispo de Münster declara que no ordenará sacerdotes ‘con mentalidad preconciliar’

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Monseñor Felix Glenn, obispo de Münster, lleva su aborrecimiento hacia los sacerdotes tradicionales al extremo de declarar en rueda de prensa que no piensa ordenar a ningún seminarista con mentalidad preconciliar.

«Se lo digo a ustedes firmemente: no quiero clérigos preconciliares y no les ordenaré», ha asegurado en rueda de prensa Monseñor Felix Glenn, obispo de Münster, según cita Die Tagespost.

Pues va a tener un problema, porque las órdenes, hermandades y asociaciones tradicionales que Su Ilustrísima desprecia constituyen hoy en Occidente verdaderos viveros de vocaciones, y una diócesis con tanta solera como la suya, Münster, con casi dos millones de católicos, ordenó el año pasado exactamente a tres sacerdotes, y él mismo ha confesado que pasa noches en vela por la falta de vocaciones.

Lo sorprendente, en todo caso, es que llegue al extremo de declarar públicamente que privará del orden sacerdotal a los seminaristas de mentalidad tradicional, pero que Glenn -que asistirá al Sínodo de los Jóvenes de este mes- está en el polo opuesto no es sorpresa para nadie.

Uno de sus sacerdotes, el padre Norbert Happe, llena la biblioteca parroquial de literatura homosexual dirigida a jóvenes. En 2013, Genn fue uno de los primeros en promover que se dispense la llamada ‘píldora del día después’, abortiva, en los hospitales alemanes dependientes de la Iglesia.

Glenn también ha causado polémica por su entusiasmo promusulmán. Organizó en la Catedral de Münster una exposición sobre la paz con obras de 14 artistas que incluía un letrero en neón en árabe en el portalón de la catedral con el saludo «Assalamu alaikum», como si a la religión cristiana le faltaran saludos con referencia a la paz.

Uno de sus principales críticos, el padre Paul Spätling, ha escrito una carta abierta denunciando la pasividad cómplice de Glenn con casos como el de Happe y pidiendo, por ello, que no participe en el Sínodo de los Jóvenes.

Una actitud sin duda equivocada esta de esperar que los obispos actúen contra los sacerdotes que promueven abiertamente la homosexualidad en sus diócesis o que no se les convoque, ya que, de aplicarse, impediría a mi Arzobispo, don Carlos Osoro, participar en futuros sínodos.