Chaput responde a Cupich sobre las críticas anónimas: «El ambiente tóxico en muchas de nuestras comunidades las hace necesarias»

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El 21 de septiembre, el arzobispo de Filadelfia, Charles J. Chaput, presentó una crítica sobre el Instrumentum Laboris para el Sínodo de Jóvenes de 2018, que le envió un respetado teólogo norteamericano.

A continuación, publicamos una respuesta a dicha crítica por parte del cardenal Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago, seguida de una nota de mons. Chaput.

 

Estimados editores:

El creciente uso de la crítica anónima en la sociedad estadounidense no contribuye necesariamente a un discurso público saludable, sino que de hecho puede erosionarlo. Por esta razón, la crítica anónima al Instrumentum Laboris (IL) para el Sínodo 2018, publicado por First Things el 21 de septiembre de 2018, plantea preguntas esenciales sobre la naturaleza del diálogo teológico en nuestra Iglesia, y la naturaleza problemática de algunas formas de anonimato. También plantea preguntas fundamentales sobre por qué First Things publicaría una crítica anónima tan contundente.

La visión madura de Donum Veritatis (Sobre la vocación eclesial del teólogo) habla de un diálogo público y directo en la búsqueda de la verdad, generoso en espíritu, justo en la crítica y de tono equilibrado. La crítica anónima publicada por First Things rechaza estos elementos y los sustituye con la selectividad, la condescendencia y el despliegue de verdades parciales para, así, ofuscar la plenitud de la verdad. Peor aún, dicho texto distorsiona la verdad en muchos puntos y muestra condescendencia hacia las cuestiones planteadas por las conferencias episcopales del mundo en las que se basa el IL.

Por ejemplo:

La crítica presenta una lamentable falta de comprensión de la enseñanza magisterial al afirmar: «Todo el documento se basa en la creencia de que el papel principal de la Iglesia magistral es ‘escuchar'». Sin embargo, hay siete referencias a la enseñanza magistral en el documento (ver números 53, 87, 115 y 193). El interés en escuchar es precisamente para que la enseñanza pueda ser efectivamente recibida (ver discusión en el n. 53).

Además, la crítica falsifica la verdad cuando el autor se centra singularmente en el párrafo 144, basándose en la falacia de que la ausencia de un asunto en un párrafo significa que está ausente en todo el documento. El autor anónimo escribe: «En ninguna parte, sin embargo, se nota que también debe ampliarse este punto de vista con la certeza total de que hay un Dios que los ama y ​​que desea su bien eterno». Sin embargo, el documento recomienda que cambiemos a las variadas actividades de Dios 78 veces.

Luego está la sección sobre el naturalismo y la ausencia de alma; son sólo más ejemplos de informes falsos. El documento se refiere al cuerpo o la materialización en 20 ocasiones y 71 veces a lo espiritual.

Terminaré con una cita de la Declaración a Dignitatis Humanae sobre la Libertad Religiosa (n. 3) del Concilio Vaticano II, que el Papa San Juan Pablo II citó en el párrafo 32 de Ut Unum Sint: «Como afirma la Declaración del Consejo sobre Libertad Religiosa: “La verdad debe buscarse de modo apropiado a la dignidad de la persona humana y a su naturaleza social. Es decir, mediante una libre investigación, sirviéndose del magisterio o de la educación, de la comunicación y del diálogo, por medio de los cuales unos exponen a otros la verdad que han encontrado o creen haber encontrado, para ayudarse mutuamente en la búsqueda de la verdad; y una vez conocida ésta, hay que aceptarla firmemente con asentimiento personal».

Lo que se necesita es una preocupación por la Iglesia que esté animada por el amor a la verdad. Lo que se necesita es el espíritu de la sinodalidad que el Papa Francisco ha convertido en el verdadero corazón del venidero momento de diálogo y enseñanza de la Iglesia, en busca de maneras de llevar el Evangelio de Jesucristo a las siguientes generaciones.

Cardenal Blase J. Cupich

Arzobispo de Chicago

 

Le agradezco al cardenal Cupich sus útiles comentarios, y como indiqué en mis propios comentarios originales, «otros pueden estar en desacuerdo» con la crítica del Instrumentum que cité. Yo no. De hecho, la crítica que seleccioné está entre las más caritativas que he recibido de los estudiosos; otros han sido más largos, más minuciosos y menos cuidadosos al evaluar el texto de 33.000 palabras. Pero esto no es inusual. El Instrumentum de un sínodo siempre es, o al menos debería ser, un trabajo en progreso, abierto a discusión y adaptación por los Padres Sinodales. Estoy seguro de que podemos contar con ese proceso en la próxima asamblea sinodal. En cuanto a la naturaleza anónima de la crítica: ciertamente estoy de acuerdo con el cardenal en que las fuentes no identificadas pueden ser lamentables. También lo es el ambiente tóxico en muchas de nuestras comunidades académicas, que las hace necesarias.

 

Charles J. Chaput, O.F.M. Cap.

Arzobispo de Filadelfia

 

Publicado en First Things; traducción de Pablo Rostán para InfoVaticana.

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Comentarios
5 comentarios en “Chaput responde a Cupich sobre las críticas anónimas: «El ambiente tóxico en muchas de nuestras comunidades las hace necesarias»
  1. Donde las dan las toman! No cabe duda de que se trata de una guerra abierta entre una parte que representa a Iglesia de siempre y la otra que representa a una contraiglesia, eso sí, misericordiosa y caritativa además de rencorosa y vengativa

    1. Eso es lo que os gusta, bandas, banderias. Y parroquias vacías, pisos vendidos, centros cerrados, un ejercito de almas atormentadas, empastilladas. Sólo hay dos bandos, los ansiados y abusadores, los sectarios y sus víctimas. Prelaturas y marcieles, yunques y clericales, abusadores, corruptos y corrompidos, y las iglesias vacías. Alguien os ha dicho que el rey está desnudo y es un masi, rojo pagado por la sinagoga, como miles antes, millones de condenados en vida.

  2. La guillotina del «gran acusador» Cupich brama de rabia porque no obtiene nombres de las cabezas que expresan su parecer. ¿Será que ya siente que gritan hasta las piedras?

  3. Las noticias falsas, las campañas orquestadas, las injurias y difamaciones, son para los que cualquier medio está justificado, maquiavélico y corrupto proceder que sólo deja claro que hay muertos que no se dejan enterrar y ese es su hedor.

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