Lo más novedoso de la última carta del (todavía) Arzobispo Carlo Maria Viganò es su llamamiento al Cardenal Ouellet, de quien dice poseer las pruebas de lo que Viganò alega, para que hable y cuente lo que sabe del caso.
«Me gustaría hacer un llamamiento especial al Cardenal Ouellet, porque como nuncio siempre trabajé en gran armonía con él, y siempre tuve gran estima y afecto hacia él”, dice Viganò en su última carta, en la que se reafirma en todo lo que ha revelado hasta la fecha. Y concluye: “Su Eminencia, antes de irme a Washington, usted fue quien me contó las sanciones del Papa Benedicto sobre McCarrick. Tiene a su disposición documentos clave que incriminan a McCarrick y muchos en la curia por sus encubrimientos. Su Eminencia, le insto a que testifique de la verdad”.
El ‘encargo’ pone en un verdadero brete al cardenal canadiense Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina y, cuando Viganò era nuncio en Estados Unidos, prefecto para la Congregación de los Obispos, en el caso de que haya algo de verdad en lo que denuncia Viganò en su célebre testimonio.
Ouellet está, como cualquier miembro de la Curia, sujeto al muy solemne secreto pontificio. También lo estaba, naturalmente, Viganò, que aprovecha esta última carta para justificarse en este sentido, asegurando que “el objetivo de cualquier secreto, incluido el secreto pontificio, es proteger a la Iglesia de sus enemigos, no ocultarla y convertirse en cómplice de los crímenes cometidos por algunos de sus miembros. Fui testigo, no por mi elección, de hechos impactantes y, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica (2491), el sello del secreto no es vinculante cuando un daño grave puede evitarse únicamente al divulgar la verdad”.
Bien, ese es el discernimiento de Viganò, pero no tiene que serlo el de cualquier otro implicado. La necesidad de obediencia en el seno de la Iglesia, más aún a estos niveles, presume que el inferior no debe juzgar las decisiones del superior, ya que si todo dependiese de su juicio particular, la obligación solemne de secreto carecería de sentido.
Más aún si se trata del Papa, sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo, es más que arriesgado valorar por cuenta propia cuándo una de sus decisiones supone “un crimen”, por usar las palabras de Viganò.
Aún más, la decisión de Francisco de levantar una sanción que, si existió, fue reservada y secreta, entra perfectamente dentro de la autoridad discrecional del Pontífice, se juzgue sabia o no, más cuando se trata de un clérigo retirado de sus funciones jerárquicas y al que Francisco encargó misiones puntuales confiando en una habilidad diplomática que nadie ha puesto en duda. Y, por último, que no había sido acusado todavía de un delito perseguible penalmente.
Todo lo cual nos lleva a concluir que Ouellet puede tener una apreciación del secreto pontificio distinta a la de Viganò y discernir en buena conciencia que debe mantenerlo, por ser fiel a su juramento y por el bien de la Iglesia.
No es Ouellet el que debe hablar. Es el Papa. Es él quien está libre de todo juramento de secreto y, sobre todo, quien tiene plena potestad para abrir todos los archivos y presentar todos los documentos, no solo los que conserva el cardenal canadiense.
Su Santidad acaba de hacer público un comunicado en el que pide a todos los fieles que recemos a diario el Santo Rosario y la Oración al Arcángel San Miguel instituida por León XIII, “para defenderla de los ataques del maligno, el gran acusador”, una iniciativa digna del Santo Padre y muy necesaria en estos tiempos convulsos para la Iglesia.
Ese ‘gran acusador’ ha sido el protagonista de varias homilías papales en Santa Marta desde que volvió del Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda o, lo que es lo mismo, desde que se hizo público el Testimonio Viganò. Dibuja en ellas al Diablo no tanto como sembrador de mentiras como revelador de íntimos pecados con el fin de escandalizar y dividir.
Es, sin duda, una interpretación novedosa, y nuestra doctrina moral prevé una figura, la difamación, que condena dañar el buen nombre de alguien divulgando pecados atribuidos a la persona aunque sean ciertos.
Pero ya hemos pasado esa fase. Ya no hay protección en el silencio y difícilmente bien alguno, no solo porque ha sido el silencio el que ha permitido que crezca y medre esta cultura de encubrimiento y abusos, sino porque las acusaciones están hechas, son públicas, son verosímiles y dividen y desconciertan a los fieles.
El Papa tiene en su mano acabar con esta agonía, de un plumazo. Puede desmentir a Viganò, sacar a la luz todas las pruebas que desenmascaren las mentiras o, en su caso, los errores de juicio o de hecho del arzobispo.
Y si el núcleo de cuanto cuenta Viganò es cierto, nadie podría acusar al Santo Padre de mentir, bien al contrario: su negativa a defenderse (“qui tacet consentire videtur”) o a contradecir las acusaciones e incluso su insistencia homilética sobre el Gran Acusador que ataca y escandaliza con la verdad apuntan a algo parecido a un admisión.
El Papa podría abrir esas ventanas y dar ejemplo de esa transparencia que siempre ha dicho querer para la Iglesia dando acceso a la evidencia disponible. Puede lamentar que Viganò haya faltado a su juramento, puede apuntar errores y juicios de valor que resulten temerarios y poco caritativos. Y, en última instancia, defender su rehabilitación parcial de McCarrick en base a la misericordia.
El Papa podría acallar así a los acusadores, dar un ejemplo valeroso de transparencia para toda su grey, especialmente para sus pastores, y mostrar una prueba de humildad que sería una lección para todos.
Pero mantener el silencio -que ya no es tal, sino cacofonía de voces- no sirve ya a otro fin que a la división y al desconcierto de los fieles.
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Santidad Beatisima….
¡ Habla !
¡ Abre archivos !
¡ Confirma a hermanos en la fe !
Francisco no va hablar. Está muy protegido por la Sinagoga, la cual y, desde hace tiempo, está profundamente instalada dentro del Vaticano.
Con todo respeto, que Vigasí o que Viganó no es el tema. El centro es si hubo hechos indebidos que se han ocultado a sabiendas. Una conclusión lógica sencilla indica que no puede haber secreto (pontificio o deportivo) sin contenido. No existe el secreto «vacío». Si hay secreto es porque oculta algo que por alguna razón (juramento, profesión, etc.) no debe decirse. El paso siguiente es qué se hace cuando se vulnera el secreto, si se inicia un proceso en forma automática el secreto dejará de serlo y quedará la sanción al vulnerante, pero el contenido secreto no desaparecerá.
todos los comentarios negativos en contra del papa y hasta los mensajes e informaciones de la propia Infovaticana huele mucho a fariseismo¡¡¡¡saben usteden son hipocritas porque mejor ya no adelantan las profesias y vayan a invadir ya vaticano..por ustedes sonlos anticristos y esta pagina de mierda…dicen ser cristianos¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿son anticristos no cumplen loque dice San pablo ´´sean obedientes´´
Carlos, su artículo es contemporizador. Una pena.
¿ Que seria un artículo » NO contemporizador » ?
El problema fundamental es que se juega con la fe de los más débiles, pues pensamos que si estas figuras, estudiosas y expertísimas en teología, no tienen en cuenta el Evangelio cuando advierte del gravísimo pecado de escándalo y sus terribles consecuencias, es porque no creen en Dios. Y si ellos no creen en Dios, o eso nos lo parece, nuestra fe se tambalea. De ahí la indignación de Jesús con el escándalo.
Recen por los sacerdotes, obispos y el papa, no juzguen…..acaso ustedes ocuparon el lugar de Dios?????recen en ves de criticar se parecen alos protestantes fariseos.
Sr. Esteban: me sorprende usted sobremanera con este artículo. He de reconocer que siempre le he leído con gusto y he admirado el rigor de sus argumentos. Pero da la impresión, por lo que nos cuenta en éste que no acaba de darse cuenta de la situación en la que nos encontramos. Supongo que su impresión será que se encuentra ante una conspiracionista. Lo entiendo, porque yo me siento ante usted como ante un ingenuo de tomo y lomo o ante alguien que, a estas alturas, se ha perdido varias secuencias de la película. El mismo derecho prevé saltar el secreto de oficio en casos de especial gravedad
Supongo que usted, por poner un ejemplo, justificaría la ejecución de órdenes en regímenes atroces que los ha habido
Un periodista como usted, con ideas claras, tendría que saber o vislumbrar la gravedad de la situación actual en la Iglesia
Pero no. Usted no conoce, por lo que parece, a Bergoglio no a la trama que le rodea, ni concede a Vigano el voto de confianza de pensar que él sabe lo que pas
Que Vigano sabe lo que pasa. No percibe la desesperación o el intento desesperado de apelar, como último remedio, primero a Francisco y luego a Ouellet? Al menos en este caso, creo que le está fallando su olfato periodístico
Todo secreto no es de Dios.
Dios es «camino RECTO», o sea, que se ve perfectamente donde confluye, sin curvas que puedan ocultar sorpresas.
Dios es LUZ, no oscuridad y sombras ocultadoras.
Todo secretismo no es mas que soberbia, la soberbia de decir «yo sé cosas que tu no sabes porque soy un privilegiado y exquisito, y tu no».
Que hartura de tanto secretismo y gilipolleces eclesiales.
También ambición de poder sobre los que no están en el secreto ¿no?
Cuando la obligación de secreto está por encima de la ley de Dios, entonces estamos en una secta y no en la Iglesia de Cristo.Estamos hablando de hacerse cómplices de una conducta no solo criminal a los ojos de la ley humana, sino lo que es más importante, cómplices de un grave pecado que afecta gravemente y DIRECTAMENTE a otros hijos de Dios.Malditos sean.
Todo secreto de oficio tiene su contexto. El mismo Vigano lo explica. De lo contrario, cómo explicar la condena que se han merecido los colaboradores de regímenes atroces e injustos.
El Sr Esteban parte de una premisa falsa que quita credibilidad al artículo
Efectivamente, la pelota está en el tejado del Papa y pienso que nos equivocaremos si ponemos el foco en la actuación de Mons. Viganò en vez de mantenerlo en la del Papa Francisco como supuesto encubridor de depredadores sexuales. Que Viganò ha actuado conforme a las enseñanzas de la Iglesia y los Santos Padres al proteger el bien común de la Iglesia de Cristo me parece fuera de toda duda y no creo que sea el debate, la clave está en que Viganó ha reforzado lo que denuncia en su testimonio, abriendo una segunda vía de agua (Oullet y la documentación de la que este dispone) que salpica directamente al Papa Francisco.
*Ouellet
Recomiendo leer el siguiente artículo publicado por Church Militant en el que un licenciado en Derecho Canónico explica que la actuación de Mons. Viganò rompiendo el secreto pontificio para proteger el bien común de la Iglesia de Cristo está en consonancia con las enseñanzas de los Padres de la Iglesia y lo ejemplifica citando la Teología Moral de San Alfonso María de Ligorio:
churchmilitant.com/news/article/pontifical-secrecy-was-vigano-authorized-to-break-it
Pues eso. Que lo lea el Sr Esteban y reescriba su artículo
Bergolio no hablará porque no lo han puesto para eso, sino para destruir a la Iglesia.
Bergolio es inculto, ignorante del derecho canónico, está obedeciendo a quien lo puso donde está.
Bergolio no hablará porque está esperando el momento oportuno para manifestar sus verdaderas intenciones contra la juventud y contra el celibato sacerdotal.
Estemos preparados!!! Se está disfrazando de Cofrade del Rosario para distraernos….
Puede que ése no sea el discernimiento de Ouellet, pero puede que sí sea. Viganó le da la oportunidad. La posibilidad de no guardar la ley del secreto en casos de grave necesidad para el bien común no quita sentido ni utilidad al secreto mismo, obviamente. Y la obediencia es otro tema distinto del secreto. También la obediencia tiene sus límites, de lo contrario los funcionarios nazis habrían sido totalmente inocentes.
Que espantoso , ahora son los conservadores y tradis que piden que se levante el secreto de la confesión de los pecados .
Entérate mejor de lo que es un secreto de oficio y un secreto de confesión y deja de poner etiquetas a la gente que no piensa como tú, porque denota ignorancia, poca formación para poder argumentar
Pero que narices de secreto? Si el McCarrick se los fo…. en grupo. Es como decir que lo de Ricca era asuntos privados, o sea contrata un chapero, se van a bares de ambiente, se quedan luego encerrados en el ascensor y tienen que venir los bomberos que lo ven todo, ¿me puede decir alguien dónde está lo secreto? ¿Qué más hacia falta para que fuera público y notorio? ¿Qué además lo transmitieran en directo? Por favor, pretender que hay la más mínima obligación de encubrir crímenes canónicos, porque estas cosas realizadas por clérigos no son sólo pecados sino delitos canónicos es el mayor de los sarcasmos.
Me paro en esta estación para leer a uno que pasa. Infovaticana, para uno que pasa, es la señal para que la muchedumbre de demonios vengan a dejar razón de su existencia, de paso, porque saben que el demonio mayor, solodiarrea y su vástago Esteban, tienen la plaza ganada por méritos propios
¡Patético! ¿Dónde está Viganò? Es señor, por lo que se ve en el nuevo comunicado, no vuelve a afrontar el nombramiento de McCarrick ni el papel de los colaboradores más cercanos al Papa Juan Pablo II, el Papa que promovió en cuatro ocasiones al cardenal abusador. No dice por qué él mismo, Viganò, cuando era nuncio en Estados Unidos, incluso durante el Pontificado de Benedicto XVI, fue incapaz de hacer que McCarrick respetara las instrucciones de vivir retirado y de no viajar. No aporta pruebas ni indicios sobre la supuesta colaboración de McCarrick como consejero del actual pontificado. No recuerda tampoco que el Papa Francisco fue el primero que sancionó duramente al cardenal abusador, quitándole el birrete cardenalicio, cosa que no sucedía en la Iglesia desde hacía 92 años… ¡Aquí queda mucho por ver!
Y asi meses. Sólo es crear un polémica con injurias y difamaciones y luego ponerle un vocablo en latín, dubia o alubia, para parecer que su miseria es algo querido por Dios y nos pasa de ser el rencor por el dinero y el poder perdido.
Infórmate mejor
Claro, porque los que denigran a Viganó son todos teenagers :). Adolescentes !! Puede que lo hayan sido allá por los años sesenta, pero ahí está justamente la cuestión.
Episcopo, me parece que ha leído poco últimamente, muchas de sus afirmaciones no corresponden con los hechos.
El problema es la existencia misma de esta cloaca.
Esta poza inmunda donde los que escriben bajo la inspiración del Diablo, no tendrán años, vida, para reparar. Sólo entiendo el infierno para aquellos que han dedicado su vida a perseguir a la Iglesia, a Dios mismo, desde el rencor del mediocre que odia la pureza de vida de otros, los talentos de muchos, despreciando al humilde y al débil, conociendo el Evangelio, lo odian y lo desprecian. Son la encarnación de los Fariseos, en esa Pasión que recorre la Historia, en ese odio que hierve al esconder la Resurrección.
Mentira
Espumarajos, y gritos, insultos y ruidos, poseso, poseído, hijo del Diablo. Poco más te queda por saber de tu penosa existencia. Rezaré.
El canadiense ya no podrá ser Papa. Se cierra el círculo.
¿Pero porqué no habla el Papa de una vez? Está permitiendo el enfrentamiento hasta unos extremos de una insania inconcebibles. Cristo trajo la paz que ahora brilla por su ausencia.
Su obligación, sí,. si, su obligación es restaurarla. Todo lo otro es causar división.
Considero que esto del gran acusador está fuera de lugar, una auténtica diatriba, sobre todo lanzada desde un lugar inatacable durante sus homilias. Parece que no se entera de lo mucho que hace sufrir…
Si no fuera por la fe, no sé qué haríamos…
Muy bueno, Carlos
» Y, en última instancia, defender su rehabilitación parcial de McCarrick en base a la misericordia». ¿Cómo podría hacer eso, pues cuando ya no pudo hacer más a favor de McCarrick debido a la denuncia proveniente de Nueva York, le impuso él sanciones al mismo y aceptó su renuncia al cardealato? Y ha laicizado a Karadina. En cuanto a la misericordia, sólo corresponde cuando el interesado ha manifestado su arrpentimiento, como es el caso del Hijo Pródigo. McCarrick no manifestado ningún arrepentimiento público. También el, si fuera tan amigo de Francisco, podría confirmar que Benedicto le impuso sanciones privadas, además de pedir públicamente perdón por todo lo que ha hecho a sus vícitmas y la Iglesia. No creo que le vayan a hacer un juicio canónico a su edad, 88 años. Si lo hace, Francisco estaría en la picota., pero cada vez se publican más casos de abusos en los que actuó mal Argentina. Si Viganó estuviera mintiendo, ya lo habrían probado con documentos.
Paralelamente, debe agregarse al excelente artículo de Esteban la cuestión de saber para cuándo Bergo glio va a ordenar iniciar el juicio canónico a McCarrick, tal lo prometió. Que no pase como con el P Grassi que hace 20 años que debió comenzarlo y nada. No afloja la protección del hombre de San Gallen al declarado homosexual por la justicia argentina.
Debo también felicitar y dar mi apoyo a Esteban, ya que en medio a tantos ladridos contra Infovaticana, él sigue siendo un periodista de guerra. Un reportero de la guerra sicológica y moral que ha iniciado el partido bergo gliano contra los católicos que se toman la verdad católica en serio.
La gente no es tonta. Esta dinámica de encubrimientos se da en la Iglesia durante muchos años, no sólo en este pontificado, lo que hay que decir en honor de la verdad. Esto no debe de ser una cosa partidista de si no se qué obispo me gusta tiene bula para todo yn si no me gusta tal obispo o cardenal entonces todo lo hace mal. Es un asunto muy muy serio donde la demagogia no debe tener lugar.
Eso no siginifica que el cardenal expulsado el tal Mac Karrick o como se llame no haya sido suficientemente castigado y que ahora poco o nada prácticamente se arregla por perder la condición cardenalicia. Todo el mundo sabía y nadie hizo nada y lo más gordo es que fue hacedor de cardenales y obispos y muchos le deben el cargo. Ahora dilucidar si pecan del mismo problema y por eso callaron es lo importante y han quedado totalmente desprestigiados para todo y el que los nombró tocado, porque ha elegido lo peor de lo peor.