El Cardenal O’Malley sobre el caso McCarrick: no basta con pedir disculpas

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El cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores, en una declaración publicada en la página web de la diócesis de Boston y traducida por Secretum Meum Mihi, ha comentado la situación eclesial tras el escándalo del cardenal McCarrick.

Les dejamos el comunicado en su integridad:

“Durante los últimos días, artículos en los medios de comunicación nacionales han reportado acusaciones de mala conducta sexual del Cardenal Theodore McCarrick con varios adultos y de sus violaciones criminales de abuso sexual de menores. Estas supuestas acciones, cuando son cometidas por cualquier persona, son moralmente inaceptables e incompatibles con el papel de un sacerdote, obispo o cardenal.

Estoy profundamente preocupado por estos informes que han traumatizado a muchos Católicos y miembros de la comunidad en general. En un caso que involucra a un menor, la Arquidiócesis de Nueva York, después de una investigación, ha encontrado que la acusación es creíble y fundamentada. Mientras que otra acusación relacionada con un menor está todavía por investigarse, los informes son devastadores para las víctimas, sus familias y para la Iglesia misma. Cada nuevo informe de abuso clerical en cualquier nivel crea dudas en la mente de muchos de que estemos abordando efectivamente esta catástrofe en la Iglesia.

Estos casos y otros requieren más que disculpas. Ellos plantean el hecho de que cuando se presentan cargos contra un obispo o un cardenal, aún existe una brecha importante en las políticas de la Iglesia sobre conducta sexual y abuso sexual. Si bien la Iglesia en los Estados Unidos ha adoptado una política de tolerancia cero con respecto al abuso sexual de menores por parte de sacerdotes, debemos tener procedimientos más claros para los casos que involucren obispos. Se necesitan protocolos transparentes y consistentes para proporcionar justicia a las víctimas y para responder adecuadamente a la indignación legítima de la comunidad. La Iglesia necesita una política fuerte e integral para abordar las violaciones de los obispos de los votos de celibato en casos de abuso criminal de menores y en casos que involucran a adultos.

Mi experiencia en varias diócesis y mi trabajo con los miembros de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores me ha llevado a esta conclusión. La Iglesia necesita tomar medidas rápidas y decisivas con respecto a estos asuntos de importancia crítica. En cada caso de reclamos hechos por víctimas de abuso sexual, ya sean violaciones criminales o abuso de poder, la principal preocupación debe ser por la víctima, por su familia y por sus seres queridos. Las víctimas deben ser elogiadas por sacar a la luz su trágica experiencia y deben ser tratadas con respeto y dignidad. Los recientes informes de medios de comunicación también hacen referencia a una carta que me envió el Rvdo. Boniface Ramsey, O.P. en junio de 2015, que no recibí personalmente. De acuerdo con la práctica en asuntos relacionados con la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, a nivel personal se revisó la carta y se determinó que los asuntos presentados no estaban bajo el control de la Comisión o la Arquidiócesis de Boston, lo cual se compartió con el P. Ramsey en respuesta.

Estas acusaciones son comprensiblemente una fuente de gran decepción e ira para muchos. Estos casos, que involucran a un cardenal, deben considerarse a la luz de las últimas dos décadas de la experiencia de la Iglesia con el abuso sexual clerical. Estoy convencido de que se requieren tres acciones específicas en este momento. Primero, una adjudicación justa y rápida de estas acusaciones; segundo, una evaluación de la adecuación de nuestros estándares y políticas en la Iglesia en todos los niveles, y especialmente en el caso de los obispos; y tercero, comunicar con mayor claridad a los fieles Católicos y a todas las víctimas el proceso para denunciar las acusaciones contra obispos y cardenales. Si se falla en tomar estas medidas, se amenazará y pondrá en peligro la ya debilitada autoridad moral de la Iglesia y se puede destruir la confianza requerida para que la Iglesia ministre a los católicos y tenga un papel significativo en la sociedad civil en general. En este momento no hay mayor imperativo para la Iglesia que responsabilizarse por estos asuntos, los cuales presentaré con gran urgencia y preocupación en mis próximas reuniones con la Santa Sede”.

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Comentarios
3 comentarios en “El Cardenal O’Malley sobre el caso McCarrick: no basta con pedir disculpas
  1. En este comunicado el cardenal O’Malley hace un sonoro rasgado público de vestiduras para que todos, fieles y no fieles, visualicemos la enormidad (en número y en gravedad) de los escándalos sexuales de los sacerdotes y obispos de la Iglesia.
    Aunque creo que ha habido muchos casos y graves de abusos, considero que el noventa por ciento de los casos son mentiras o exageraciones de los denunciantes (todos tardíos), movidos por su odio a la Iglesia y con la intención de desprestigiarla. Pero en términos generales, son inmensa mayoría los sacerdotes y obispos de comportamiento ejemplar y alejado de todo abuso.
    Cuando O’Malley dice «…en peligro la ya debilitada autoridad moral de la Iglesia…» debería decir «…en peligro la ya debilitada autoridad moral *de los actuales jerarcas* de la Iglesia…» pues la Iglesia (con su depósito de la fe, con sus santos, sus obras de caridad, sus miembros en su inmensa mayoría ejemplares…) sigue siendo una autoridad moral Santa e indestructible.

  2. El desprestigio de la Iglesia es palpable. El mundo no distingue entre los que mandan, tan mal, por cierto, y la Iglesia en su conjunto y aunque la Iglesia considere al mundo como enemigo del alma, vivimos en el mundo y debemos movernos por él. Por eso hay que procurar que el mundo no nos ataque demasiado.

    En cuanto a la Iglesia en sí, está claro que distingue entre al cuadrilla de impresentables que mandan y los santos pastores. Pero por desgracia nosotros, los fieles, no tenemos forma de solucionar nada, por la propia estructura de la Iglesia. Estructura que no critico, pero que no funciona.

    Hay muchas cosas que se pueden hacer ante este problema y no se hacen o se hacen con timidez. En el caso de este cardenal, lo inmediato es mandarlo a un monasterio a meditar y para eso el Papa no necesita nada más que firmar la orden y luego ya se verá. Lo que no puede ser es que la policía vaya a buscarlo a su casa o alegando que es ciudadano vaticano buscar argucias para no juzgarlo.

  3. Me parece muy positivo lo que está haciendo el cardenal O’Malley.
    Lean la novela de Malachi Martin, La Casa Azotada por el Viento (85% basada en hechos reales, según afirma el autor).
    Allí habla (fines de los años 80) con pelos y señales de la historia y modus opersndi de esta lacra y la vincula con una inflitración masónico-satanista que comienza, al menos en la década de los 50 y cuyos tentáculos llegan hasta la curia vaticana.

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