Arana acompaña a Barros a su llegada a Roma y se alojará en Santa Marta

El obispo de Osorno, Juan Barros, celebrando la eucaristía bajo la mirada del sacerdote Germán Arana
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El obispo de Osorno llegará junto con el jesuita Germán Arana en un vuelo desde Madrid. Arana, culpable de la «falta de información veraz y equilibrada» del Papa, se alojará en Santa Marta.

Es el aterrizaje más esperado en el anticipadísimo encuentro de los obispos chilenos en Roma. Para mañana sábado se espera la llegada a Roma del obispo de Osorno, Juan Barros, el nombre que desató la mayor crisis en la iglesia chilena y cuya situación provocó la inédita convocatoria de toda la Conferencia Episcopal del país al Vaticano.

Pero Barros tendrá un gesto final que ya ha llamado la atención entre quienes se mueven en los pasillos eclesiásticos. Porque no llegará solo.

Según señalan fuentes vaticanas a La Tercera PM, el obispo llegará en un vuelo desde Madrid con el sacerdote español Germán Arana, jesuita y uno de los más cercanos al Papa Francisco, quien además habría jugado un papel crucial en el hecho de que se mantuviera su nombramiento.

Esto, porque Barros participó en un retiro espiritual en España durante febrero de 2015 con Arana, en momentos en que se había desatado una crisis en Osorno por su designación e incluso varios obispos chilenos buscaban que la decisión fuera revertida.

Como reveló InfoVaticana, fue el consejo de Arana el que decidió a Francisco a mantener la resolución del nombramiento de Barros para Osorno. A Arana se refería por tanto el mismo Papa en su carta a los obispos chilenos, en que acusó que había sufrido “falta de información veraz y equilibrada” sobre la situación de la iglesia en el país.

Aunque los detalles precisos aún son nebulosos, trascendió que el jesuita se alojaría en la Casa Santa Marta, la residencia de invitados del Vaticano que Francisco ha convertido en su residencia papal. Sorprende especialmente que Francisco, que ha lamentado haber sido engañado, en referencia a Arana, siga permitiendo que el jesuita se aloje en su propia casa y mantenga el título de «consejero áulico» de Su Santidad.