¿Qué dice Santo Tomás sobre la ‘Correctio Filialis’?

|

Santo Tomás de Aquino aborda en la Suma Teológica la corrección fraterna de los fieles a su obispo, y considera que, «en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos».

«Con profunda aflicción, pero impulsados por la fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo, por el amor a la Iglesia y al papado y por la devoción filial hacia Usted, nos vemos obligados a dirigir una corrección a Su Santidad, a causa de la propagación de herejías ocasionada por la Exhortación apostólica Amoris laetitia y por otras palabras, hechos y omisiones de Su Santidad. Nos está permitido emitir esta corrección por la ley natural, por la ley de Cristo, y por la ley de la Iglesia: para guardar estas tres leyes, Su Santidad ha sido designado por la divina providencia.»

Así comienza la carta que el pasado 11 de agosto fue enviada al Papa Francisco con las firmas de 40 clérigos católicos y académicos laicos y bajo el título ‘Correctio filialis de haeresibus propagatis’ (‘Una corrección filial con respecto a la propagación de herejías’). En el documento, los firmantes denunciaban que en algunos pasajes de Amoris laetitia “se insinúan o alientan posturas heréticas” que pedían fueran condenadas por el Papa Francisco. Al no recibir respuesta del pontífice, los autores del documento hicieron público su contenido el pasado 24 de septiembre. 

Puede leer la carta íntegra en español aquí.

Tras la publicación de la «Correctio Filialis» no tardaron en llegar todo tipo de críticas y condenas a la iniciativa. Algunos de los críticos cuestionaban quiénes eran los firmantes para corregir al Papa.

Santo Tomás de Aquino aborda en la Suma Teológica la corrección fraterna de los fieles a su obispo, y considera que, «en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos».

A continuación, la Cuestión 33 de la Parte II-IIae de la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino.

La corrección fraterna. Artículo 4: ¿Está alguien obligado a corregir a su prelado?

Objeciones por las que parece que nadie está obligado a corregir a su prelado:

1. En Ex 19,13 se lee: La bestia que tocare el monte será apedreada, y en 2 Re 6,6-7 se dice que Oza fue herido por el Señor por tocar el arca. Ahora bien, con el monte y el arca se significa el prelado. Luego éstos no deben ser corregidos por sus súbditos.

2. La Glosa, interpretando el texto del Apóstol en Gál 2,11: le echó en cara, añade como a igual. Por tanto, no siendo el súbdito igual al prelado, no le debe corregir.

3. Escribe San Gregorio: Nadie intente corregir la vida de los santos, a no ser quien sienta mejor de sí. Mas nadie debe sentirse mejor que su prelado. Luego no deben ser corregidos los prelados.

Contra esto: está el testimonio de San Agustín en la Regla: No os compadezcáis sólo de vosotros mismos, sino también de él, que corre mayor peligro cuanto más alto puesto ocupa. Pero la corrección fraterna es obra de misericordia. Luego también los superiores deben ser corregidos.

Respondo: La corrección que es acto de justicia por coacción penal, no incumbe al súbdito respecto de su prelado. Pero la corrección que es acto de caridad atañe a cada cual en relación con las personas a las que debe amar si ve en ellas algo reprensible. En efecto, el acto que procede de un hábito o potencia se extiende a cuanto comprende el objeto de esa potencia o hábito, lo mismo que la visión abarca todo cuanto esté bajo su objeto. Pero dado que el acto virtuoso debe estar regulado por las debidas circunstancias, en la corrección del súbdito hacia su superior debe guardarse la debida moderación, o sea, no debe hacerlo ni con protervia ni con dureza, sino con mansedumbre y respeto. Por eso en 1 Tim 5,1 escribe el Apóstol: No increparás al anciano, sino exhórtale como a padre. Por eso mismo también reprocha Dionisio al monje Demófilo por haber corregido de manera irreverente a un sacerdote golpeándole y echándolo de la iglesia.

A las objeciones:

1. Se puede decir que se trata inadecuadamente al prelado cuando se le apabulla o cuando se le infama. Es lo que se significa en esos pasajes con el contacto de la montaña o del arca prohibidos por Dios.

2. Reprender a la cara y en público (Gál 2,11) rebasa a la moderación de la corrección fraterna. Y San Pablo no habría reprendido de esa manera a San Pedro si no hubiera sido de alguna manera su igual en la defensa de la fe. Mas amonestar oculta y severamente puede hacerlo incluso quien no sea igual. Por eso, escribiendo a los Colosenses 4,17 pide San Pablo reprender al superior, en estos términos: Decid a Arquipo: cumple tu ministerio. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos. Por eso San Pablo, siendo súbdito de San Pedro, le reprendió en público a causa del peligro inminente de escándalo en la fe. Y como dice la Glosa de San Agustín: Pedro mismo dio a los mayores ejemplo de que, en el caso de apartarse del camino recto, no desdeñen verse corregidos hasta por los inferiores.

3. Creerse en todo mejor que su superior parece presuntuosa soberbia; pensar, en cambio, que es mejor en algo no tiene nada de presunción, ya que en esta vida no hay nadie sin defecto. Pero hay que tener en cuenta también que quien amonesta con caridad a su superior, no por eso se considera mejor, sino que va en auxilio de quien está en un peligro tanto mayor cuanto más alto puesto ocupa, como enseña San Agustín.