La débil defensa del Cardenal Maradiaga: «Me atacan porque no quieren las reformas del Papa»

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El vaticanista Edward Pentin plantea en un artículo en National Catholic Register algunas cuestiones sin respuesta relacionadas con las acusaciones de corrupción financiera contra el cardenal hondureño.

(Edward Pentin / National Catholic Register) Uno de los consejeros más importantes del Papa Francisco, relacionado con la reforma de la Iglesia, ha rechazado las acusaciones de corrupción financiera presentadas esta semana por una publicación italiana, pero siguen sin tener respuesta algunos procedimientos contables de la diócesis y su cercana relación con uno de sus obispos, acusado de malversar grandes cantidades de dinero de los fondos diocesanos y de relaciones ilícitas.

El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, miembro del Consejo de nueve cardenales del Papa, dijo a la CNA el 22 de diciembre que era víctima de «calumnias» que incluían la acusación, reiterada por la revista italiana L’Espresso el 21 de diciembre, de haber recibido 600.000 dólares de la Universidad de Tegucigalpa en 2015, en concepto de «sueldo» como rector de la Universidad. El cardenal, que es arzobispo de Tegucigalpa, ha sido también acusado de perder casi 1.2 millones de dólares de los fondos de la Iglesia en inversiones en compañías financieras de Londres.

El cardenal ha afirmado que el dinero de la Universidad (que ascendía a 41.400 dólares al mes) no se le dio a él personalmente, sino a la archidiócesis y que fue transferido a nombre de la misma. Ha dicho también que los fondos se utilizaron para pagar la formación de los seminaristas, mantener la propiedad y para ayudar a sacerdotes pobres o de zonas rurales.

Por otra parte, ha negado haber hecho las «inversiones» en Londres de las que ha sido acusado, y ha subrayado el hecho que la Universidad ha crecido desde que es arzobispo.

Los funcionarios de la Iglesia católica hondureña han declarado que las acusaciones de irregularidades financieras tienen como objetivo desacreditar al arzobispo. El Vaticano, mientras tanto, ha confirmado el viernes que Francisco ha ordenado que se inicie una investigación, de las que aún no se han hecho públicos los resultados.

Hay preguntas relacionadas con la finalidad dada a estos fondos que siguen sin respuesta, porque no hay informes sobre el destino de los mismos. Al Papa Francisco se le proporcionaron sólo algunos detalles sobre las entradas y gastos durante la visita ad limina de los obispos hondureños en septiembre. Los documentos, a los que el Register ha tenido acceso, muestran cifras generales que indican los ingresos brutos en la archidiócesis y las salidas, que suman millones de dólares, pero sin detallar los gastos.

Una fuente que tiene un conocimiento detallado de la situación ha informado al Register que la documentación omite la cifra de 1.3 millones de dólares que el gobierno hondureño dio a la archidiócesis para proyectos de la Iglesia.

El obispo Pineda

Se dice que el dinero supuestamente llegó a manos del obispo auxiliar  de Tegucigalpa, Mons. Juan José Pineda, un amigo muy cercano del cardenal, pero no existen informes detallados que indiquen a qué se dedicó este dinero.

Hace mucho tiempo que Mons. Pineda es acusado de malversación de fondos y hay rumores de que mantiene a un hombre, su amante, con los fondos de la archidiócesis. Según la CNA, hay quien asegura que hizo construir un apartamento para su pareja en el campus de la Universidad Católica de Honduras.

El obispo ha dicho que quiere una investigación para limpiar su nombre, pero el Register ha recibido la información que Mons. Pineda es un «cáncer» para el cardenal debido a estas acusaciones, incluyendo la malversación de fondos para mantener a algunos «amigos íntimos». Estas relaciones preocupan «mucho más» que las acusaciones de irregularidades financieras.

«La relación del cardenal con Pineda es muy cercana y el cardenal le defiende totalmente», ha declarado una fuente bien informada al Register el 23 de diciembre. Uno de los compañeros más cercanos al obispo, llamado «Mike», parece ser que es un capellán de la policía y ha celebrado los sacramentos durante varios años, a pesar de no haber sido ordenado, ni de ser católico. «El cardenal conoce toda la situación», ha declarado la fuente.

La investigación del Vaticano

L’Espresso ha informado que en cuanto supo de las acusaciones, el Papa Francisco envió en mayo pasado al obispo argentino retirado Mons. Alcides Jorge Pedro Casaretto, de 80 años de edad, como enviado apostólico en Honduras.

El Register ha sido informado que Mons. Casaretto se quedó horrorizado del alcance de la corrupción que descubrió, que incluye relatos de abusos sexuales perpetrados contra sacerdotes y seminaristas. Según L’Espresso, el obispo envió al Papa un informe sobre la archidiócesis basado sobre el testimonio de más de 50 testigos, incluyendo personal diocesano y sacerdotes.

Además del Papa, fueron informados el cardenal Pietro Parolin, secretario de estado vaticano, el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y el arzobispo Angelo Becciu, el tercer oficial de más alto rango en la secretaría de estado del Vaticano.

Las fuentes vaticanas y hondureñas declaran que cuando recibió el informe, el Papa decidió tomar cartas en el asunto personalmente en lugar de crear una comisión o de ampliar el tiempo de estancia del visitador apostólico, pero hasta el momento la única acción que se ha llevado a cabo es enviar a Mons. Pineda a una casa jesuita en Madrid para un breve retiro.

Cuando las acusaciones contra Mons. Pineda y el cardenal Maradiaga pasaron a ser de dominio público, el Nuncio apostólico, el arzobispo de Tanzania Mons. Novatus Rugambwa empezó a examinarlas. El Register intentó contactar con él, pero sin éxito.

El cardenal Maradiaga cumplirá 75 años el 29 de diciembre y muchos están esperando a ver si el Papa aceptará la renuncia obligatoria que, por ley, debe presentarse a esa edad.

(Publicado originalmente en National Catholic Register. Traducción de Helena Faccia)