El obispo de San Diego llama a abrazar a las ‘familias LGTB’ y desafía la doctrina católica

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Robert McElroy también ha instado a los sacerdotes de la diócesis a asistir a los divorciados vueltos a casar para que disciernan si Dios «les está llamando a volver a la Eucaristía». 

El obispo de San Diego (California) Robert McElroy ha instado a los sacerdotes de la diócesis a «abrazar» a las «familias LGTB» y a permitir a los divorciados católicos vueltos a casar recibir la comunión en ciertos casos.

El propio obispo ha animado a los sacerdotes a que publiquen una noticia en sus boletines diocesanos diciendo que la Iglesia «asistirá a aquellos que se han divorciado y vuelto a casar y que no pueden recibir la nulidad de su matrimonio para discernir si Dios les está llamando a volver a la Eucaristía».

«El Sínodo-refiriéndose al Sínodo diocesano llevado a cabo en San Diego el pasado octubre-, ha propuesto una vida familiar espiritual que es profundamente inclusiva y abraza a las familias LGTB», continúa el comunicado. «Durante los próximos meses el obispo McElroy trabajará con un comité del Sínodo para centrarse en lograr estos objetivos», concluye.

El comunicado ha sido -según han podido confirmar varias fuentes-, enviado por el obispo a los sacerdotes de la diócesis de San Diego y ha aparecido en al menos tres boletines parroquiales. Este comunicado ha sido considerado una de las interpretaciones más liberales de la exhortación apostólica del Papa Francisco Amoris Laetitia.

A continuación, la declaración de la Diócesis de San Diego íntegra:

El fin de semana del 30-31 de octubre la diócesis de San Diego llevó a cabo el primer sínodo diocesano en la nación sobre el tema del matrimonio y la vida familiar que se cita en la encíclica de Francisco Amoris Laetitia. Un Sínodo reúne a representantes de toda la comunidad católica en la diócesis para el diálogo, la deliberación, la oración y la toma de decisiones.

Para nuestro sínodo aquí en San Diego, cada parroquia tenía un delegado, así como las comunidades universitarias, facultades teológicas y miembros del personal pastoral diocesano. Estos delegados incluyen sacerdotes, hermanas religiosas, madres, padres, diáconos y los adultos jóvenes de todas las culturas y el idioma.

Las deliberaciones en el Sínodo señalaron la necesidad de renovar la dedicación de abrazar la profundidad, la permanencia, la santidad y el sacrificio que se encuentra en el corazón de la concepción católica del matrimonio. Las deliberaciones enfatizan la necesidad de hacer una espiritualidad de la vida matrimonial y familiar más disponible para nuestros feligreses, sobre todo para las parejas jóvenes que a menudo les resulta menos automática para traer la oración y el Evangelio en su matrimonio y su papel como padres.

El Sínodo señaló la necesidad de invitar a las parejas jóvenes -con amor y sin juzgarlas- al matrimonio católico y proporcionar mentores para ellos. Los delegados hablaron de manera conmovedora sobre la necesidad de la Iglesia para llegar a los hombres y las mujeres divorciados en cada momento de su recorrido, a apoyarles espiritual y pastoralmente, para ayudarles a avanzar en el  proceso de anulación, y para ayudar a los divorciados que se han vuelto a casar y no pueden recibir una anulación y discernir si Dios los está llamando a volver a la Eucaristía.

Por último, el Sínodo propone una espiritualidad de la vida familiar, que es profundamente inclusiva: incorporar las madres y los padres muy unidos en su amor conyugal y el amor de sus hijos, así como los padres solteros, los viudos, las familias LGBT, las familias que se han dividido por la deportación y las familias con miembros que tienen necesidades especiales. Durante los próximos meses el obispo McElroy estará trabajando con un comité de delegados del Sínodo, que se centrarán en la aplicación de estas metas. Es nuestra esperanza que a través de esta iniciativa se profundice la gracia de la vida conyugal y familiar.

Polémica en torno a Amoris Laetitia

El acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar es una de las principales polémicas que han surgido en torno a la exhortación del Papa Francisco tras el último Sínodo de la familia. Cuatro cardenales han pedido al Santo Padre, públicamente, que aclare cinco grandes “dudas” sobre algunos puntos de Amoris laetitia.

Cabe destacar que la carta de dicha súplica ha sido firmada por Joachim Meisner (Arzobispo emérito de Colonia); Carlo Cafarra, (Arzobispo emérito de Bolonia); Raymond Leo Burke (Patrón de la Soberana Orden Militar de Malta) y Walter Brandmüller (Presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas).

El Papa Francisco, quien todavía no ha dado una respuesta clara, señaló el pasado 18 de noviembre en una entrevista para el diario italiano Avvenire: «Algunos siguen sin entender, o blanco o negro, aunque es en el flujo de la vida dónde hay que discernir».