La ONU califica el derecho a la vida como una forma de tortura

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El relator especial de la ONU para la tortura y tratos inhumanos, Juan Méndez, ha defendido que “las prácticas discriminatorias hacia la mujer como las trabas burocráticas para acceder al aborto se pueden clasificar como tortura”. Después de que el pasado mes de febrero la ONU calificara el aborto como “un derecho humano” y tras pedir a los gobiernos de los países afectados por el virus del Zika que garantizaran a las mujeres el acceso a anticonceptivos, a la píldora del día después y al aborto, ahora, uno de sus miembros, ha equiparado la defensa de la vida con la tortura.

Desde Ginebra, el relator especial de la ONU para la tortura y tratos inhumanos, Juan Méndez, ha señalado que la negación del aborto constituye un trato cruel contra la humanidad y una forma de tortura. Méndez ha defendido que “las prácticas discriminatorias hacia la mujer como las trabas burocráticas para acceder al aborto, la mutilación genital femenina, la esterilización o el aborto forzado no garantizan los derechos de las mujeres y se pueden clasificar como tortura”.

Asimismo, el miembro de la organización ha dicho que las leyes en contra del aborto son directamente responsables del «hacinamiento en las cárceles» y del «tremendo y duradero sufrimiento físico y emocional al que las mujeres y niñas son sometidas por la humillación y por aquellos que las juzgan».