«Últimamente van a introducir y a mí me parece correcto, el que las niñas sin permiso de los padres no puedan abortar, me parece que es una forma de respeto para estas chicas y me parece bien». Son declaraciones del cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la CEE, durante una entrevista concedida a Radio Nacional en la cual fue preguntado acerca de la reforma de la Ley del Aborto. Con estas palabras, Blázquez expresaba su apoyo a una minirreforma que incluso algunos parlamentarios del Partido Popular se han negado a apoyar al considerar que legitima la actual Ley del Aborto que fue recurrida por los populares, en época del Gobierno socialista, ante el Tribunal Constitucional. Estas declaraciones de Blázquez han sido además utilizadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para intentar convencer a los 12 diputados y senadores populares «díscolos» para que se voten la reforma propuesta por el Gobierno para la actual Ley del Aborto. Es más, según informa el diario El Mundo, Rajoy se habría reunido con Blázquez para poder alegar a su favor el apoyo de la Iglesia católica a la minirreforma. Este acercamiento de Rajoy al presidente de la CEE y a la jerarquía eclesiástica también se ve desde algunos sectores como un intento desesperado del PP por no perder el voto católico, después de incumplir su compromiso electoral acerca de la Ley del Aborto y alejarse completamente de cualquier política que defienda el derecho a la vida. El PP ha planteado introducir cambios en la propuesta de reforma para contentar a los parlamentarios provida y que voten a favor de ésta el próximo martes en el Pleno del Congreso. Estos retoques a la reforma consistirían únicamente en retirar de la ley la afirmación de que el aborto es un derecho, tal y como se sostiene en el artículo 3 de dicha ley. Esta fue también la petición de Blázquez durante su entrevista, cuando después de mostrarse de acuerdo con lo planteado en la minirreforma aseguró «que el aborto no es un derecho de nadie» y que así debía recogerlo la legislación vigente. «Bueno, lo mejor sería que no hubiera aborto», apostilló por fin el cardenal, al tiempo que señalaba la importancia de crear políticas que faciliten a las madres poder tener y criar a sus hijos. Esta misma mañana, también en una entrevista en Radio Nacional, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha asegurado que su partido cree «que el aborto no es un derecho» y ha sostenido que tiene «una posición de defensa de la vida». A pesar de estas declaraciones, el único paso adelante que el PP se ha atrevido a dar en la defensa de la vida es no dejar que las menores asesinen a sus hijos sin el consentimiento de sus padres, una decisión «correcta» pero claramente insuficiente.