Me dicen que Don Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, en su cuenta de Twitter se ha manifestado también sobre el dogma fundamental de la virginidad de María. Es tan importante que sin él Cristo no sería Dios. Sólo una persona muy notable que decía cosas bien hermosas y que murió en una cruz. Hijo de un carpintero y una simple mujer judíos en el mejor de los casos. Si fuere así la Iglesia, el Papa, los obispos, los sacerdotes, los religiosos de ambos sexos son un camelo absurdo y una vil patraña.
Sigue siendo extraño que sólo cinco obispos, ningún arzobispo de momento, se hayan manifestado al respecto. Casanova, Reig, Munilla, Sánchez Monge y Demetrio Fernández. El silencio arzobispal sigue siendo penoso. Y esos, por su edad, salvo uno, no tienen ya nada que perder ni ganar. Tal vez alguno aspire un capelo. Los demás, si no hablan, yo no lo entiendo. Que esa enormidad ocurrió en España. Y uno, además, es su metropolitano. ¿O va a ser cierto que viven en un régimen de terror? ¿Y en el que se valora de algún modo la apostasía aunque fuera jesuítica, japonesa y lejana?
No se me ocurre decir que los silentes hasta hoy hayan apostatado de nada esencial. De su obligación de pastores tal vez sí en este caso. Tengo a los que han hablado por los mejores obispos de nuestra Iglesia y no sólo por eso. Espero que haya alguno más. Porque quedan unos cuantos muy buenos obispos. Luego están los inanes a quienes nunca se les ve en nada y que dan la impresión de que la mitra les tocó en una rifa de pueblo como podía tocarles una muñeca o una caja de galletas. Acobardados toda su vida también lo están ahora. Más los calculadores. No vayan a quedarse sin una promoción.
Y lo que me parece lamentable es que los supermanes de la doctrina, absolutamente nadie en actuaciones eclesiales positivas salvo en la diatriba tras un disfraz, que ahora se llama nick, arremetan contra quienes han salido por el honor de la Madre porque el tono no les gustó, la voz les pareció baja, o no expulsaron de la orden dominica, cosa totalmente ajena a sus posibilidades, a la monja trotaplatós.
A esos cinco, de momento, y esperando que sean más, mi solidaridad agradecida. Estamos en vísperas de dos importantes reuniones de nuestros obispos: la de la Comisión Permanente, este mes, y la Plenaria de marzo. A ver si se retratan positivamente. Y salen guapos en la fotografía. Un arranque, Don Ricardo, aunque eso no sea lo suyo.
