
Siguiendo la petición del cardenal Sturla, nada que ver con calabacín, los párrocos uruguayos salieron de paseo con el Santísimo -¡Cómo su fuera Corpus!- y además sin llevar a dos niños en el paseo. ¿Dónde vamos a llegar con unos curas así?
Pues el menda totalmente de acuerdo con el cardenal uruguayo y con sus curas. Y si eso le molesta a los aficionados al calabacín pues… ajo y agua. Que hasta dicen que son buenos para combatir la epidemia. Mientras que no he oído a nadie elogiar las bondades del calabacín para atenuarla. A lo más que llegan algunos es a decir que a ellos el calabacín les gusta mucho. Verdaderamente hay gustos bastante tontos.
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