En medio de la convalecencia del Papa Francisco, el mundo católico se ha unido en oración por su pronta recuperación. Así lo ha expresado Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, en una entrevista con la agencia italiana SIR, donde enfatizó la importancia de la oración como signo de comunión eclesial.
«La oración por el Papa es un bello fresco de la unidad de la Iglesia. A pesar de nuestras diferentes sensibilidades y diversos roles, todos nos encontramos juntos, como hermanos, orando por nuestro pastor», afirmó Peña Parra, destacando el profundo vínculo entre el pueblo de Dios y su guía espiritual.
Desde distintas partes del mundo, la comunidad católica ha mostrado una atención especial por la salud del Sumo Pontífice, lo que refleja el carácter vivo de la fe. «Para nosotros, los creyentes, la oración no es un simple ritual o un gesto externo, sino una relación viva con el Señor que nos hace a todos hermanos», explicó.
Un consuelo en la fragilidad
El Papa Francisco, quien siempre ha pedido oraciones por él, encuentra ahora fortaleza en la intercesión de la Iglesia. Peña Parra recordó cómo, el día de su elección hace doce años, el Papa pidiera a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro que orara por él. Hoy, esa misma plaza se llena nuevamente de fieles que rezan el Rosario por su salud.
El número tres del Vaticano compartió también detalles de su visita al Pontífice en el Hospital Gemelli junto al cardenal Pietro Parolin. «El Santo Padre ha agradecido mucho estas iniciativas de oración y creo que para él es un gran signo de consuelo que el Señor le da», reveló.
El pasado domingo, durante el rezo del Ángelus, el Papa afirmó: «Siento en el corazón la ‘bendición’ que se esconde en la fragilidad, porque precisamente en estos momentos aprendemos a confiar aún más en el Señor». Peña Parra destacó que, aun en la enfermedad, Francisco sigue siendo testigo del Evangelio, recordando a los fieles que Dios no los abandona en la prueba.
«Este testimonio del Papa alienta a quienes sufren y llena de esperanza sus corazones. En su Magisterio, nos ha llamado muchas veces a la misericordia y a la ternura del Señor. Ahora, en su propia fragilidad, nos lo recuerda nuevamente», destacó el arzobispo venezolano.
Una oportunidad de renovación espiritual
Más allá de la petición de intercesión, la oración por el Papa también se convierte en una ocasión de renovación para la Iglesia. «Cuando vivimos momentos de prueba, aprendemos a valorar lo esencial, nos volvemos menos duros y más abiertos a los demás», reflexionó Peña Parra.
Finalmente, subrayó que esta situación fortalece la comunión eclesial y la responsabilidad de cada creyente. «Orar por el Papa nos une como Iglesia. En este tiempo de prueba, debemos sostenernos unos a otros y caminar juntos en la fe».