El obispo de la diócesis de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha concedido una extensa entrevista al diario Noticia de Álava.
En la entrevista, el obispo Elizalde vuelve a pronunciarse sobre la polémica de hace unas semanas que enfrentó a los productores y políticos alaveses contra el obispado por la cesión de varias iglesias para la grabación de la película Sacamantecas. El obispo ha reiterado que su diócesis no ha vetado a nadie y que se trataba todo de un proceso de «discernimiento». «La diócesis tiene interés en promocionar los rodajes de las películas porque visibiliza el patrimonio y colabora en el bienestar y en los puestos de trabajo de la ciudad, pero con condiciones, es decir, respetando la sacralidad del lugar, y sabiendo la temática, la escena y el guion», asegura Elizalde.
Juan Carlos Elizalde reconoce en le entrevista que la sociedad alavesa tiene un 20% de población extranjera y que según el es «una esperanza para el mundo laboral y también lo es para la renovación de nuestras comunidades cristianas».
Preguntado sobre la postura de la Iglesia con loa extranjeros irregulares, Elizalde afirma que es «Es totalmente favorable para que a ese medio millón de irregulares que hay en nuestra patria se le dé la posibilidad de regularizar su situación y se acompañe, proteja, integre y acoja en este proceso».
Vuelta a las cavernas
Por otro lado, el obispo achaca el desapego de los jóvenes por la Iglesia» con la poca experiencia de Dios de sus padres, de sus familias» y asegura que «religiosamente, creo que estamos viviendo una vuelta a las cavernas».
El obispo de Vitoria ha lamentado que ahora en tiempo de Navidad es cada vez más difícil ver símbolos religiosos en los adornos navideños. «Hay una represión religiosa. Ahora, en Navidad, la figura amable del niño Jesús, se contrapone a una vuelta a un paganismo artificial de la prehistoria y vinculado también a una estética de lo grotesco y primitivo», lamenta Elizalde recordando a su vez que «el suicidio juvenil es una de esas expresiones de la falta de sentido».