Hay algunas lecciones de historia que conviene aprender. Lo que Roberto Centeno narra en el video adjunto -que merece ser escuchado a pesar de las deficiencias del sonido- es algo que conocemos perfectamente todos los que seguimos día a día las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos en 2020 por los medios independientes de ese país.
En esas elecciones se produjo un fraude gigantesco, negado hasta la saciedad por todos los medios adictos al régimen, que permitió la “victoria” de Biden y ha posibilitado, durante estos últimos cuatro años, el estallido de las guerras de Ucrania e Israel y la “conquista” del mundo occidental por parte de la ideología “woke” (LGTB, transgenderismo, transhumanismo…). Lo que Centeno nos recuerda a los que ya lo conocemos bien y les descubre a los que lo desconocen, es cómo se produjo el fraude en 2020 y la razón por la cual ese mismo fraude -al menos con la misma extensión y profundidad- no ha sido posible en 2024 y Trump ha logrado imponerse.
Para entenderlo hay que ser conscientes del peligro que representa Donald Trump para el proceso de globalización en el que están empeñadas las élites financieras e industriales que controlan hoy el mundo, cuyo objetivo es acabar con las identidades nacionales, culturales y religiosas por medio de la destrucción cultural y la inmigración masiva, con el propósito de constituir una dictadura mundial, objetivo radicalmente opuesto a la filosofía nacionalista y de respeto de la cultura occidental por parte de Trump. Sin el poder que representa el gobierno de los Estados Unidos, resultará muy difícil para esas élites lograr su objetivo, lo que también implica un peligro permanente para la seguridad y la vida de Trump y sus más estrechos aliados, máxime considerando que toda la administración pública norteamericana está completamente colonizada por el globalismo.
El fraude en las elecciones de 2020 se sirvió de múltiples mecanismos, como la admisión del voto de no ciudadanos, la admisión del voto sin identificación del votante, las múltiples irregularidades del voto por correo, etc., pero el elemento clave que permitió la “victoria” de Biden fue otro. Una vez cerrados los colegios electorales e iniciado el recuento, todas las cadenas de TV comenzaron a informar sobre el progreso de la votación. Hasta las cuatro de la madrugada, los resultados eran claramente favorables a Trump. Momentos antes de esa hora, Biden apareció en las TV para “calmar” a sus seguidores diciendo: “no os preocupéis, porque esto va a cambiar”. A las cuatro de la madrugada, se produjo de repente un apagón informativo. Todas las cadenas dejaron de transmitir. Al cabo de unas horas se reanudó la transmisión del recuento, y ¡oh sorpresa!, ahora dominaba claramente Biden. ¿Qué había sucedido en ese tiempo para que el resultado se diera la vuelta de esa forma?
Hay un conocido documental de 2022 que lo explica con detalle: “Dos mil mulas” (2000 mules). Las “mulas” fueron un ejército de camionetas cargadas de papeletas de voto que, con la complicidad de los interventores del partido demócrata, entraron en ciertos colegios electorales ya cerrados, introdujeron las falsas papeletas en el sistema informático y fueron procesadas como válidas, permitiendo de este modo dar la vuelta al resultado.
Existe una filmación bien conocida por los que siguieron el proceso, en la que los “intrusos” en el colegio electoral olvidaron desactivar las cámaras de vigilancia, que muestran cómo se arrastran voluminosas maletas hasta los ordenadores y se extraen de ellas las papeletas que son introducidas en el sistema.
Todo eso fue cuidadosamente ocultado por toda la maquinaria mediática afín al gobierno y se ha seguido ocultando cuidadosamente hasta hoy. Esperemos que ahora surja la verdad.
¿Por qué ese fraude no ha funcionado de la misma manera en estas elecciones que han dado la victoria a Trump? La razón nos la da Centeno en el video adjunto. El gran aliado de Trump en este proceso electoral ha sido Elon Musk, que ha puesto su fortuna y sus medios al servicio de unas elecciones limpias. Musk ha organizado y financiado un auténtico ejército de interventores voluntarios que han sido enviados a las mesas electorales con dos objetivos: hacerse con las actas e impedir cualquier ingreso a los colegios una vez cerrados. Los objetivos se han conseguido. Musk cuenta con las actas de la mayoría de los colegios electorales, lo que constituye un elemento irrebatible, y esta vez se ha impedido a las “mulas” cumplir su siniestro propósito. Por otra parte, probablemente el dominio de la informática por parte de Musk y sus hombres ha impedido, al menos en parte, ciertos juegos malabares por parte de los ordenadores del recuento.
De este modo se ha producido este resultado, inesperado y extremadamente molesto para los “amos del mundo”.
Para nosotros, habitantes de un país en el que el gobierno controla no sólo los medios de comunicación, sino los altos órganos de la justicia y -particularmente- la empresa encargada de efectuar el recuento electoral (Indra)- resulta fundamental comprender que hoy no existen las elecciones limpias si esa limpieza no se consigue por la presión incansable de la población. ¿Fueron limpias las últimas elecciones en España? Hay opiniones en diversos medios que no lo consideran así. Incluso sugieren algo que produce repulsión, y es que el principal partido de la “oposición”, el PP, conociendo un eventual fraude, se hubiera negado a impugnar el resultado, blanqueando así esa hipotética acción del gobierno, del mismo modo en que ahora pudiera disponerse a blanquear de nuevo al gobierno posibilitando la aprobación de unos presupuestos que le permitirán seguir en el poder.
Que los habitantes de este país sigan cerrando los ojos ante todo esto nos hace merecedores de todas las desgracias que puedan caer sobre nosotros por nuestra desidia y nuestro conformismo culpables.
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