El Papa Francisco ha participado a través de la plataforma Zoom en el cuarto encuentro del ciclo “Construyendo puentes”, en esta ocasión con estudiantes universitarios de Asia-Pacífico, en un evento organizado por la Pontificia Comisión para América Latina en colaboración con la Universidad Loyola de Chicago.
Casualidad -o no- la gran mayoría de los jóvenes que participan en esta conversación sinodal con Francisco están cortados por el mismo patrón ya que sus preocupaciones son el cambio climático, la pobreza o la discriminación por la orientación sexual. Ninguno habla de Dios, solo de preocupaciones sociales para acabar pidiéndole al Papa que siga con el camino reformista de convertir la Iglesia en una ONG internacional ‘gayfriendly’.
Durante la conversación que dura una hora y media, van interviniendo jóvenes de distintos países de Asia. Uno de los que interviene, es un estudiante filipino que aparece con la bandera arco iris en el hombro y que se declara bisexual. En su intervención, dice que se siente discriminado por su orientación sexual y por ser hijo de madre soltera y le pide al Papa que permitan el divorcio en Filipinas.
Al finalizar las intervenciones de los invitados, el Papa ofrece su reflexión global sobre lo expuesto por los jóvenes. Como suele ocurrir cuando el Papa habla improvisando, ha vuelto a dejar grandes titulares.
Ensalzar a la mujer a costa de menospreciar al hombre
Francisco ha dedicado una amplia reflexión a la mujer con un discurso que llama poderosamente la atención por tener que ir contra el hombre para tener que ensalzar a la mujer. «En la concepción social moderna las mujeres son de segunda categoría, pero nosotros vemos hoy en el mundo que las mujeres son las mejores dirigentes y aquí en el Vaticano tenemos muchas mujeres dirigentes«, ha afirmado el Pontífice. Según el Papa, «la mujer es superior al hombre en cuanto a capacidad de intuición y a crear comunidad».
Además, llega a decir que «un hombre viudo difícilmente va adelante pero una mujer viuda es capaz de llevar adelante a su familia». «A la mujer siempre se la maltrató y una de las cosas más bellas de la creación es la intuición femenina», añade el Papa durante su intervención. Para el Papa Francisco, «todavía vivimos una cultura machista. Una cultura donde la mujer está en segundo plano. El machismo es una enfermedad grave de la sociedad«.
El peligro de la ideología
El Obispo de Roma volvió a cargar contra las ideologías, en general y sin separar el trigo de la paja. El Papa habló sobre el drama de las ideologías y el mal que causó el nazismo antes de la II Guerra Mundial. «La ideología es una enfermedad», agregó el Pontífice.
“Vivimos en una cultura muy ideologizada, y esto es grave”, opinó. Además, ponderó el drama que representa cualquier ideología y encomendó a los jóvenes esforzarse en el diálogo con armonía con otras culturas. A su vez, abogó por crear relaciones pacíficas, estables y constructivas.