Ola de peticiones de bendiciones papales para parejas del mismo sexo

Ola de peticiones de bendiciones papales para parejas del mismo sexo

Fiducia supplicans puede acabar poniendo al Vaticano en un brete que nadie esperaba: una avalancha de peticiones de “bendiciones apostólicas de Su Santidad” por parte de parejas del mismo sexo.

Era perfectamente previsible, pero nadie ha pensado en ello, y los rumores que llegan de Roma indican que se está cumpliendo el fenómeno resultante de Fiducia supplicans: la afluencia de solicitudes de bendiciones papales oficiales para parejas del mismo sexo, según cuenta Il Messagero.

En estricta teoría, no debería haber ningún problema: se rechazan estas peticiones, alegando que las bendiciones previstas por la declaración de Doctrina de la Fe exigen circunstancias “espontáneas” y no formalizadas.

Para conseguir una de estas bendiciones, que aún pueden verse en algunas casas y algunas tiendas pías, se deben proporcionar los nombres de las personas o familiares que recibirán la bendición y el motivo u ocasión por la que se solicita. Las personas pueden solicitar estas bendiciones para matrimonios, ordenaciones, aniversarios de bodas, aniversarios y jubileos de ordenaciones, profesiones religiosas y sus diversos aniversarios y jubileos, bautismos, confirmaciones.

La oficina del limosnero papal se encarga del asunto (y negocio) y es bastante minuciosa. Puede haber un poco de margen de maniobra y ocasionalmente un poco de manipulación, pero en cualquier caso una solicitud por escrito de un documento oficial realmente casa mal con la «espontaneidad» y requiere al menos un pequeño escrutinio de las circunstancias más allá de lo que Fiducia supplicans considera apropiado para el tipo de de bendiciones que parece permitir.

En el mundo real, sin embargo, las solicitudes, ya sea de parejas del mismo sexo o en su nombre, crean un problema multifacético y francamente espinoso de óptica, interpretación y aplicación.

Esa es la teoría. En la realidad, el Papa no puede rechazarlas sin parecer mezquino, legalista y…. Bueno, francamente “rígido”. Pero tampoco puede concederlas sin violar tanto la letra como el espíritu de la misma declaración que creó el dilema.

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