El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha concedido otra entrevista –al ABC– para tratar de seguir explicando el contenido de Fiducia supplicans y tratar de calmar las aguas dentro de la Iglesia.
Hacia tiempo que no se vivía una situación de tanta oposición frontal a un documento vaticano, lo cual ha generado gran división entre sacerdotes, obispos y cardenales.
De todos esto son conscientes en Roma aunque Francisco diga estar tranquilo con este asunto. Ha pasado más de una semana desde la publicación de esta declaración y el tema aún colea por muchos medios de comunicación.
En la entrevista, Tucho Fernández insiste en que «si el texto se lee serenamente, puede advertirse que sostiene con mucha claridad y sencillez la enseñanza católica de siempre sobre el matrimonio y la sexualidad«. Según el cardenal Fernández, las conferencias episcopales, obispos y cardenales que se han opuesto a este documento «lo que plantean es la inconveniencia de realizar en sus contextos regionales bendiciones que fácilmente se confundirían con una legitimación de una unión irregular».
El ex arzobispo de La Plata explica que el tema central del documento «es el valor de las bendiciones «no litúrgicas», «no ritualizadas», que no son un casamiento, ni siquiera son un «visto bueno» ni una ratificación de nada».
Dardo al cardenal Müller
El prefecto de Doctrina de la Fe argumenta que bendecir una pareja gay «no es aceptar un matrimonio, ni es una ratificación de la vida que llevan, ni tampoco es una absolución». Según el purpurado argentino, se trata de «un simple gesto de cercanía pastoral que no tiene las mismas exigencias de un sacramento». «Tendremos que acostumbrarnos a entender que si un cura da este tipo de sencillas bendiciones no es un hereje, no está ratificando nada, ni está negando la doctrina católica sobre el matrimonio», sostiene Tucho en clara respuesta a las palabras del cardenal Müller quien dijo que los sacerdotes cometerán sacrilegio si bendicen parejas homosexuales.
Preguntado por la reacción de las personas que han celebrado esta declaración como un primer paso hacia la aprobación del matrimonio homosexual, el cardenal Víctor Manuel Fernández defiende que «es totalmente incorrecta esa percepción, y quien lo dice o no ha leído el texto o tiene «mala leche»».
«La declaración afirma sin vueltas que solo existe un matrimonio (entre varón y mujer, indisoluble, exclusivo, etc.) y que solo en ese contexto son aceptables las relaciones sexuales», concluye Tucho Fernández.