Después de aprobarlo el pasado mes de febrero, la Iglesia de Inglaterra iniciará el próximo domingo los primeros servicios religiosos de bendición de parejas homosexuales, tras aprobar los rituales y una guía.
No se trata de bodas, insisten (por ahora) los anglicanos, sino de «apreciar lo que hay de bueno en las relaciones fieles y comprometidas entre personas del mismo sexo».
La decisión en el Sínodo General de febrero, en cualquier caso, causó un revuelo internacional. En aquel momento, los delegados siguieron una recomendación de los obispos que, por un lado, pedía que se respetara la doctrina tradicional del matrimonio: el santo matrimonio es una alianza entre un hombre y una mujer. Por otro lado, se sugirió desarrollar una “oferta de atención pastoral integral” para acoger a personas LGBTQI+, es decir, lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales, queers y personas de otras identidades de género.
La decisión tropezó de inmediato con la decidida oposición de varias iglesias nacionales de la comunión anglicana, especialmente en África. En abril, la red anglicana teológicamente conservadora GAFCON (Global Anglican Future Conference) se separó de la iglesia madre inglesa y de su líder, Justin Welby, como primado anglicano.
Además de las bendiciones en los servicios religiosos regulares, la Iglesia de Inglaterra pronto también ofrecerá celebraciones independientes para los homosexuales. La base es otra propuesta del Sínodo General. En noviembre votó 227 a 203 a favor de este proyecto.
Las celebraciones previstas tienen un carácter “experimental” y también deberían realizarse de forma voluntaria. Ningún miembro del clero está obligado a ofrecer tales servicios, afirmó. Después de un examen exhaustivo, en los próximos años se tomará una decisión sobre si las bendiciones para los homosexuales podrían convertirse en una parte formal del derecho canónico anglicano.