El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y futuro cardenal, Víctor Manuel Fernández, ha concedido una entrevista al National Catholic Register para aclarar algunas cuestiones.
Tucho Fernández se muestra reticente a emplear la palabra «modernizar» a la hora de referirse a la Iglesia y prefiere hablar de «reformar». «La expresión “modernizar la Iglesia” podría llevarnos al error de subsumir la riqueza permanente y siempre nueva de la Iglesia, incluido el Evangelio, en el marco de una época determinada (en este caso la modernidad), que también pasará como todas las demás. otras épocas han pasado», explica el prelado argentino.
En la entrevista, el ex arzobispo de La Plata defiende la necesidad de «custodiar y preservar ileso el depósito de fe”. Por otro lado, critica que «si me dicen que algunos obispos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (donde cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma. Recuerde que los herejes siempre creen conocer la verdadera doctrina de la Iglesia. Desafortunadamente, hoy no sólo caen en este error algunos progresistas sino también, paradójicamente, algunos grupos tradicionalistas».
Edward Pentin hace mención a la entrevista que Víctor Manuel Fernández concedió el pasado mes de julio a InfoVaticana. El periodista le dice al futuro cardenal que parecía estar abierto a las bendiciones de la Iglesia para las parejas del mismo sexo, siempre que se puedan llevar a cabo sin causar confusión. Tucho se defiende respondiendo que «me refería a confundir unión entre personas del mismo sexo con matrimonio. Llegados a este punto queda claro que la Iglesia sólo entiende el matrimonio como la unión indisoluble entre un hombre y una mujer que, en sus diferencias, están naturalmente abiertos a engendrar vida».
Sobre la cuestión doctrinal, Víctor Manuel Fernández aclara que «la doctrina no cambia, el Evangelio siempre será el mismo, el Apocalipsis ya está asentado. Pero no hay duda de que la Iglesia siempre será pequeña en medio de tanta inmensidad de verdad y belleza y siempre necesitará seguir creciendo en su comprensión».
En referencia a la situación de la Iglesia en Alemania, afirma que «la Iglesia alemana tiene serios problemas y obviamente tiene que pensar en una nueva evangelización» y critica que «el riesgo del Camino Sinodal reside en creer que permitiendo algunas novedades progresistas la Iglesia en Alemania florecerá».
Por último, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe se queja de que los periodistas le asemejen «con el estilo alemán». «Vayan y pregunten a los fieles de mi parroquia qué hacía cuando era párroco y verán: adoración eucarística, cursos de catequesis, cursos bíblicos, misiones hogareñas con la Virgen y una oración para bendecir el hogar. Tenía 10 grupos de oración y 130 jóvenes», se defiende el ex arzobispo de La Plata.
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