El Cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, se ha destacado como el principal opositor a las conclusiones cismáticas del camino sinodal alemán. La oficina del fiscal de Colonia y la policía han estado registrando la Archidiócesis de Colonia en una redada al alba. ¿Coincidencia? No lo creo.
La acusación es perjurio, y por lo visto justifica un asalto policial en toda regla. Según la oficina del fiscal, se han registrado un total de seis lugares desde las 8 a.m., cuatro de ellos en Colonia y uno en Kassel y Lohfelden, los locales del Vicariato General, la Oficina Oficial y la Casa del Arzobispo, así como locales comerciales asociados al tráfico de correo electrónico en la Archidiócesis de Colonia.
«La operación se desarrolló sin incidentes y con la cooperación de los responsables en los respectivos lugares de búsqueda», dice la nota oficial. Participaron alrededor de treinta agentes. La experiencia ha demostrado que pasará algún tiempo antes de que el resultado esté disponible, ha anunciado la Archidiócesis de Colonia. «Hasta entonces, le pedimos al público que no tome una investigación abierta como una oportunidad para expresar prejuicios».
El trasfondo de la redada es la sospecha de que Woelki podría haber mentido ante el tribunal al testificar bajo juramento. El proceso se refería a la promoción de un sacerdote a vicedecano de la ciudad de Düsseldorf. Woelki dijo que no sabía nada sobre sus inclinaciones hasta marzo de este año. En la sala dijo: «Lo juro, así me ayude Dios» .
Pero la cadena de televisión pública local WDR publicó recientemente una carta de Woelki para el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano en 2018, donde se describían en detalle las acusaciones contra el sacerdote. En la carta de cuatro páginas que se filtró a WDR, Woelki enumera meticulosamente varias agresiones sexuales del pastor contra jóvenes.