Los obispos alemanes concluyen hoy su visita Ad limina. En el día de ayer, los obispos alemanes se reunieron con Francisco para hablar durante dos horas.
En ese encuentro que fue una conversación abierta, en la que los obispos alemanes pudieron plantear sus preguntas y temas al Papa, que fue respondiendo individualmente.
Por la tarde, los obispos celebraron la Santa Misa en la Basílica Patriarcal Romana de San Pablo Extramuros, lugar donde se venera la tumba del Apóstol Pablo.
El cardenal Marx fue el encargado de predicar la homilía de ese día. Sobre la figura del apóstol, Marx dijo que “en la figura de Pablo podemos ver un cambio impresionante: del educado y conservador maestro de la ley al predicador itinerante y luego al anunciador de Jesucristo. Pablo se convierte en testigo de la verdad. Una y otra vez se le recuerda su evento de Damasco, que se convertiría en el motivo central de su obra: anunciar a Cristo, a quien una vez persiguió”.
El purpurado alemán añadió que “durante estos días de la visita Ad limina a Roma hemos discutido en muchos puntos -también con el Papa- cómo seguirán las cosas para el pueblo de Dios y la Iglesia, qué nuevos comienzos hay que atreverse y qué vamos dejando atrás. De igual modo, pidió sustentándose en la idea de «tradición», que los obispos alemanes deben «tener el coraje de comenzar algo nuevo a la luz de la tradición y llevar con nosotros el tesoro del pasado», al mismo tiempo que les invitaba a «mirar hacia adelante”.