Francisco: ¿Qué hago por el pueblo ucraniano?

Francisco: ¿Qué hago por el pueblo ucraniano?

Tras el Ángelus, el Papa insta a cada persona a preguntarse si está o no cerca de comprender y solidarizarse con un pueblo “martirizado» que sufre.

Una de las cosas que más sorprendían a los paganos de los cristianos de los primeros siglos era su veneración por los restos de quienes habían muerto por su fe, a quienes llamaban ‘testigos’ en griego, es decir, mártires.

Morir por la fe, por no renunciar a la fe, se ha considerado en la Iglesia el sacrificio supremo y el testimonio más perfecto, razón por la que se desaconseja un escrutinio demasiado meticuloso en la vida del mártir, a diferencia de lo que se hace con los santos. Y es que la Iglesia cree que el mártir entra directamente en el grupo de los elegidos meramente por el hecho de haber muerto por su fe, sin que importe cómo de ejemplar o desastrosa haya sido su vida hasta ese momento.

Era esperable que los términos ‘técnicos’ del cristianismo, con un significado muy específico, se filtraran en el lenguaje secular para designar otra cosa, y el de ‘mártir’ -como ‘escándalo’ o ‘cruzada’- ha seguido ese camino, designando ya a cualquier víctima de una violencia injusta.

Y uno espera que el mundo utilice así la palabra, pero no que la use el mismo Vicario de Cristo. El pueblo ucraniano sufre una guerra, una invasión; sufren los inocentes y merecen por ello nuestra solidaridad y nuestras oraciones. Pero no son mártires, no mueren o sufren por su fe. Decir que están siendo “martirizados” es desnaturalizar el concepto del martirio.

Cuando se produjo la atroz matanza de más de medio centenar de cristianos que asistían a la Misa de Pentecostés en una ciudad de Nigeria, el Vaticano informó que el Papa rezaba por las víctimas de la masacre. La Oficina de Prensa señaló que “el Papa se enteró del ataque a la iglesia en Ondo, Nigeria, y de la muerte de decenas de fieles, muchos niños, durante la celebración de Pentecostés”, y añadía que “mientras se aclaran los detalles del incidente, el Papa Francisco reza por las víctimas y por el país, dolorosamente afectado en un momento de celebración, y encomienda a ambos al Señor, para que envíe su Espíritu a consolarlos”. No aparecen las palabras ‘martirio’ o ‘mártires’ por ningún lado, aunque murieron exclusivamente por ser cristianos, y durante la celebración de la Santa Misa.

Por contra, los ucranianos que mueren en la guerra no mueren por su fe, la tengan o no. Mueren por intereses geopolíticos. Pero están siendo ‘martirizados’. Y de alguna manera, el Santo Padre nos interpela a todos los cristianos a que nos preguntemos qué estamos haciendo por el pueblo ucraniano, no por el nigeriano, tampoco por los católicos chinos acosados, perseguidos, reprimidos y encarcelados por su fe.

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