El pasado 1 de octubre entró en vigor la nueva ordenanza del Vaticano que obliga a todos sus trabajadores a presentar el certificado de vacunación.
Según ha publicado el periódico suizo “Tribune de Geneve”, se sabe que tres guardias suizos, contrarios a la vacunación, han renunciado a su servicio en el Vaticano. «El caso es que la vacuna, para ellos, se ha vuelto obligatoria bajo las instrucciones específicas del Papa Francisco . En total, hubo seis guardias suizos que no quisieron vacunarse: tres de ellos finalmente aceptaron, los otros tres, por el contrario, prefirieron dar un paso atrás», ha informado Tribune de Geneve.
El portavoz de la Guardia Suiza, Urs Breitenmoser, ha confirmado al periódico suizo, que “tres alabarderos han abandonado su servicio «libremente», mientras que otros tres están suspendidos de sus funciones hasta completar el ciclo de vacunación”. El portavoz también ha añadido que” es una medida que se adapta a la de otros cuerpos de ejército del mundo», y para la Guardia Suiza, dada su proximidad física al Pontífice, las pruebas no son suficientes: ya que no pueden detectar infecciones recientes. En resumen, para los alabarderos la única posibilidad era la vacuna. Y tres de ellos dijeron «no».
De este modo, el Vaticano se convierte en uno de los primeros países en imponer la vacunación obligatoria para sus trabajadores, y cuyas consecuencias están empezando a verse ahora. Está por ver cómo afectará esta medida en un futuro a corto o medio plazo al ejército papal, ya que también es sabido, que no pasa por su mejor momento debido a que cada vez hay menos jóvenes suizos que reúnan los requisitos necesarios y que quieran formar parte de la Guardia Suiza. De todos modos, cabe recordar que se hace una excepción para quienes participan en las celebraciones litúrgicas “por el tiempo estrictamente necesario para la realización del rito”, como puede ser la audiencia con el Papa de los miércoles.
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