Lo aclara Benedicto XVI en una entrevista publicada por Il Corriere della Sera en el aniversario de su histórica renuncia.
«Fue una decisión difícil”, confiesa el Pontífice emérito, “pero la tomé en conciencia y creo que hice bien”. “Algunos de mis amigos algo «fanáticos» siguen enfadados, no han querido aceptar mi decisión”, señala Benedicto XVI ocho años después de dejar el papado.
“Pienso en las teorías conspirativas que le siguieron: algunos decían que era por el escándalo Vatileaks, otros que era por un complot del lobby gay, otros que era por el caso del teólogo conservador lefebvriano Richard Williamson. No quieren creer en una decisión tomada conscientemente. Pero tengo la conciencia tranquila», asegura Ratzinger.
También tuvo palabras sobre el viaje que el Papa realizará a Irak en pocos días: «Creo que es un viaje muy importante. Desgraciadamente, cae en un momento muy difícil que también lo convierte en un viaje peligroso: por razones de seguridad y por el Covid. Y luego está la inestable situación iraquí. Acompañaré a Francisco con mi oración».
Sobre Biden, el segundo presidente católico después de Kennedy, Ratzinger expresa algunas reservas a nivel religioso. “Es cierto, es católico y practicante. Y personalmente está en contra del aborto”, dice. «Pero como presidente, tiende a presentarse en continuidad con la línea del Partido Demócrata… Y en política de género aún no hemos entendido del todo cuál es su posición».