Así explicó Federico Jiménez Losantos ayer en su programa su conversación con Cañizares:
«Esta pelea, es una pelea de logias. Es como el asesinato de Prim. Son peleas de logias, sanguinarias, que no tienen límite… Son historias de poderes ocultos. En la justicia siempre, en el ejército cuando han podido, y en la enseñanza, siempre… Y en la Conferencia Episcopal. El propio Cañizares me lo dijo a mí. En el cónclave, porque a mi me lo dijo Mario Conde que hay cardenales masones: «muchos, varios, me consta». Y le dije a Cañizares, y lo he publicado en un libro, le dije:
– «Vamos a ver, d. Antonio, ¿hay masones en el cónclave?»
– Por supuesto hijo, por supuesto.
Estábamos en su balcón y ahí enfrente el obelisco con el triángulo masón en medio de la plaza de San Pedro, que nadie sabe qué pinta ahí.
– Claro que sí, hijo, bastantes bastantes, sin ninguna duda…»
Si Cañizares sabe que hay cardenales masones, y lo cuenta a periodistas en privado cuando le preguntan, ¿no debería hacer un memorándum como el de Viganó?