El equipo redactor de intervenciones públicas del Papa Francisco está formado por buenos profesionales e intenta por todos los medios de adaptarse a las formas de decir del papa reinante limando las palabras en temas complicados. No estamos en la época dorada de Benedicto XVI que evidentemente era un monumento intelectual equiparable a los mejores tiempos de los llamados santos padres de la Iglesia. No estamos en los tiempos de carismático Juan Pablo II que dominaba la escena y las palabras con una fuerza arrolladora y podía permitirse improvisar con una soltura y altura inigualables, todavía impresiona ver la fuerza de su personalidad. Al Papa Francisco le cuesta ceñirse a los textos preparados y son frecuentes sus improvisaciones. El problema es que es esos momentos en los que se crean los conflictos. No estamos ni ante la fuerza arrolladora de Juan Pablo II ni ante la profundidad de pensamiento de Benedicto XVI. No dudamos que seguro que cuenta con grandes admiradores pero es evidente que crea tantos problemas que incluso, a posteriori, se intentan corregir los textos oficiales. En la memoria de todos están las gloriosas y rebuscadas interpretaciones del Padre Lombardi intentando convencernos de que entendíamos mal lo que tan bien se entendía y buscando reconducir las cosas a su cauce católico.
En los documentos se distingue perfectamente los que sale de los órganos oficiales vaticanos, mucho mas comedido y prudente, de lo que tiene origen en la camarilla de Santa Marta. Spadaro nos ofrece su guía de lectura al documento del último sínodo junto con su publicación.
Tenemos ampliación de las normas del ordinariato que acoge a los ex anglicanos y a partir de ahora el papa podrá autorizar la ordenación de hombres casados. Son muchos los que ven una pequeña puerta que prepara el sinodo de la Amazonía en donde se anuncian la apertura de otras.
Las recientes afirmaciones del Papa Francisco, fuera de papeles, sobre la Mafia están levantando una verdadera polvareda que no termina. Italia sigue sufriendo esta lacra social y son muchos los italianos que se enfadan cuando el Papa Francisco les atribuye la paternidad de la mafia. Algunos le recuerdan que su elección tiene origen en la ‘mafia’ de San Galo.
El Vaticano, que no la Iglesia Católica, está muy preocupado por la perdida de influencia en la política italiana. A la inmensa mayoría de miembros del pueblo de Dios esto les trae sin cuidado. Tenemos dos movimientos interesantes. Berlusconi ya no sirve y se cierra este capítulo de relaciones peligrosas. Se ve un acercamiento a Salvini cuya existencia causa enormes crisis de ansiedad en los sacros palacios y se intenta refundar la democracia cristiana. La hija de De Gasperi y el juez del tribunal único Vaticano, Giuseppe de la Torre, entran en política con un partido que se llama ‘renacimiento cristiano’. El padre de Paola es el conocido Alcide De Gasperi padre de Europa, fundador de la Democracia Cristiana y presidente de gobierno en Italia del 1945 al 1953. Los tiempos son otros y Paola no es su padre ni Giuseppe es Alcide. Demasiado entrados en años para pensar en muchos renacimientos, muy mal tiene que estar la cosa para intentar hacer renacer lo que lleva tanto tiempo momificado. La democracia Cristiana termina tan mal en Italia y sumida en la total corrupción que ni el nombre es recuperable. No le auguramos mucho porvenir. Por ahora la línea roja con el Quirinal parece que sí funciona.
Ye tenemos el libro, políticamente correcto, sobre los nuevos cardenales de Bergoglio. Sin muchas pasiones y con algunas curiosidades. El autor, Aragona, vaticanista de Becciu, le rinde cumplido homenaje.
Hoy son noticia dos de los grandes hospitales de la Santa Sede en Italia. El Bambino Gesu necesita sangre y la Casa Solievo de la Sofferenza, el hospital del Padre Pio, cambia de director no sin polémica. Defensores y detractores están en los medios diciéndose de todo. Domenico Francesco Crupi, el director saliente, es un genovés de la cordada de Bertone, de los tiempos en que se soñaba con un gran grupo de hospitales católicos en Italia, hoy muchos de ellos en gravísimas dificultades económicas. Muy pocos saben que el hospital del Padre Pio, nacido de las donaciones que el santo recibía y del que era su único accionista, le fue ‘robado’ por orden superior para cubrir la bancarrota de los capuchinos de aquellos tiempos. Hoy su propietario es el Banco Vaticano, de tan tristes pasados y presentes y su director lo nombra la Secretaría de Estado. Indudablemente estamos ante un enorme problema, este muy italiano, pero que salpica de lleno a la Santa Sede y por tanto a toda la iglesia. Recordemos el último episodio en que el Papa Francisco quiso distraer fondos de la Papal Foundation para un hospital italiano y se le plantaron los donantes.
Los problemas chinos y el dolor de la iglesia que sufre en China siguen siendo noticia.
El cardenal Sarah deja en mal lugar, imaginamos que sin querer, al Papa Francisco cada vez que habla. La fuerza de sus argumentos y la credibilidad del personaje son evidentes. Algunos obispos, pocos, se van sumando a la sensatez de las tesis del cardenal sobre la emigración.
La hija de Davide Rossi pide al Papa Francisco que levante el secreto pontificio a las personas que pueden ayudar a esclarecer el presunto suicidio de su padre. Otro capítulo que esta tomando fuerza en estos días y en donde los entresijos Vaticanos no quedan en buen lugar. El ex director del Banco Vaticano sigue de actualidad por sus declaraciones sobre este caso en donde llega a afirmar que la Curia Romana podría haberle matado y de hecho, en su pasado reciente, tenemos episodios de extraños suicidios sin aclarar.
El Papa Francisco nos pide optimismo y no lamentarnos demasiado. Sin duda que lo tenemos. El Evangelio es y será la ‘buena nueva’ y siempre nos da motivos para el optimismo. Lo que no queremos es caer en el optimismo frívolo de quien prefiere andar fumado por la vida sin ver los problemas de su entorno. La realidad es la que es pero siempre tenemos motivos sobrados para la esperanza porque nos fiamos a Aquel que nunca nos defraudará. Un católico es por esencia optimista porque no cabe otra posibilidad.
«…vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.»
Buena lectura.
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