Se confirma que la visita de ayer del papa León XIV al Dicasterio para los Obispos ha comenzado a activar nombramientos episcopales que llevaban semanas en espera. El medio de izquierda liberacionista Religión Digital, siempre en contacto fluido con algún cardenal español, ha ofrecido el adelanto oficioso sobre la designación del nuevo obispo de Lérida: Daniel Palau Valero.
La elección de Daniel Palau Valero encaja en una lógica continuista, sin sorpresas, coherente con el tono pastoral y formativo que parece querer preservarse en esta etapa. Si bien solo el Papa y antiguo prefecto Robert Prevost y su equipo conocen qué nombramientos podrían revertirse o reorientarse, el caso de Palau se percibe como una confirmación de lo previsto: un perfil sin aristas ideológicas muy marcadas y con base académica y pastoral sólida.
Trayectoria de Daniel Palau Valero
Nacido en Barcelona en 1972, Daniel Palau Valero ha sido presbítero de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat. Ha estado al frente de las parroquias de Santa María y San Antonio Abad en Corbera de Llobregat. Es licenciado en historia del arte por la Universidad de Barcelona, en teología por la Facultad de Teología de Cataluña, y en filosofía por la Universidad Ramon Llull. Culminó el doctorado en 2013 en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, con una investigación sobre la sacramentalidad de la Iglesia en el Concilio Vaticano II.
Daniel Palau Valero ha sido también director de la revista Cuadernos de Pastoral (2ª época) y de la colección pastoral.doc del Centre de Pastoral Litúrgica, así como director de la Cátedra de Teología Pastoral “Arzobispo Pont i Gol”. Actualmente es decano de la Facultad de Teología de Cataluña y profesor de ecumenismo y eclesiología.
Una visión pastoral menos ingenua de lo habitual
Lérida es una de las diócesis españolas más marcada por la presión migratoria, la subida de índices de criminalidad y problemas graves de integración. En intervenciones recientes, especialmente en torno a temas migratorios, el nuevo obispo Daniel Palau Valero ha mostrado una visión pastoral con sensibilidad social pero sin caer en simplificaciones. Ha advertido sobre la acción de mafias en el fenómeno migratorio, alejándose por tanto de la romantización de las pateras, y ha subrayado que la principal vía de entrada de migrantes en España es la aérea, no la marítima.
También ha defendido que la integración debe ser mutua, exigiendo responsabilidad tanto a las sociedades receptoras como a los propios migrantes. Una posición que lo aleja de posturas ingenuas, y que lo sitúa en una línea de equilibrio pastoral y realismo evangélico que pueden ser relevantes en la tarea que afronta Daniel Palau Valero.
No es ajeno a la importancia de la liturgia
Su experiencia en el ámbito litúrgico, así como su trayectoria como formador y docente en teología sacramental, lo sitúa en una posición especialmente adecuada para afrontar uno de los desafíos señalados recientemente por León XIV: la necesidad de recuperar el sentido del misterio, de la reverencia y de los gestos litúrgicos que devuelvan a la Iglesia el lenguaje de lo sagrado.
En tiempos de dispersión y banalización, una liturgia celebrada con hondura puede ser clave para reavivar la fe del pueblo cristiano. En este sentido, cabe esperar que Daniel Palau Valero sea un obispo capaz de cultivar y promover una liturgia que no solo exprese, sino que fortalezca la fe de su diócesis.