¿Qué pasará con el Tozal si cae Torreciudad?

¿Qué pasará con el Tozal si cae Torreciudad?

En medio del conflicto que enfrenta al Opus Dei con el obispo de Barbastro, la gran incógnita es qué sucederá con el Santuario de Torreciudad y, en consecuencia, con el complejo residencial El Tozal, indisolublemente unido al santuario.

El Tozal ha sido durante décadas un espacio íntimamente ligado a la vida espiritual de Torreciudad, sirviendo de refugio para los fieles que buscan reposo y recogimiento en torno al santuario.

Si el Opus Dei, que ha administrado el santuario desde su fundación, pierde el control o ve limitada su influencia, el futuro del Tozal también podría estar en juego, y con él, una importante aportación al sostenimiento del santuario.

Para los propietarios de las viviendas en el Tozal, este escenario podría generar incertidumbre. La relación entre el santuario y las viviendas ha sido estrecha desde su creación, y un cambio en la gestión de Torreciudad o en su relevancia espiritual podría impactar directamente en el uso y el valor de estas propiedades. Las viviendas del Tozal están sujetas a una serie de condiciones que garantizan que el uso espiritual del lugar se mantenga inalterado, como lo establece la cláusula de resolución inscrita en la nota simple de muchas de las viviendas y a la que ha tenido acceso este medio. Una cláusula que protege la espiritualidad del lugar.

Según los documentos registrales obtenidos por InfoVaticana, las propiedades en el Tozal están gravadas con una cláusula de resolución que impide cualquier uso que no respete el fin espiritual del recinto. Esta cláusula, establecida por la entidad Terra S.A., asegura que las viviendas no se desvirtúen de su objetivo original: contribuir a un ambiente de «reposo, piedad y recogimiento» que está intrínsecamente ligado a la actividad del santuario vecino. En caso de que este uso se vea alterado, Terra S.A. tiene el derecho de resolver la compraventa de las viviendas, sin importar quién sea el propietario en ese momento.

Así se especifica en la nota simple de cada una de las viviendas: “Por razón de su procedencia se encuentra Gravada con cláusula de resolución de contrato, para el caso de incumplimiento de no destinarse a la construcción de un conjunto de viviendas, servicios, hoteles, parques y zonas deportivas con carácter todo ello de conjunto urbanizado para de esa forma cubrir las necesidades del entorno en que están enclavadas posibilitando y no entorpeciendo el ambiente de reposo, piedad y recogimiento exigido por el Santuario vecino. Este destino prefijado se considera absolutamente esencial y condición y requisito inseparablemente unido a la titularidad de las fincas transmitidas. En consecuencia, caso de que se alterase el repetido destino no cumpliéndose en los términos antes expresados, la entidad Terra S.A. podrá resolver la compraventa cualquiera que sea su titular, propietario o tenedor o poseedor de dichas fincas”.

Además, si Torreciudad se desvincula del Opus Dei, la comunidad de fieles que ha crecido alrededor del santuario podría dispersarse, dejando el Tozal como un espacio residencial más, desvinculado de su propósito original. Esto pondría en cuestión no solo el futuro del complejo, sino también el de las personas que han construido sus vidas alrededor de Torreciudad.

Parece claro es que la caída de Torreciudad no solo afectaría al ámbito religioso, sino también a todo un entorno que ha vivido bajo su sombra durante años.

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