Mientras Pax Christi se prepara para abrir un nuevo Instituto para la No Violencia, el cardenal Robert McElroy, en una entrevista con Vatican News, señaló que toda forma de violencia es incompatible con el mensaje del Evangelio, y exhortó a los cristianos a reconocer los conflictos en partes del mundo que suelen ser ignorados.
Desde los tiempos de San Agustín, los teólogos cristianos han debatido el concepto de la «guerra justa». Sin embargo, el polémico cardenal McElroy, obispo de San Diego, afirma ahora que la teoría de la guerra justa nunca ha estado alineada con el verdadero mensaje del Evangelio, independientemente de su aparente legitimidad moral. En sus palabras, «en la vida de la Iglesia, las teorías de la guerra justa son un aspecto secundario; lo principal es que no debemos participar en la guerra». Esta distinción es clave, pues muchos han usado la doctrina de la «guerra justa» como una justificación para la violencia, lo que McElroy considera un problema grave.
Pax Christi Internacional, movimiento católico dedicado a la paz, inaugurará el 29 de septiembre en Roma su nuevo Instituto Católico para la No Violencia, evento al que asistirá el cardenal McElroy. Este instituto tiene como misión promover alternativas no violentas ante los múltiples conflictos armados que afectan al mundo actual. McElroy subraya que la paz no se limita a la ausencia de guerra, sino que implica la construcción de una armonía más profunda, en línea con los valores del Evangelio, como el respeto a la dignidad humana y la solidaridad.
El cardenal McElroy sostiene que el trabajo por la paz va más allá de la resolución de conflictos armados. Involucra una transformación social más amplia que integra los valores evangélicos en la vida cotidiana. Este enfoque de la paz requiere un cambio en la teología católica, donde la no violencia activa pase a ocupar un lugar central en la enseñanza sobre la guerra y la paz.
La no violencia, un principio que trasciende la fe católica
El cardenal también destaca que los principios de la no violencia, aunque fundamentales para los cristianos, no son exclusivos de la Iglesia católica. El concepto de «no violencia» fue popularizado por Mahatma Gandhi, quien lo tomó del término sánscrito «ahimsa», que significa «no dañar». Líderes como Gandhi y Martin Luther King Jr., ambos ajenos al catolicismo, fueron pioneros en la promoción de la no violencia como vía para alcanzar la paz. Según McElroy, este es un debate que ya ha trascendido las fronteras religiosas y se está discutiendo en contextos culturales e institucionales en todo el mundo.
Uno de los grandes desafíos que McElroy plantea es cómo llevar el debate sobre la no violencia a un nivel en el que se establezcan normas internacionales que promuevan este principio como una solución viable para los conflictos. El Instituto para la No Violencia de Pax Christi, compuesto por representantes de países devastados por la guerra, como Sudán del Sur y Palestina, busca ser un espacio donde estas cuestiones puedan discutirse y desarrollarse.
Un instituto al servicio de la paz mundial
El cardenal McElroy relató su experiencia personal durante el Sínodo del Vaticano, donde compartió momentos con el cardenal de Sudán del Sur. Ambos coincidieron en que la única forma de romper el ciclo de violencia en su país era evitar las represalias y buscar soluciones pacíficas. McElroy lamenta que muchos de los conflictos del Sur global sean ignorados deliberadamente por el Norte. El nuevo instituto, al ampliar el enfoque, pretende poner de relieve esos conflictos que suelen quedar fuera del radar internacional.
Uno de los principales objetivos del Instituto será comprender mejor la realidad global y desarrollar estrategias que permitan abordar las distintas problemáticas, en consonancia con las enseñanzas del Papa Francisco. El Papa ha instado en repetidas ocasiones a la Iglesia a no dejar de lado las periferias y a ampliar su misión hacia aquellos que más sufren.
McElroy concluyó recordando la importancia del testimonio cristiano en la promoción de la paz y la solidaridad, **aunque los esfuerzos no siempre logren resultados inmediatos**. Estos principios, según él, deben estar en el núcleo de la acción católica en el mundo.
El cardenal McElroy finalizó su intervención refiriéndose a la encíclica «Fratelli tutti» del Papa Francisco, la cual subraya la importancia de pensar de forma nueva sobre las relaciones internacionales. «Debemos eliminar los prejuicios que nos hacen ver ciertas regiones como menos importantes», advirtió McElroy, recordando que esto es contrario al Evangelio y un obstáculo para la verdadera paz.