El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha emitido un comunicado para confirmar que no hay ninguna sobrenaturalidad en los lugares de los supuestos acontecimientos marianos en Trevignano Romano.
Se trata de la primera manifestación pública del Dicasterio desde que asumieron el control para autorizar la veracidad o no de los fenómenos sobrenaturales.
Fue el pasado 17 de mayo cuando el Dicasterio que dirige el cardenal Víctor Manuel Fernández quitó poder a los obispos para que la última palabra la tenga el Vaticano. Doctrina de la Fe publicó que las nuevas Normas establecen un «procedimiento diferente respecto al del pasado, pero también más rico, con seis posibles conclusiones prudenciales que puedan orientar el trabajo pastoral en torno a los acontecimientos de presunto origen sobrenatural».
El cardenal Fernández explicó que a partir de ahora «debe quedar claro que, de forma habitual, no cabe esperar un reconocimiento positivo por parte de la autoridad eclesiástica sobre el origen divino de presuntos fenómenos sobrenaturales». No obstante, en caso de que Roma conceda un Nihil obstat «tales fenómenos no se convierten en objeto de fe – es decir, los fieles no están obligados a darles un asentimiento de fe».
Primera resolución de Doctrina de la Fe sobre fenómenos sobrenaturales
«A la luz de las nuevas Reglas para proceder en el discernimiento de supuestos fenómenos sobrenaturales (17 de mayo de 2024), en referencia al Decreto Prot. 01D/2024, emitido por Monseñor Marco Salvi, Obispo de Civita Castellana, de 6 de marzo de 2024, de acuerdo con esta Institución, en relación con las supuestas apariciones y revelaciones relatadas por doña Gisella Cardia (nacida Maria Giuseppa Scarpulla) y por don Gianni Cardia, este Dicasterio reconoce la validez jurídica del mencionado Decreto, tanto en lo que respecta al juicio allí expresado (constat de non sobrenaturalitate) y por las disposiciones indicadas», se lee en el comunicado del Dicasterio.
La nota concluye pidiendo a la Virgen María que «restablezca la paz y la serenidad para el bien espiritual de los fieles de la parroquia de Trevignano Romano y del pueblo de Dios que se encuentra en toda la Diócesis de Civita Castellana».
Apoyo a la decisión tomada por el obispo de Civita Castellana
A comienzos del pasado mes de marzo, el obispo de esta diócesis italiana, Marco Salvi, se lanzó a rechazar las supuestas apariciones de la Virgen de Trevignano en las reuniones de Gisella Cardia.
El Vaticano también apoya las medidas que tomó el obispo diocesano que pidió a los fieles abstenerse de organizar y/o participar en reuniones privadas y/o públicas (ya sea de oración y/o de catequesis) que tomen como cierta e indudable la verdad sobrenatural de los acontecimientos de Trevignano». Esto se traduce como la prohibición absoluta de celebrar sacramentos o realizar actos de piedad popular u organizar peregrinaciones, momentos de oración, reuniones de diversa índole en los lugares de los supuestos acontecimientos marianos en Trevignano Romano.
Los comienzos de las presuntas apariciones
Los «acontecimientos de Trevignano» comenzaron en 2016, cuando Gisella Cardia denunció apariciones de la Virgen en un campo donde durante años pronunció sermones y oraciones. Apariciones que habrían ocurrido junto con lágrimas de sangre atribuidas a una estatua de la Virgen María comprada en Medjugorje.
La mujer afirmó también recibir continuamente mensajes de la Virgen y, a veces, también de Jesús o del Padre Celestial y haber presenciado milagros como la multiplicación de los ñoquis y la pizza durante las cenas privadas en su casa. La Cardia, sobre la que la Fiscalía de Civitavecchia abrió un expediente con la hipótesis de un delito de fraude, tras la denuncia de fieles que también habían pagado sumas de dinero, siguió defendiendo sus teorías y recientemente impugnó la investigación de la diócesis.