El sacerdote católico Javier García Villafaña, miembro de la orden de los agustinos, fue asesinado a balazos cuando se trasladaba en su coche por una carretera en el estado de Michoacán, al occidente de México. Con este ya suman nueve los religiosos asesinados durante la gestión de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Las autoridades precisaron que el cadáver de García Villafaña fue hallado el lunes en la población de Capacho, al tiempo que indicaron que la Fiscalía ya ha abierto una investigación sobre los hechos.
El sacerdote había sido asignado a una misión eclesiástica en ese pueblo, al que arribó hace tan sólo un mes, de acuerdo a información que ha proporcionado el Centro Católico Multimedial.
En un comunicado el obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz, se unió al dolor de la Arquidiócesis de Morelia y a los hermanos religiosos de la Provincia Agustiniana de San Nicolás de Tolentino de Michoacán.
México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer la labor sacerdotal en los últimos años. El año pasado, por ejemplo, fueron asesinados en el estado de Chihuahua los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, mientras que en Baja California se dio muerte al padre José Guadalupe Rivas.
El subsecretario de la secretaría del Sínodo, el agustino Luis Marín de San Martín, también se ha querido despedir de Javier García Villafaña. «Nuestro hermano agustino, P. Javier García Villafaña ha sido asesinado en el estado de Michoacán, México. En medio de la tristeza y el dolor por la violencia insensata, dirigimos nuestra oración al Señor de la Paz y pedimos por el P. Javier y por México», ha escrito el sacerdote español agustino en su cuenta de twitter.