“Me contó que había llegado inconsciente al hospital”, explica Michelle Ferri, amigo del Papa, a un diario de Pesaro. “Unas horas más y a lo mejor no lo contaba”.
Nuestro inapreciable Specola suele recordar que si en un aspecto la información procedente del Vaticano es poco de fiar y hay que cogerla con pinzas es en lo que se refiere a la salud del Pontífice. Durante su última estancia en el Policlínico Gemmelli nos llegaron noticias confusas, a ratos contradictorias, y muchos rumores más o menos alarmantes. Hoy podemos saber un poco más por las declaraciones de un amigo del Papa sin contactos curiales, Michelle Ferri.
Ferri trabó una profunda amistad con Francisco hace diez años, a raíz del asesinato de su hermano Andrea, y este tiempo han intercambiado unas noventa llamadas telefónicas privadas. Y también en esta ocasión, a la salida del hospital, Francisco se puso en contacto con su amigo Michelle.
«Sigo vivo, me dijo», informa Michele , resumiendo la llamada del Papa para felicitarle por su 52 cumpleaños. “Le dije: ¡Menudo susto nos diste”, dice Michele, y continúa: “Me explicó que había llegado inconsciente al hospital. “Unas horas más y a lo mejor no lo cuento”, me dijo”.