En el Vaticano ya no saben qué hacer para tapar su desastrosa gestión del ‘caso Rupnik’, y según la carta abierta de un sacerdote cercano al caso, el artista jesuita, que pudo verse hace unos días concelebrando en Roma, pronto será reducido al estado laical.
Roma guarda silencio oficial sobre el Padre Marko Rupnik, el jesuita y artista mundialmente reconocido acusado de graves abusos sexuales con monjas, pero es inevitable que los fieles se pregunten por las distintas varas de medir que se usan en el Vaticano para gestionar los abusos clericales, según los perpetradores sean más o menos cercanos al Papa.
Bajo el pseudónimo de Karel Fulgoferski, un supuesto sacerdote esloveno ha publicado una carta abierta anunciando que Rupnik pronto será reducido al estado laical.
Según el sacerdote, la suerte del jesuita ya fue decidida en el Vaticano mientras la Compañía de Jesús aún lleva a cabo una investigación interna sobre el caso. “Rupnik será pronto destituido del estado clerical y se le hará desaparecer de la vida pública”, confirma Fulgoferski al italiano Domani. “Se ha llegado a un acuerdo en la Santa Sede para que a cambio de una retirada pacífica del jesuita, puedan evitar visitas apostólicas y verificaciones de operaciones financieras del Centro Aletti».
La información fue respaldada al menos parcialmente por otra fuente dentro del Vaticano, quien confirmó a Domani que hay una tormenta en las altas esferas eclesiásticas: aunque no es seguro que Rupnik deba dejar su papel como sacerdote, afirma la fuente, la orden de no tocar al jesuita vendría directamente del Papa Francisco.
Una grave acusación, que por ahora es solo un rumor, alimentada por las dudas sobre el papel jugado por el pontífice en todo el asunto Rupnik: el jesuita, de hecho, había sido excomulgado latae sententiae en 2020 por «una absolución del cómplice en confesión». «(es decir, por haber absuelto a una novicia con la que había tenido relaciones sexuales), la excomunión se remitía inmediatamente después de un mes.