El cardenal polaco ha defendido a Juan Pablo II, del que fuera secretario personal, en una declaración publicada en Episkopat. La declaración ha sido traducida al español por Secretum Meum Mihi.
“Juan Pablo II sobre el abuso sexual en la Iglesia”
Las emergentes opiniones de que Juan Pablo II fue lento en guiar la respuesta de la Iglesia al abuso sexual de menores por parte de algunos clérigos son perjudiciales y contradicen los hechos históricos.
El Papa Juan Pablo II no reemplazó a los obispos en países individuales en su responsabilidad. Al observar la vida de las iglesias locales, vio cómo lidiaban con los problemas emergentes. Cuando fue necesario, los ayudó, a menudo por iniciativa propia. Lo hizo a petición de los episcopados locales.
Así fue como reaccionó ante la crisis sobre el abuso sexual de menores. Cuando, en la década de los 80, la crisis comenzó a fermentarse en la Iglesia en los Estados Unidos, el Papa observó por primera vez las actividades del episcopado de los Estados Unidos y cuando llegó a la conclusión de que se necesitaban nuevas herramientas para luchar contra estos crímenes, le dio nuevos poderes a los superiores de la Iglesia. Estos fueron, para los obispos, un indicio inequívoco de la dirección en la que deberían luchar. Basta recordar que en 1994 Juan Pablo II emitió un indulto para los Estados Unidos y dos años más tarde para la Iglesia en Irlanda, aprobando una política conocida como “tolerancia cero”. El Papa estaba en shock. No tenía intención de tolerar el crimen de pedofilia en la Iglesia y luchó contra él.
Cuando quedó claro que los episcopados locales y los superiores religiosos todavía no podían hacer frente al problema, y la crisis se estaba extendiendo a otros países, reconoció que no solo afecta al mundo anglosajón sino que tiene un carácter global.
Sabemos que, en 2002, hubo una ola de revelaciones en los Estados Unidos, causada por publicaciones conocidas por todos como “Spotlight”. Sin embargo, no todos recuerdan que solo un año antes de estos eventos, en Mayo de 2001, por iniciativa de El Santo Padre, se publicó el documento “Sacramentorum sanctitatis tutela” (Protección de la santidad de los sacramentos). En ese momento, el Papa promulgó las normas “Sobre los delitos más graves”. Conocemos la importancia pionera de este acto jurídico. Juan Pablo II reservó todos los delitos sexuales cometidos por el clero contra menores de 18 años a la jurisdicción del Tribunal Apostólico de la Congregación para la Doctrina de la Fe. También obligó a cada obispo y religioso superior a informar a esta Congregación todos estos delitos, si su probabilidad se confirmaba en la investigación preliminar prevista por el Código de Derecho Canónico. Otros procedimientos más continuaron bajo el control del Tribunal Apostólico.
El análisis de la crisis fue presentado por Juan Pablo II en Abril de 2002 a los cardenales estadounidenses que fueron llamados al Vaticano después de la publicación de “Spotlight”. Gracias a las reglas claras que indicó el Papa, el grado de abuso en los EE. UU. Ha decrecido. A día de hoy, este análisis sirve como punto de referencia para todos aquellos comprometidos con la lucha contra el delito de abuso sexual de menores por parte de clérigos. Ayuda a diagnosticar la crisis e indica la salida. Esto ha sido confirmado por la cumbre en el Vaticano convocada por el Papa Francisco, quien en la lucha contra este problema sigue con determinación el camino de sus predecesores.
Finalmente, debo decir unas palabras sobre el caso de [Marcial] Maciel Degollado. Se ha dicho que Juan Pablo II estaba encubriendo su actividad criminal. Los hechos hablan de otra manera. Permítanme que les recuerde que la Congregación para la Doctrina de la Fe ya había comenzado a investigar las acusaciones contra Degollado durante el pontificado de Juan Pablo II, precisamente en Diciembre de 2004. En ese momento, Mons. Charles Scicluna, entonces Promotor de Justicia y ahora Arzobispo, fue enviado a México y a los Estados Unidos con otro abogado, para llevar a cabo las actividades necesarias en este asunto. La decisión de iniciar esta investigación solo podría hacerse con el conocimiento y la aprobación de Juan Pablo II. Estas actividades no se interrumpieron incluso durante el tiempo de la sede vacante, después de la muerte de Juan Pablo II, y, por lo tanto, pudieron concluirse mediante un veredicto al comienzo del pontificado de Benedicto XVI.
Cardenal Stanisław Dziwisz
Cracovia, 20 de Marzo de 2019
Publicado en Episkopat.pl, traducción de Secretum Meum Mihi.