
Es auxiliar de Nueva York. Él lo niega pero parece que algunos indicios hay.
Dios quiera que no haya nada pero indicios parece haberlos. Aunque con esta campaña mediática vayan a saber si ello responde a una realidad o de un falso ataque más a la Iglesia.
Ante esto sólo cabe esperar a ver que resulta. Porque igual puede ser un obispo asqueroso que un santo varón atacado por los enemigos de siempre de la Iglesia. Pero, desgraciadamente, hechos como este se multiplican.
Con el consiguiente desdoro de la Iglesia y sus pastores. Aquí puede ocurrir cualquier cosa y malas por supuesto. Con obispos también.
Espero que el Papa Francisco, que por otra parte me parece un muy mediocre espécimen intelectual, termine dándose cuenta del caos eclesial que ampara y promueve. Si no fuera capaz de ni llegar a eso pues que Dios nos pille confesados.