
Creo que es algo que hay que analizar. Construyendo. Integrando.
Y sin olvidar a los muchos párrocos que han echado a sus fieles de sus parroquias.
Que ni las parroquias ni los fieles son propiedad del párroco. Aunque algunos se lo crean.
Cada vez somos más los que nos negamos a la apropiación. Y nos vamos. A donde se nos respete.
¿Vamos, pagamos y a patadas en la retambufa? Pues como que no. Que no nos da la gana.
Nada contra la tesis de estos tres sacerdotes, a dos de los cuales les conozco mucho pues fui buen amigo de sus padres. Y me parecen excelentes sacerdotes, Muy cierto lo que dicen. Siempre que el párroco no se empeñe en echar a sus fieles.