El Papa León XIV reabre Castel Gandolfo tras doce años de cierre
CASTEL GANDOLFO, 5 julio 2025 – Después de más de una década sin ser utilizado como residencia papal, Castel Gandolfo vuelve a abrir sus puertas este verano por decisión de León XIV, quien ha optado por recuperar la tradición estival que mantuvieron sus predecesores hasta Benedicto XVI.
La noticia, destacada este sábado por el diario Il Foglio, subraya el regreso del uso del Palacio Apostólico de los Albanos como lugar de descanso veraniego del Pontífice. La última vez que un Papa veraneó allí fue en 2013, con Benedicto XVI, poco después de su renuncia.
Un retorno al “descanso necesario”
La decisión de León XIV se inscribe en la línea de lo que Pablo VI definió como un “descanso necesario, saludable y sereno”. Durante décadas, Castel Gandolfo fue refugio habitual de los Papas en los meses más calurosos del año. Juan Pablo II, por ejemplo, pasaba allí largas estancias que combinaban oración, escritura y paseos en los jardines papales.
En palabras del propio Pablo VI, citadas por el diario:
Ecco il caldo, ecco l’estate, verranno aggiunte vacanze, non diviano le fatiche di oggi” (“He aquí el calor, he aquí el verano, llegarán también las vacaciones, sin disminuir los trabajos de hoy”), durante su estancia en la localidad en 1977.
Repercusión en la Curia y el turismo
La reapertura ha sido bien recibida por los comerciantes locales, que durante años vieron reducida drásticamente la afluencia de peregrinos y visitantes tras el cierre del palacio como residencia papal. También muchos miembros de la Curia Romana ven con buenos ojos la posibilidad de que el Papa se retire por unas semanas a un ambiente más tranquilo, en línea con la tradición.
Según Il Foglio, el propio Papa habría comentado en privado que
no quiero que se me nuble la cabeza, lo resolveremos cuando vuelva sereno de Roma”, en referencia a una serie de decisiones pendientes que aplazaría para después del verano.
Un estilo que remite al de Juan Pablo II
La imagen de portada del diario muestra a Juan Pablo II caminando en la montaña durante sus vacaciones, símbolo de una época en que los veranos papales eran sinónimo de cercanía, actividad física moderada y espiritualidad. León XIV parece querer recoger ese legado, marcando también una distancia simbólica con la etapa en la que el Vaticano optó por prescindir de este uso.
Castel Gandolfo no solo ofrece un clima más benigno en verano, sino también la posibilidad de cierta privacidad que escasea en Roma, incluso dentro de los muros leoninos.