Cardenal Burke: «El reinado de Cristo sobre los corazones es anterior a cualquier Estado o gobierno»

Cardenal Burke

El reinado de Cristo sobre los corazones y la sociedad restablece la comunión original entre el hombre y Dios, ofreciendo una respuesta a la creciente confusión en el mundo y en la Iglesia.

Así lo afirmó el cardenal Raymond Leo Burke en su intervención sobre La realeza social de Cristo: fundamentos teológicos, pronunciada el pasado 21 de marzo en la inauguración del curso de primavera de la Escuela Nacional de Doctrina Social de la Iglesia, organizada por el Observatorio Cardenal Van Thuân y el medio italiano La Nuova Bussola Quotidiana.

Burke enfatizó que el culto a Cristo Rey «no es una ideología ni el culto a una idea o ideal», sino «la obediencia a la Ley de Dios, escrita en nuestros corazones y en la naturaleza misma de todas las cosas». Esta realeza se expresa, sobre todo, en la Sagrada Eucaristía, que permite comprender, abrazar y vivir la misión real de los cristianos en Él. El cardenal citó el lema de San Pío X Instaurare omnia in Christo, explicando que, según Benedicto XVI, Cristo es el eje central de la creación y la historia, atrayendo hacia sí toda la realidad.

Al recordar el centenario de la encíclica Quas primas de Pío XI, Burke subrayó que la proclamación de Cristo como Rey es un principio fundamental de la Iglesia, fundamentado en la Revelación Divina y en las propias palabras de Jesús. Sin embargo, advirtió que, un siglo después, la rebelión contra Cristo y su Ley ha empeorado, infiltrándose incluso en la Iglesia y fomentando una grave infidelidad y apostasía.

El cardenal también destacó la relación entre la realeza de Cristo y el Sagrado Corazón, explicando que Su reinado no es solo un ideal inalcanzable, sino una realidad de gracia divina accesible a todos los fieles. Esta Realeza es universal, extendiéndose a toda la humanidad y a las realidades temporales, pues el poder de Cristo no se limita a individuos aislados, sino que abarca a las sociedades y naciones enteras.

Burke reafirmó que «el reinado de Cristo sobre los corazones es anterior a cualquier Estado o gobierno», y que el orden social se beneficia de la práctica de la religión cristiana. Asimismo, criticó la proliferación de supuestos «derechos inventados» para secularizar la vida y reafirmó que los derechos fundamentales del hombre tienen su origen en la participación en el Ser de Dios.

La dimensión social de la Realeza de Cristo, según Burke, reside en la naturaleza misma del ser humano, cuya alma existe siempre en relación con Dios y con los demás. Esta realidad se manifiesta plenamente en el Sacrificio Eucarístico, que transforma los corazones y libera del yugo de ideologías y sistemas políticos. Por ello, ante la creciente confusión en el mundo y la Iglesia, es más necesario que nunca reconocer y adorar a Cristo como Rey del cielo y la tierra, conscientes de la misión que nos encomienda para transformar la sociedad a través de Su gracia.