El obispo de San Sebastián, Fernando Prado Ayuso, ha concedido una entrevista a EFE en la que ha levantado la voz contra la imagen que se está generando sobre la Iglesia y los abusos.
El prelado vasco ha defendido que la Iglesia está en “un tiempo en el que está haciendo muchas cosas para que la pederastia no se repita”. Asegura también que “ha puesto ya bastante claridad” sobre los casos producidos en su seno y se encuentra “en otro momento histórico”.
Siguiendo con la argumentación oficial de la CEE y que ha defendido en público ante los periodistas tanta César García Magán como el cardenal Omella, el obispo ha subrayado que “el primero que tiene que reparar es el victimario” y que después la diócesis, o las congregaciones religiosas, deben ser garantes subsidiariamente de una restitución, incluso económica, si el victimario no la pueda abordar”.
El sucesor de Munilla en San Sebastián ha defendido que «la primera justicia es buscar la verdad y en esa verdad ha habido mucha confusión”. Además, ha insistido en la necesidad de “romper esa imagen fija Iglesia-pederastia” porque es “injusta”.
Prado Ayuso recalca que “poner solo el foco en la Iglesia desenfoca el problema”, pues “donde más abusos hay es en el ámbito familiar”. Con esta afirmación, «no estamos queriendo quitarnos las responsabilidad sobre lo sucedido», añade el obispo quien reconoce que «la Iglesia no siempre actuó bien a la hora de abordar estos temas, pero hoy tenemos muy claro cómo hay que actuar en caso de que se dé un abuso en el ámbito de la Iglesia”.
Crítico con la encuesta del Defensor del Pueblo
Prado no acepta “de ninguna manera” el resultado de la encuesta encargada por el Defensor del Pueblo. “Se han extrapolado unos datos de una muestra muy pequeña, convirtiéndolos en un universo inmenso que sería imposible. Es una desproporción”, asegura el obispo.
Por eso, piensa que “ni el propio autor del informe ni el Defensor del Pueblo se han atrevido a decir una palabra sobre esa extrapolación”. Lo que sí refleja la encuesta es que hay un problema social y que la Iglesia, como parte de esta sociedad, se ha visto salpicada por este problema”, asevera.
La restitución del ex vicario Juan Cruz Mendizabal, condenado por abusos
Como ya contamos en InfoVaticana, el pasado mes de agosto el obispo de San Sebastián ‘rehabilitó’ al sacerdote Juan Cruz Mendizabal, el que fuera vicario general de Guipúzcoa entre 2013 y 2016 y que fue apartado del cargo por Munilla tras reconocer tocamientos deshonestos a menores en 2001 y 2005, lo que le costó el destierro durante un tiempo.
Sobre esta cuestión, Prado Ayuso ha declarado en la entrevista con EFE que cree que es el momento de “pasar página” sobre este caso. “Juan Cruz Mendizábal tiene derecho a rehacer su vida. Su caso ha sido seguido muy de cerca por la Santa Sede, la cual, cumplido lo que se pidió a esta persona, solicitó que, prudentemente y paulatinamente, se le fuera reintegrando en el ministerio. Le he nombrado adscrito a la parroquia de Beasain, cercana a su localidad natal, donde vive cuidando a su madre, fundamentalmente”, relata el obispo.
Prado Ayuso defiende esta medida y precisa que “no es párroco, ni es coadjutor, ni está encargado de ningún servicio diocesano importante”. “Colabora en la pastoral y en la liturgia de los pueblos de alrededor bajo la autoridad del párroco local. No hay más que decir sobre este tema”.
El celibato y el futuro de la Iglesia
Fernando Prado destaca que “quienes estudian estas cuestiones en profundidad” no ven que exista “una relación entre el celibato y la pederastia”, como entiende que tampoco la hay con respecto a la falta de fieles tras muchas décadas de misas llenas.
“En la Iglesia anglicana, los sacerdotes se pueden casar y no por ello tienen más vocaciones. También hay sacerdotes católicos casados de rito oriental, pues la Iglesia católica lo permite, y eso tampoco trae más vocaciones”, puntualiza.
“Es una cuestión más profunda, de entrega vocacional y, hoy por hoy, la Iglesia sigue pensando que es algo bueno para sus sacerdotes. Pero no es palabra de Dios, sino de la Iglesia, y cualquier día podría cambiar, aunque en este momento no se ve que vaya a hacerlo”, añade.
Sobre la situación de la Iglesia, el obispo claretiano sostiene que “esos tiempos más de cristiandad han pasado” y el futuro de la Iglesia católica “va a ser un futuro de comunidades con una identidad muy clara pero más reducidas”, una época “menos clerical y más laical”.