Cupich calienta el Sínodo: «Una de las bendiciones del Concilio Vaticano II es su afirmación de que la doctrina de la Iglesia se desarrolla»

cardenal Cupich misas

El cardenal arzobispo de Chicago, Blase Cupich, ha publicado un artículo en el periódico oficial de la archidiócesis en donde defiende que «el desarrollo de la doctrina es la tradición».

«Una de las muchas bendiciones del Concilio Vaticano Segundo es su afirmación de que la doctrina de la iglesia se desarrolla», así es como empieza el artículo del purpurado estadounidense. El cardenal Cupich defiende que la tradición apostólica se desarrolla en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo porque hay un crecimiento en la comprensión de las realidades y de las palabras que se han transmitido». Para el cardenal «la verdad divina, hasta que las palabras de Dios alcancen en ella su pleno cumplimiento.

Para defender su tesis, el arzobispo recurre a el Papa Benedicto XVI quien «expresó esta verdad de manera sucinta, cuando observó en su carta de 2009 a quienes se negaron a aceptar las enseñanzas del concilio: La autoridad docente de la Iglesia no puede congelarse en el año 1962.

Tampoco podía faltar la cita al Pontífice actual. «El Papa Francisco cita a menudo a San Vicente de Lerins, un monje y autor del siglo V que enseñó que la doctrina progresa mediante la consolidación y la expansión. El punto es que la doctrina intenta articular la verdad de la fe cristiana. Si bien la verdad no cambia, la forma en que se expresa puede evolucionar», escribe Cupich.

Además, el purpurado recuerda que durante la entrevista en su vuelo de regreso de Canadá el año pasado, el Papa Francisco observó que una Iglesia que no desarrolla su pensamiento en un sentido eclesial es una iglesia que está retrocediendo. Citando las palabras del fallecido  Jaroslav Pelikan, el Papa llamó la atención sobre la diferencia entre tradición y tradicionalismo. La tradición, escribió Pelikan, es la fe viva de los muertos, el tradicionalismo es la fe muerta de los vivos, argumenta el purpurado.

El cardenal Cupich agrega que posteriormente explicó en una entrevista que la tradición vive en conversación con el pasado, recordando dónde estamos y cuándo estamos y que somos nosotros quienes tenemos que decidir. El tradicionalismo supone que nunca se debe hacer nada por primera vez, por lo que todo lo que se necesita para resolver cualquier problema es llegar al testimonio supuestamente unánime de esta tradición homogeneizada.

Por último, el arzobispo de Chicago insiste en que «una enseñanza central de nuestra tradición es la necesidad de discernir en cada época el movimiento del Espíritu Santo, llamándonos a una comprensión más profunda de las verdades de nuestra fe. Durante una reunión de abril con los jesuitas en Budapest, el Papa Francisco resumió una comprensión adecuada de cómo se desarrolla la doctrina ofreciendo esta imagen de la naturaleza: El fluir de la historia y la gracia va desde las raíces hacia arriba como la savia de un árbol que da fruto. Pero sin este flujo sigues siendo una momia. Retroceder nunca preserva la vida.