Inclusivos, pero dentro de un orden. La organización de laicos alemanes, el ZdK, protagonista del camino sinodal, no cree eso de que “todos, todos, todos” sean bienvenidos a la Iglesia y ha dejado claro, a través de su líder, Irme Stetter-Karp. Los miembros del partido soberanista AfD están excluidos, al menos, de cualquier puesto en el grupo laical.
Stetter-Karp va más lejos: los miembros del AfD deberían ser excluidos de los cargos electivos de la iglesia. Así lo dijo al diario alemán Die Zeit.
Para Stetter-Karp, las personas cuyas posiciones contradicen la visión cristiana de la humanidad no tienen cabida los comités de la iglesia. Lo cual suena perfectamente razonable, solo que la ZdK y, en general, la alta jerarquía parecen defender exactamente lo contrario, aunque en otros aspectos de la doctrina más, aparentemente, ‘mudables’.
Dice esta señora que, a diferencia de lo que sucede en los grupos de AfD, los debates sobre política familiar, identidad de género y la igualdad de trato de las diferentes orientaciones sexuales en la Iglesia se llevan a cabo de forma muy transparente. Tan transparentes que no admiten opiniones contrarias, aunque sean precisamente las ortodoxas. Con vistas a la próxima jornada católica en Erfurt en 2024, Stetter-Karp afirmó a Die Zeit que ningún representante de AfD será invitado al podio. Nadie, nadie, nadie.
Pero no va a ser fácil. Una opción es que la Oficina para la Protección de la Constitución se ocupe limpiamente del asunto y expulse a los herejes soberanistas de la vida pública por la vía civil. Eso, sin embargo, no basta: los comités locales también tienen que endurecer sus propios estatutos. Debe quedar claro que sólo aquellos que están comprometidos con la visión cristiana de la humanidad según la interpretación inspirada e infalible de Frau Stetter-Karp pueden asumir un cargo.