Cardenal López Romero: «Como ciudadano europeo, tengo vergüenza de la política migratoria de la Unión Europea»

Cardenal Cristóbal López

El cardenal y obispo de Rabat, Cristóbal López Romero, ha concedido una extensa entrevista a El Periódico de Ceuta en donde critica abiertamente la actitud de la Unión Europea con su política de inmigración.

El purpurado de origen español, habla sobre Marruecos y asegura que «En estos momentos está afrontando tres grandes retos en los que hay margen de mejora: la educación, la salud y la seguridad social. Si en cinco años Marruecos logra avanzar notablemente en estos campos, habrá alcanzado un nivel de vida mejor que ciertos países europeos».

Sobre el éxodo masivo de jóvenes de Marruecos, el cardenal explica que es de gran importancia «el factor psicológico«. Según él, «el joven marroquí se siente como un prisionero en su país. Ve venir aquí a jóvenes europeos, pero él no puede ir allí. Le muestran por televisión todas las maravillas de Roma, París, Londres, etc, pero no le dejan salir y volver fácilmente. Por eso siente una pulsión, psicológicamente fuerte, de salir, de experimentar, de conocer, de probar».

«Como ciudadano europeo, tengo vergüenza de la política migratoria de la Unión Europea. Creo que es egoísta, mezquina e hipócrita. Sé que no es una situación fácil de afrontar, pero es vergonzoso que sólo se tomen medidas represivas y policiales, y no se haga nada por organizar una emigración positiva, regulada y legal», llega a decir el cardenal.

Además, el cardenal critica «la tercerización del control de las fronteras europeas a través de acuerdos (generosamente pagados) con los países del norte de África es una vergüenza y una gran hipocresía de parte de Europa. La responsabilidad de controlar las entradas de personas a España y a otros países europeos corresponde a dichos países, no a Marruecos ni a Túnez ni a Libia».

«Pagar a estos países para que hagan el trabajo sucio de impedir las llegadas a Europa, y tener después incluso la caradura de acusar a estos países de no respetar los derechos humanos, es la más grande hipocresía de parte de un continente que pasa por ser la reserva moral de la humanidad», llega a decir el obispo de Rabat.

López Romero sostiene que «el problema no es la emigración; ésta es el resultado y la consecuencia de los verdaderos problemas: las guerras, la inestabilidad política, el sistema económico que mantiene en la pobreza a muchos países, la explotación de las riquezas naturales por parte de los países ricos, la corrupción de los gobiernos. Esos son los verdaderos problemas que hay que atacar en la raíz».

Por último, el purpurado español pide a los inmigrantes que «que valoren bien y disciernan, allí donde estén, si el camino mejor es seguir adelante en la aventura, o regresar a su casa, o quedarse en el país de tránsito» y «que no se echen en manos de las mafias y que no pongan en peligro sus vidas».