El Vaticano ‘traga’ y acepta la imposición de un obispo chino

El Vaticano ‘traga’ y acepta la imposición de un obispo chino

¿Tiene más poder el gobierno comunista chino que el Papa Francisco dentro de la Iglesia católica en el país asiático? Por lo visto estos últimos meses parece que sí.

El pasado 5 de abril, la dictadura comunista china rompió unilateralmente el pacto con el Vaticano y nombró a Giuseppe Shen Bin como obispo de Shanghai, sin contar con la aprobación de Roma.

Según el acuerdo chino-vaticano de 2018, renovado posteriormente en octubre de 2020 y 2022, la elección de los nuevos obispos chinos debe ser compartida por la Santa Sede y las autoridades de Pekín. En noviembre, el Vaticano había denunciado la violación del acuerdo por parte de las autoridades chinas con el nombramiento de monseñor John Peng Weizhao como obispo auxiliar de la diócesis de Jiangxi. Ahora el tema de la diócesis de Haimen (Jiangsu), de la que Mons. Shen era el pastor, una ordenación que llegó con el reconocimiento papal en 2010, también está abierta.

El gobierno chino ha conseguido doblegar al Vaticano en este nuevo pulso por los nombramientos episcopales y ha impuesto un ‘trágala’ a la Santa Sede, quienes han aceptado la imposición comunista.

Nombramiento confirmado por el Vaticano

La Santa Sede ha hecho público este pasado sábado el reconocimiento de Giuseppe Shen Bin como obispo de Shanghai. Rápidamente el cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, hizo unas declaraciones a Vatican News para explicar este controvertido nombramiento.

En número 2 del Vaticano especificó que este nombramiento se produce en un momento en que la Santa Sede y China recorren un camino complejo, en el que los «obstáculos» minan «la confianza y restan energía positiva». Pero, al mismo tiempo, se trata de «un camino en cierto modo obligado» que, más allá de los obstáculos, encuentra su fuerza en las «razones para el diálogo». Es decir, China impone y Roma obedece.

En cuanto al obispo Shen Bin, descrito en la entrevista como «pastor estimado», el Papa – explica el cardenal Parolin – ha «decidido no obstante sanar la irregularidad canónica» por el «mayor bien de la diócesis».

Sin embargo, señala el secretario de Estado, esta forma de proceder «parece despreciar el espíritu de diálogo y cooperación establecido entre el Vaticano y la parte china a lo largo de los años y que ha encontrado un punto de referencia en el Acuerdo».

A pesar de que el Vaticano acepta este nuevo incumplimiento de los acuerdos entre la Santa Sede y el Vaticano para evitar males mayores, el cardenal Parolin ha recordado a Pekín que «es indispensable», pues, «que todos los nombramientos episcopales en China, incluidos los traslados, se hagan consensuadamente, según lo acordado, y manteniendo vivo el espíritu de diálogo entre las Partes. Juntos debemos evitar situaciones de discordia que creen desacuerdos y malentendidos».

Por último, el purpurado ha detallado que en estos momentos hay tres cuestiones que, a su juicio, «tienen urgencia de ser tratados». Identifica tres en particular: la creación de una Conferencia episcopal china, la comunicación de los obispos chinos con el Papa y la evangelización.

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