En la audiencia concedida a la Asamblea Plenaria de la Reunión de Organizaciones de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), Francisco renunció al discurso escrito alegando que “todavía estoy bajo el efecto de la anestesia, la respiración no es buena”.
Los efectos de la anestesia más potente de las que ahora existen puede durar, como mucho, unas horas. Pero el Papa se queja de estar aún bajo los efectos de la misma, catorce días después de administrada y seis desde el alta médica.
En la audiencia concedida la Asamblea Plenaria de la Reunión de Organizaciones de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), esta mañana el Papa Francisco optó por no leer el discurso preparado y confesó a los presentes: «Todavía estoy bajo el efecto de la anestesia, la respiración no es buena».
El comentario sorprende, como sorprendió a los presentes, especialmente después de que el doctor Sergio Alfieri, negara categórica y públicamente que el Papa hubiera tenido problemas con la anestesia.
Sin embargo, el Papa no parece estar de acuerdo con el facultativo, y no es esta la primera vez que le desmiente en este sentido. En repetidas ocasiones ha dicho que en la primera operación a la que se sometió en el Gemelli tuvo problemas con la anestesia. Hoy, Francisco reitera que hay problemas con la anestesia porque no es normal que 6 días después de su renuncia y 14 días después de la operación, el Papa todavía tenga “el efecto de la anestesia”.