Ante las elecciones del 23J, al parecer puestas en esa fecha por el presidente Sánchez para dificultar el ejercicio del derecho de voto y movilizar todo lo posible al electorado de izquierdas con el tradicional mensaje del miedo a la derecha, se nos presenta una vez más la duda de a quién votar.
Si uno no es de extrema izquierda o nacionalista, se puede plantear si votar al PP o a Vox. Si uno piensa que los antiguos asesinos de ETA no deben ocupar ningún cargo público; que no existe el derecho al aborto ni a la eutanasia ni se asumen los dogmas de la ideología de género en ningún sitio y menos en la educación; que la ley trans y la del sí es sólo sí son dos barbaridades legislativas y antropológicas; que la ley de memoria histórica es sectaria y no está pensada para reconciliar a los españoles; que la ley de educación, que prohíbe el pluralismo educativo (especialmente mediante la marginación del castellano así como la prohibición de financiar la educación especial y la diferenciada) y margina las humanidades y la cultura del esfuerzo, ha de ser derogada lo antes posible; y que el poder judicial debe ser independiente del poder político; si uno piensa honradamente todo esto, es posible que le llamen radical o ultraderechista o partidario de la derecha extrema. Pero probablemente no tenga más remedio que votar a Vox, aunque no todo en este partido le parezca perfecto (¿alguno lo es?).
Habrá quien diga que está de acuerdo en todo esto pero que este ideario no representa ahora a la mayoría social. Ya, pero votar al actual PP, que ha asumido prácticamente toda la agenda social que la izquierda lleva impulsando con tanto éxito en España desde 1982, ¿tiene algún sentido si uno desea un país distinto al que diseña la izquierda? Si el PP no va a cambiar prácticamente ninguna de las reformas de calado que han hecho los socialistas (como sucedió durante los 8 años de Aznar o los 6 de Rajoy), porque ese es el modelo de país que le gusta o porque piensa que los temas morales y culturales en España son patrimonio exclusivo de la izquierda, ¿no es preferible votar a quien no piense así y tenga verdadera ambición de mejorar España sin limitarse a reducir la deuda pública y mejorar algo las formas parlamentarias?
Si el PP ha decidido dirigirse a los españoles de centro izquierda o incluso de izquierda sin más, porque piensa que ellos son los que representan la mayoría social y la modernidad y los demás somos unos radicales o anticuados, que le voten sólo esos españoles, que además parece que son muchísimos más y pueden darle fácilmente la mayoría absoluta, ¿no? ¿Alguien piensa que Isabel Díaz Ayuso hubiera gobernado como lo ha hecho y hubiera dicho en campaña que está en contra del aborto y de la ley trans si no hubieran existido Vox y sus votantes? ¿Nadie recuerda cuando Rajoy dijo que los liberales y los conservadores no tenían sitio en el PP porque pensaba que eran cuatro gatos, poco tiempo antes de que Vox consiguiera casi cuatro millones de votos y se convirtiera en la tercera fuerza política más votada del país?
A ver si parte del problema de España no es que PP ha comprado el marco mental del PSOE y ha asumido su papel de “contable” para sanear las cuentas del país y que después la izquierda pueda seguir modelando España a su imagen y semejanza. España será lo que quieran los españoles y querrán lo que les digan los más audaces y creativos no los más moderados e indolentes. Precisamente por eso el único voto útil hoy y siempre es votar a quien mejor represente tus ideas y no a quien te pida tu voto exclusivamente para que no gane la izquierda y retrasar solo un tiempo las siguientes etapas en la degradación de nuestro país. Cambiemos nuestro marco mental y empecemos con inteligencia a poner las bases de un futuro verdaderamente mejor.
Sócrates