El sucesor de Francisco

Sucesor de Francisco

¿Está próximo un cónclave? ¿Quiénes serían los candidatos a suceder a Francisco? El reciente ingreso hospitalario del Pontífice, aunque carente de gravedad, nos ha recordado que Francisco no siempre estará ahí. Sandro Magister ha esbozado en su blog los perfiles de los candidatos a los que ve más opciones.

El veterano vaticanista sostiene que el cardenal filipino, Luis Antonio Tagle, sería uno de los favoritos de Francisco para sucederle como Papa. El Santo Padre, de hecho, le nombró prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, uno de los dicasterios con más peso del Vaticano.

Sin embargo, no estaría claro que fuera el favorito: Para Tagle, se objeta, existe el obstáculo de la edad. Tiene 64 años y, por tanto, reinaría demasiado tiempo para que los cardenales electores apuesten por él. Pero, sobre todo, se le considera demasiado cercano a Jorge Mario Bergoglio para no acabar abrumado por las múltiples intolerancias hacia el pontificado actual, que inexorablemente saldrán a la luz en un futuro cónclave, escribe Magister.

Por eso Tagle, que en los primeros años del actual pontificado fue tan activo y conversador, lleva tiempo siendo muy discreto. Mantiene cautelosamente las distancias, más ahora que el pontificado llega a su fin y sus deficiencias son cada vez más evidentes, asegura el vaticanista.

Otro purpurado muy querido por Francisco, dice Magister, es el alemán Reinhard Marx, de 68 años, introducido en 2013 por el Papa en el reducido grupo de cardenales llamados a ayudarle en el gobierno de la Iglesia universal y ascendido en la curia a la presidencia del Consejo para la Economía.

El escollo de este candidato vendría marcado por el ‘camino sinodal’, del que él es impulsor, un asunto que preocupa seriamente a Francisco por sus objetivos disruptivos.

Marx, sin embargo, parece querer jugar solo y distanciarse de Bergoglio, que en un cónclave podría dañarle, sostiene el vaticanista. Marx renunció a la presidencia de la Conferencia Episcopal Alemana el año pasado y, sobre todo, alegando una responsabilidad colectiva de los obispos en el escándalo de los abusos sexuales, presentó su dimisión como arzobispo de Múnich y Freising.

Esa renuncia, rechazada por Francisco, es interpretada por algunos observadores como una autocandidatura de Marx para la sucesión, para un pontificado que marque la drástica superación del catolicismo romano, a favor del complejo y secular antirromano catolicismo de la Iglesia católica de Alemania, sostiene Magister.

El vaticanista menciona al cardenal Becciu como ‘gran elector’, que no papable, neutralizado por Francisco, ya que éste le retiró la posibilidad de participar en un futuro cónclave, con motivo de supuestos oscuros manejos financieros cuando estaba en la Secretaría de Estado.

Otro candidato al que desecha Magister es el actual Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, de 66 años. El caos de la secretaría de Estado durante su mandato ha quedado a la vista de todos, con lo cual es difícil imaginarle capaz de gobernar la Iglesia, que es una realidad incomparablemente más grande y más compleja. Por no mencionar la cadena de fracasos de sus iniciativas diplomáticas, in primis con China, escribe Magister.

De los candidatos moderados el vaticanista apunta a un candidato que no es tan conocido: Péter Erdô, de 69 años. Arzobispo de Esztergom y Budapest y presidente durante diez años del Consejo de las Conferencias de los Obispos Católicos de Europa, Erdô es apreciado por muchos también por haber guiado con sabiduría y firmeza, en el doble sínodo sobre la familia del que fue ponente general, la resistencia a los defensores del divorcio y de la nueva moral homosexual, escribe Magister.

En septiembre presidirá el 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest y el Papa Francisco irá allí para celebrar la misa de clausura, el 12 de septiembre. Esta sería una excelente oportunidad para arrojar luz sobre él como personalidad de alto perfil del colegio cardenalicio, con muchos talentos para ser elegido papa, dice el veterano vaticanista.

Es un hecho, por otro lado, que Bergoglio ha hecho de todo para quitar importancia a su viaje a Budapest y mantener a su posible, pero sobre todo temido sucesor, en la sombra. Primero añadió y después alargó a cuatro días su visita a la vecina Eslovaquia, y de esta manera convirtió su presencia en el congreso eucarístico en una apresurada escala, visiblemente llevada a cabo de mala gana, opina Magister. Un sucesor como Erdô devolvería al papado a la estela de Juan Pablo II y Benedicto XVI, sostiene.

Del lado más progresista Magister menciona al cardenal Matteo Zuppi, 66 años, arzobispo de Bolonia miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, sin duda el lobby católico más poderoso, influyente y omnipresente de las últimas décadas a nivel mundial.

De aquí a su elección como papa nada está asegurado, pero es algo para tener seriamente en cuenta. Más aún con un colegio de cardenales electores desordenado, de sentimiento incierto y fácil de ser derrotado por un lobby, esta vez no sería el de San Galo, que algunos apuntaban como impulsor de la elección de Francisco, sino el de la Comunidad de Sant’Egidio.

A Zuppi le gusta que le llamen cardenal de la calle, como en el documental que él mismo ya puso en circulación y, además, tuvo la astucia de firmar el prólogo de la edición italiana del libro pro-LGBT del jesuita James Martin, muy amado por el papa Francisco comenta Magister.

No sabemos cuánto durará el pontificado de Francisco, bien puede durar 10 años más, ahí tenemos a Benedicto XVI con 94 años, pero lo que es seguro es que su sucesión será interesante.

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